Capítulo 21

Todos en el instituto acuden de manera normal a sus respectivas clases a excepción de una solitaria joven, con el transcurrir de los días Mirt comienza a inquietarse, su instinto le grita que algo no está bien, se encuentra convencido de que algo sucede y no le gusta ni un poco. Mientras tanto, en su casa, encerrada en su habitación, sin deseos de salir se encuentra Yamini Price, tiene días completos en ese lugar y su madre no se ha percatado de nada debido a sus horarios poco coincididos.

– ¡Me encuentro cansada de esto! ¡Confiesa de una vez! ¡¿Tú lo hiciste?!

– ¿Piensas que soy capaz?– pregunta con tono inocente sintiéndose ofendida por tales sospechas y afirmaciones en su contra.

– ¡Oh, por favor! ¡Sé que eres muy capaz! Escúchame bien, si continuas con tus jueguitos mentales y obstinada en mentirme iré con Bradley y le diré todo–amenaza Yamini con tono firme.

– ¿Ah, sí? ¿Y qué le dirás?–cuestiona divertida haciendo enfurecer a Yamini–. Sabes perfectamente que no es un juego, Yamini Price, no puedes ir ante un detective y hablar sin poder comprobar nada.

–Te odio, ¿Sabes? Te detesto pero puedes reír, ¡Hazlo! Ríe ahora porque cuando Bradley actúe estoy segura de que esa sonrisa se borrará de tu rostro y comenzarás a llorar–indica Yamini llena de molestia por el tono de burla utilizado.

– ¡Yo no lloro, Yamini Price! Si hay un problema lo soluciono pero no derramando lágrimas como damisela en peligro, eso lo dejo para ti que no eres más que una llorona cobarde– replica con arrogancia.

– ¡¿Cuándo regreso?!–cuestiona alguien desde la entrada de la habitación.

– ¡Mamá!–exclama sorprendida Yamini al tiempo que pasa saliva.

– ¡Respóndeme ahora mismo, Yamini Price!–exclama Zenda furiosa.

–Desde que nos mudamos–murmura tomando asiento sobre su cama al tiempo que dirige su mirada al piso, «A ver como sales de esto.» piensa sin mirar a la mujer que ha ingresado.

– ¡¿Por qué lo has ocultado, Yamini?! ¡Sabes perfectamente que es algo muy serio!

La infancia complicada de Yamini había producido un serio trastorno crónico en la joven, influenciada por ese trastorno fue como terminó quitándole la vida a su padre. Zenda siempre se sintió responsable de que su hija cometiera tal acto y desarrollara esa condición psicológica al permitir que se encontrara expuesta al maltrato emocional y encontrarse en un ambiente que le resultaba aterrador, lo que más la atormentaba era no haberse percatado antes de lo que le sucedía a la mente de su pequeña hija. Desde entonces lo único que ayudaba a la joven a mantenerse bajo control son las terapias y ahora Zenda se siente aun mas arrepentida de no haber contactado una nueva terapeuta de manera inmediata. El trastorno de identidad disociativo, inicialmente se conocía como trastorno de personalidad múltiple puesto que el paciente siente la presencia de dos o más personas  que viven en su cabeza y la poseen, estas personas acostumbran a padecer también amnesia disociativa. El trastorno de identidad disociativo suele presentarse como reacción a una situación traumática que permite que una persona evite los malos recuerdos, es este trastorno el que atormenta a Yamini y también su secreto más guardado.

–Lo sé–responde Yamini sin elevar la mirada.

– ¡Oh, Yamini! ¡Dime que no lo hiciste por favor!–suplica entre lágrimas.

– ¡No lo hice!

– ¡Trae el diario, Yamini! ¡Tráelo ahora mismo!

– ¡No encontraras nada, madre! ¡Ailen lo tenía, se lo llevó la noche de la cena!

– ¡No puede ser! –exclama para después salir de la habitación de la joven.

– ¡Ya no puedo más con todo esto! –admite la joven dejándose caer sobre su cama dejando salir sus lágrimas.

–Yo puedo solucionarlo, déjame hacerlo.

–Puedes hacer lo que quieras, ya no me importa.

La joven permanece inmóvil sobre su cama, «Esto ha terminado por completo conmigo, ya no deseo hacer absolutamente nada más.» piensa cerrando sus ojos. Mientras tanto, Zenda convencida de la culpabilidad de Yamini entra en su habitación y se encierra en esta, sabe perfectamente bien lo que significaba tomar ese diario de Yamini y si Ailen lo hizo se buscó un  serio problema sin saberlo siquiera, « ¿Qué debo hacer?» se pregunta llena de contrariedad, hacer lo correcto significaría enviar a su propia hija a prisión y después de lo mucho que le ha fallado, no puede recriminarle nada. De pronto el sonido de su teléfono la saca de sus pensamientos de manera poco sutil, sin observar de quien se trata desliza la pantalla para poder atender.

– ¿Diga? –responde con un tono evidentemente afectado.

–Señora, soy Mirt de nuevo, la escucho mal, ¿Sucedió algo con Yamini? ¿Se encuentra bien? –cuestiona evidenciando la ansiedad que lo consume por saber lo que sucede, han sido varios días de incertidumbre los que le hicieron perder la paciencia.

–Gracias por preocuparte, Mirt, en realidad recién la he visto y no se encuentra muy bien, si no me hubieses dicho lo que ocurría yo continuaría sin saber nada, agradezco mucho que lo hicieras.

–No es nada, en realidad me encuentro preocupado por Yamini.

Mirt decidió llamar a Zenda para averiguar la razón por la cual Yamini no se había presentado a sus clases durante varios días y especialmente porque la joven no respondía a ninguna de sus llamadas, no logra comprender porque razón ella no le responde. El joven llamó de manera insistente pero al no obtener respuesta no tuvo más opción que llamar a Zenda y al cuestionarla al respecto, ella se sorprendió demasiado cuando le dijo que la joven estaba faltando a sus clases, conmocionada y llena de molestia Zenda regreso a su hogar para poder hablar con Yamini encontrándose con lo que menos se esperó encontrar, escuchar a alguien hablando solo resultaría bastante normal pero en el caso de Yamini, era todo, menos normal. La llamada de Mirt llega a su final, continúa lleno de dudas pero ya tendrá tiempo para averiguar, sabe que Zenda no se encuentra muy bien por lo que es mejor esperar. La mujer en su habitación, deja a un lado su teléfono, tiene mucho que pensar pero antes de que pueda siquiera tener un  pensamiento, llaman a la puerta de su habitación.