Capítulo 16

Zenda reacciona viendo a Mirt con Yamini en brazos, todo se ha salido por completo de control y no puede evitar sentirse culpable.

–Ayúdame a llevarla a su habitación, por favor, Mirt.

Mirt sigue a Zenda con Yamini en brazos, su mente necesita respuestas, él desconocía por completo que la joven debiese tomar medicamentos, no sabe quién es Emma y no comprendía que es lo que ella ha recordado para ponerse así, pero sabe que encontrará las respuestas en ese lugar. Llegan hasta la habitación de la joven, Zenda abre la puerta y Mirt ingresa, avanza hasta la cama y deposita a Yamini sobre esta, ver a la joven de esa manera realmente le preocupa.

–Señora, ¿Está segura que no es necesario llevarla al médico?

–Gracias por preocuparte, Mirt, confía en mí, seguramente Yamini lleva mucho tiempo sin dormir y los ansiolíticos no le han funcionado demasiado, le colocaré un calmante para que pueda dormir y llamaré a su terapeuta, no debió dejar la terapia pero con la mudanza y todo lo que ha sucedido se ha complicado.

–Comprendo.

–Necesitare hablar contigo, debo saber todo lo que sucedió, espérame en la sala por favor.

Mirt se limita a mover su cabeza de manera afirmativa, sale de la habitación, avanza por el pasillo, baja las escaleras, se dirige hasta la sala, toma asiento y espera pacientemente a que la mujer se reúna con él. Mientras tanto, Zenda se encarga de ponerle el sedante a Yamini, le quita la ropa mojada, los zapatos, la viste nuevamente, la cubre para que pueda descansar después sale de la habitación y llama a Emma, «Es urgente que transfiera el caso de Yamini a un profesional en Los Ángeles o todo podría salirse de nuestras manos.» piensa escuchando el sonido de la llamada.

–Emma Sims, ¿En qué puedo ayudarle?–responden al otro lado con tono profesional.

–Señorita Sims, habla Zenda Price, la madre de Yamini Price, ¿Me recuerda?

–Señora Price, por supuesto que la recuerdo, me preocupaba mucho no saber de ustedes desde que me informaron su partida, especialmente por la situación de Yamini, dejar la terapia no es algo que se pueda hacer, dígame, ¿Ella se encuentra bien?

–Quisiera decir que si pero no es así, necesita volver a sus terapias de manera urgente, han pasado tantas cosas últimamente y hoy terminó sufriendo un colapso nervioso.

–Comprendo, tomando en cuenta sus antecedentes no me resulta inusual, le daré los datos de una colega en Los Ángeles, no se preocupe, me pondré en contacto con ella para explicarle la situación, le enviaré toda la información.

–Realmente se lo agradezco.

–Lo importante es que Yamini se encuentre bien.

Una vez que la llamada llega su fin, Zenda guarda su teléfono, busca unas toallas para que el joven que la espera se seque un poco, con estas en mano se dirige a la sala para reunirse con Mirt, debe comprender que le ocurrió a Yamini para que se encontrara tan alterada. Todo el tiempo ha intentado mantenerse fuerte sabiendo que su hija la necesita pero cada vez resulta más difícil, «Espero que no sea lo que estoy pensando.» se dice al tiempo que suspira buscando fuerza en su interior. La mujer desciende las escaleras, avanza hasta la sala, le entrega las toallas a Mirt, él las acepta agradecido y ella toma asiento en el sofá individual para poder observar al joven.

– ¿Qué fue lo que sucedió? –cuestiona Zenda con tono apacible.

–Por poco y la atropellan, estaba en el instituto, después la vi salir corriendo de manera desesperada, salí para alcanzarla; sin embargo, no me fue posible, parecía que quería escapar de algo, cruzó la calle sin revisar y un automóvil se dirigía a ella, por suerte el detective Peters consiguió salvarla.

– ¿Qué hacia ahí el detective Peters?

–Señora, Yamini es sospechosa de un homicidio, la mantienen vigilada pero eso no es todo, le pedí al detective que no tomara en cuenta lo que Yamini dijo; sin embargo, desconozco si hablará o no con su superior.

– ¿Qué fue lo que dijo?–inquiere preocupada, considerando toda  la situación, la información que la joven dijera frente al detective podría causarle  problemas más graves que los que tiene.

–Dijo que recordó algo, algo de su infancia, que se vio a ella cuando tenía once años y no sé que mas; además, dijo que tal vez después de todo si era capaz de quitarle la vida a alguien y me preguntó: “¿Y si soy culpable?” realmente no conseguí comprenderla; sin embargo, creo que ese recuerdo debió resultar verdaderamente perturbador para alterarla de esa manera y por su expresión, entiendo que sabe perfectamente que es lo que ha puesto en ese estado a Yamini, ¿De qué se trata?

– ¡Dios mío! –exclama escondiendo su rostro en sus manos sintiendo sus lágrimas salir de sus ojos –, ¡Creí que jamás lo recordaría! ¡Todo eso había quedado en el pasado! ¡¿Por qué ahora?!

Mirt observa lleno de confusión a la mujer, es evidente que se trata de algo que logra perturbar la paz de ambas pero no es capaz siquiera imaginar de lo que se trata, « ¿De qué puede tratarse para que se pongan de esta manera?» se cuestiona completamente consternado. Sintiendo la culpa en su interior y la incomodidad del momento decide disculparse y retirarse del lugar, carece de sentido que continúe perturbando la paz de Zenda tomando en cuenta todos los problemas que debe resolver. Mientras tanto, Peters y Kelley se encuentran reunidos con Bradley rindiendo el informe que debían presentar cada día al finalizar la vigilancia de Yamini.

– ¿Sin novedad nuevamente?–cuestiona sin demasiado interés, siempre era lo mismo con los informes que le presentaban.

–En realidad, señor, hoy la señorita Price sufrió una crisis nerviosa, Peters le ha salvado la vida, la joven hizo un comentario respecto a su infancia tuvo un recuerdo o algo así que la hizo ponerse en ese estado.

–Comprendo, debe ser ese caso respecto a su padre.

–Es probable, señor.

–Muy bien, todo parece indicar que se encuentra en el límite, todos saben que el ser humano encontrándose al límite psicológico comete errores, debemos estar más pendientes que nunca, esa jovencita confesará todo muy pronto–expresa Bradley con una sonrisa ansiosa.