¿culpable?

Capítulo 7

Es miércoles, la mitad de la semana que Ailen le dió a Yamini para tomar una decisión, Ailen había esperado con ansias que le diera una respuesta no pensó que ella tardaría tanto en tomar una decisión. Al llegar el anhelado el descanso, Ailen sale del salón y se encamina por el pasillo hacia su casillero en compañía de Shirley para poder guardar sus pertenencias y aprovechar el momento para vigilar a su objetivo. Desde que encontró la llave a su felicidad cada segundo que espera para poder realizar su plan se convierte en una eternidad ante sus ojos, cada tic-tac del reloj resulta una verdadera tortura. Shirley observaba a su amiga con curiosidad, debido que Ailen se comporta de manera sumamente misteriosa desde hace varios días sin darle ninguna explicación, lo cual ha aumentado su curiosidad.

– ¿Me dirás que es lo que has estado tramando? –se atreve a preguntar sin ocultar el gran desconcierto que siente por la actitud de su mejor amiga.

–Lo mismo que he tramado desde que las mujeres Price entraron en mi vida, la diferencia es que ahora tengo a la pequeña Yamini en mis manos y no le queda más opción que hacer lo que le pediré, hablando de ella, ahí está mi querida hermanita– indica Ailen con una sonrisa traviesa, sin esperar respuesta avanza en dirección a donde se encuentra Yamini ante la confusa mirada de su amiga quien la sigue sin comprender, Ailen llega hasta donde se ubica la joven y pasa su brazo sobre los hombros de la joven –. Hola hermanita, ¿Qué has pensado?

– ¡Déjame tranquila, Ailen!–exclama Yamini quitando el brazo de Ailen con brusquedad para después intentar alejarse de las jóvenes; sin embargo, Ailen la sujeta de la muñeca haciéndola girar.

– ¿Sabes? El otro día hablaba con mi hermano y me ha dicho que nunca podría enamorarse de alguien como tú, si sabe quién es la persona que ha buscado todo este tiempo imagina su decepción, no será nada bueno–comenta Ailen mirando a Yamini directamente a los ojos.

–No te ayudaré, Ailen, no me molestes más o haré que te arrepientas, ¿Entiendes? –advierte mirándola directamente a los ojos.

– ¿Tu harás que yo me arrepienta?– cuestiona con incredulidad burlándose de la joven quien se quita las gafas y la observa con seriedad –. No me hagas reír, Yamini.

–Puedes reír como la cabeza hueca que eres, eso no me importa, esta es una advertencia, Ailen, si te atreves a hacer algo en mi contra, te matare, no estoy jugando –expresa Yamini mirando llena de odio a Ailen, «Como detesto este tipo de personas, me hacen salir de mi centro, robar algo que me pertenece y luego tratar de usarlo contra mí, no puedo ni creérmelo.» piensa con una verdadera molestia e incredulidad.

Yamini se aleja dejando atrás al par de jóvenes completamente atónitas, «De nuevo esa mirada, es ella pero pareciera que no lo es, ¿Qué significa esto? No importa, eso no me detendrá.» piensa Ailen recomponiéndose al tiempo que su asombro se convierte en ira que la quema por dentro como si de fuego ardiente se tratase. Ninguna de las jóvenes se imaginó que esa chica tan torpe se atreviera a lanzar una amenaza como tal, lo peor de todo eso, no eran las palabras de Yamini, si no, el hecho de tratar a Ailen de esa manera frente a Shirley, eso afectaba su imagen por lo que le molestaba aun mas. Ailen guarda silencio por algún tiempo cerrando sus ojos, «Este asunto no termina aquí, Yamini Price, te enseñaré que no estoy jugando.» piensa abriendo sus ojos mirando el lugar por el cual se ha marchado la joven.

Yamini  avanza por el pasillo que lleva a la biblioteca, lleva su mano a la cabeza que ha comenzado a dolerle, cierra sus ojos y sacude su cabeza intentando aclarar su mente debido a que se siente bastante desubicada, «Necesito algo de tranquilidad.» se dice sin detener su andar. En el momento en el que las clases de Ailen y Shirley finalizan juntas salen del instituto para dirigirse al hogar de los Harper para poder hablar seriamente sobre lo ocurrido durante el descanso y otros asuntos que tienen en mente.

– ¿Qué harás entonces, Ailen? Yamini parecía hablar realmente con seriedad, siendo sincera, me preocupa, parece una demente, ¿Y si nos hace daño?–expresa Shirley sin ocultar la preocupación que siente por las palabras y actitud de Yamini.

–Tranquilízate, Shirley, únicamente se encuentra asustada y pretende cambiar los papeles, como un gatito al sentirse amenazado, ha sacado las uñas pero yo se las cortaré y nunca más podrá usarlas, todo lo que debo hacer es darle una prueba de que no es un juego y eso es justamente lo que haré.

Shirley escucha las palabras de Ailen mientras trata de convencerse de ellas, «Yamini es un gatito asustado, ¿Realmente lo será? Y si mas bien es como un virus que al verse atacado hace una mutación.» analiza sin poder evitar el escepticismo que siente por las palabras de su amiga a pesar de que Ailen suena bastante segura.

Al día siguiente, Yamini Price se dirige a la universidad, la ansiedad la consume y no ha conseguido dormir de manera adecuada pensando en la amenaza de Ailen respecto a revelar lo que hay en ese cuaderno, « Si Ailen cumple su amenaza abrirá la caja de pandora, ¿Qué sucederá? ¿Cómo reaccionara Mirt? ¿Sería capaz de comprenderlo? ¿Alguien lo comprendería?» se pregunta llena de preocupaciones. Mirt es la única persona que realmente se comporta de manera amable y dulce con ella, obviamente se preocupa por su reacción al saber lo que hay en ese cuaderno, en cuanto se conociera ella debería explicar más de lo que Ailen se imagina y no solo eso, debería revelar todo el secreto detrás, enfrentándose de esta manera a la posibilidad de que el caos tome el control.

Yamini llega hasta el edificio y avanza manteniendo su mirada en el piso, de pronto llama su atención que en el pasillo se encuentren tantos papeles regados, llena de curiosidad se inclina y recoge uno, al leerlo abre sus ojos con sorpresa. Sabe perfectamente lo que eso significa, es tan solo una advertencia de Ailen, sin saber que hacer avanza hacia su clase, para su mala suerte, precisamente esa clase la comparte con Ailen y Shirley. Tratando de mantener la calma llega hasta el salón de la clase e ingresa sumida en sus pensamientos, llega hasta su lugar y mira al frente.




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