¿culpable?

Capítulo 6

Tres meses trascurrieron desde que Zenda y Parker reunieron a sus hijos para comunicarles su relación, ante los ojos de ambos, los jóvenes se han adaptado a la idea de su relación y se encuentran realmente felices por esto. Es una noche tranquila y en el hogar de Zenda Price se lleva a cabo una agradable cena, la mujer se había esmerado tanto como le había sido posible, pasó prácticamente todo el día cocinando, limpiando y supervisando cada detalle para la velada con el afán de darles a sus invitados el trato que consideraba merecían. Al llegar el momento, la emocionada anfitriona era toda sonrisas y su principal invitado se contagiaba de su alegría, mientras tanto los tres jóvenes presentes sonreían lo mejor posible para mantener las apariencias en esa cena que resultaba incomoda por la hostilidad de Ailen Harper.

Una vez que la cena culmina, Zenda y Parker se encaminan a la sala para conversar tranquilamente aceptado el ofrecimiento de Yamini de recoger la mesa y limpiar la vajilla utilizada, Mirt decide ayudarla para que ella no haga todo sola, los jóvenes se hacen cargo de limpiar, dejando sola a Ailen quien se mantiene atenta a la pantalla de su teléfono. Algún tiempo más tarde, sintiéndose fastidiada de encontrarse en ese lugar, se pone de pie y se dirige a buscar el tocador para poder lavar su rostro y ver si eso le hace tolerar toda la situación.  La velada continúa avanzando, hasta que la hora en que los Harper deben volver a su hogar llega y es en ese momento que se percatan que Ailen no se encuentra ni con su padre y Zenda ni con su hermano y Yamini.

– ¿Dónde se encuentra Ailen? – cuestiona Parker dirigiéndose a Mirt.

–Creí que se encontraba con ustedes –replica Mirt sin ocultar el desconcierto que lo invade.

–Tranquilos, tal vez se encuentra en el tocador–interviene Zenda con tono tranquilo –. Yamini, ¿Podrías ir a buscarla?

–Sí, mamá.

De manera obediente, Yamini se aleja del grupo, sube las escaleras y se dirige al tocador; sin embargo, antes de llegar hasta donde este se encuentra escucha una risilla silenciosa y burlona proveniente de su habitación. Enseguida sus músculos se tensan, sabe que se trata de Ailen y lo que es peor, sabe perfectamente que si Ailen se encuentra en su habitación y además ríe de esa manera no debe ser nada bueno. «Espero no sea lo que estoy pensando, ella no lo tolerará.» se dice llena de temor encaminándose rápidamente hasta su habitación, sin pensarlo dos veces ingresa en esta, sintiendo como su corazón late a gran velocidad. Al ver la escena frente a sus ojos en la que su temor se materializa, se siente llena de molestia, siendo consciente de que no puede hacer un escándalo, cierra la puerta detrás de ella y se encamina hacia la joven que sostiene un pequeño cuaderno de color negro en sus manos.

– ¿Qué haces en mi habitación y tomando mis cosas con este descaro? ¿No te enseñaron a respetar lo que no es tuyo? –cuestiona con molestia y en tono bajo para no ser escuchada por quienes esperan en la parte inferior.

– ¿Por qué estas tan molesta, hermanita? Las hermanas no tienen secretos entre ellas, así que no comprendo tu actuar, es bastante normal que sepamos todo la una de la otra–replica mirándola con inocencia.

–No somos hermanas y eres tu quien lo ha dejado bastante claro, ¡Dame eso! – ordena Yamini intentando recuperar el cuaderno.

–No – responde escondiéndolo mientras ríe divertida –. Lo siento, hermanita, pero esta es la llave para obtener lo que deseo y comprenderás que pienso perder una oportunidad como ésta.

– ¿Qué es lo que quieres?–cuestiona con la esperanza de poder recuperar ese cuaderno.

– Muy bien, Yamini, ya nos vamos entendiendo, tú me ayudaras a alejar a tu madre de mi padre, así de sencillo.

– ¿Has enloquecido? Yo no hare nada que lastime a mi madre, olvídalo.

– ¿Segura? Mejor escucha esto, Yamini, antes de tomar una decisión–indica poniéndose de pie y caminando alrededor de Yamini al tiempo que abre el cuaderno y comienza a leer–. Querido diario: Después de mucho tiempo atrapada, por fin conseguí tener el control nuevamente, me presente en la fiesta en casa de los Harper aún cuando no debería haberme presentado pero yo nunca hago lo que debería y necesitaba hacerlo, todo ha resultado mejor de lo esperado, un verdadero sueño… ¿Continuo? ¿Qué pensará mi hermano al saber que tú eres aquella a la que ha estado buscando con tanto esmero?

–No te atreverías –murmura Yamini controlando sus emociones lo mejor posible, «No sabe lo que ha hecho al tomar ese cuaderno, debo recuperarlo.» piensa la joven llena de preocupación.

–Ponme a prueba, querida Yamini, solamente imagina su rostro lleno de decepción, para él eres como una hermana y le resulta inimaginable enamorarse de alguien como tú, tan...¿Cómo decirlo? Insignificante– expresa mirándola de pies a cabeza con desprecio–. Ahora debo irme, si quieres que guarde el secreto y te devuelva esto, deberás ayudarme.

–Pero, Ailen…

–Tranquila, piénsalo, te doy una semana, ahora saldré de tu habitación, hermanita, disculpa que ingresara sin permiso, te prometo que no vuelvo a hacerlo.

Ailen sale de la habitación de la joven con una gran sonrisa de satisfacción en su rostro, «Esta velada no pudo ser mejor y yo que planeaba no venir.» piensa mirando el cuaderno en su poder, Yamini se queda en su habitación sin saber qué hacer, debe recuperar ese cuaderno antes de que algo malo suceda pero la única opción que al parecer tiene implica hacer algo que ella jamás se permitiría, lastimar a su madre. Algunas lágrimas llenas de frustración y molestia corren por el rostro de la joven sin que pueda evitarlo, además de que Ailen se ha llevado ese cuaderno, las palabras que ha usado la han herido muy profundamente especialmente por encontrarse de acuerdo con Ailen. Guardando sus emociones para su soledad, limpia rápidamente las lágrimas y sale de su habitación con la frustración consumiéndola, se dirige de regreso a la sala, llega al borde de la escalera y observa a Ailen con molestia y algo más que no logra identificar pero que no es nada bueno. Ailen la mira y por un segundo le parece que quien le devuelve la mirada no es la misma joven temerosa de siempre, pasando por alto esto sonríe de manera inocente causando aún más la molestia de Yamini.




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