Capítulo 23

Zenda se encuentra bastante consternada aún por todas las ideas que atormentan a su mente desde que descubrió lo que su hija había mantenido oculto, la lucha de lo correcto y lo incorrecto no le da tregua alguna, « ¿Cómo puedo decidir entre Yamini y Zamay? Es imposible.» se repite una y otra vez mientras busca una salida en ese laberinto de pensamientos que se aglomeraban en su cabeza. Se mantiene totalmente inmóvil mirando al frente, sentada en el sofá de la sala esperando alguna noticia de su hija, la expresión de preocupación es evidente en su rostro. De pronto la puerta se abre dejando ver a una joven totalmente diferente a la que salió de su casa, Zenda se pone inmediatamente de pie y con sus ojos abiertos como platos observa atónita a la joven y a lo que lleva en sus manos.

– ¿Yamini?–la llama dudosa, teniendo un gramo de esperanza de que su pesadilla no es más que eso, una pesadilla.

– ¿Para qué finges? Sabes perfectamente quien soy, ¿Me has extrañado, madre?–cuestiona con una sonrisa arrogante.

– ¡Trae a Yamini de vuelta! ¡Ahora mismo!–indica con tono imperativo.

–Sabes cuánto detesto ese tono, madre, ¡Acéptalo, ella no volverá!–responde volteando sus ojos en señal del fastidio que la consume–. Y no lo hará, no porque yo se lo impida, si no porque ella decidió rendirse y escapar como la cobarde que es.

– ¡¿Qué es todo eso que traes y como lo conseguiste?!– cuestiona temiendo lo peor, conoce los alcances de Zamay.

– ¡Oh, madre, he robado, aquí tengo el botín y las armas que he usado! ¡Soy una criminal!–dramatiza con sarcasmo provocando que Zenda la mire de manera reprobatoria–. Tranquila, madre, no es verdad, todo esto es lo que necesito, ropa, maquillaje y otras cosas más que encontré, son muy hermosas y lo conseguí usando la tarjeta de crédito, gastando la herencia que me dejo mi querido padre.

– ¡Pero hija, dijiste que no usarías jamás ese dinero sucio!

–No te confundas, eso no lo dije yo y lo sabes bien, lo dijo la tonta llorona llena de escrúpulos de Yamini, yo decido usar lo que me pertenece en mi beneficio.

Zenda atónita por todas las barbaridades escuchadas se deja caer en el sofá sin saber que decir o hacer, todo lo que le queda es esperar a que la lucha interior de su hija llegue a su fin y que lo que ha dicho Zamay, no sea verdad. Yamini es frágil pero jamás cobarde, ella conoce a Yamini perfectamente y sabe que en algún momento volverá a tener el control sobre sí misma.

Los días trascurren, es una tranquila noche de fin de semana y da comienzo la gran fiesta de cumpleaños de Lukas Bryand, a pesar de encontrarse aún muy triste, Mirt Harper no ha querido dejar que el cumpleaños de su mejor amigo pasará desapercibido por lo que organizó la fiesta sorpresa más increíble para que Lukas se divirtiera como nunca. Ha adornado todo con luces tenues desde el exterior hasta el interior de la casa de Lukas, es una hermosa noche de cielo estrellado y con una impresionante luna llena, todos en el lugar se divierten de sobremanera, calificando la celebración como la fiesta del año.

Lukas se encuentra dialogando alegremente con algunas jóvenes en compañía de Mirt, de pronto su amigo se aleja en busca de algo para beber dejando a Lukas en compañía de las lindas jóvenes. En ese momento Lukas eleva su mirada encontrándose con la mirada más encantadora que ha visto en toda su vida perteneciente a una hermosa joven de cabello rojo intenso, lacio con un corte en capas, sin dudarlo un segundo avanza en dirección a esa joven. Cuando se encuentra por llegar hasta ella, su amigo se coloca frente a la joven con una amplia sonrisa, ella observa a Mirt de una manera indescriptible manteniéndose en silencio y sin mostrar la más ligera simpatía hacia él.

– ¡Me alegra mucho verte!– expresa Mirt con entusiasmo.

La joven lo mira como si de un desconocido se tratase, Lukas permanece inmóvil sin comprender nada « ¿Quién es esa joven?» se pregunta sin ser capaz de apartar la mirada de ella. La joven avanza por un lado de Mirt sin prestarle el más mínimo de atención causando la estupefacción de Mirt que no consigue comprender la actitud de la joven, « ¿Qué sucede?» se cuestiona sin salir de su asombro.

–Me han dicho que es tu cumpleaños, ¿Es así?–cuestiona ella con tono dulce posándose frente a Lukas mirándolo directamente a los ojos.

–Si–responde intentando reconocer a la joven que le sonríe amablemente sin ocultar la confusión que siente.

– ¡Fantástico! Siendo así, mis mejores deseos para ti, Lukas, que cumplas muchos años más– expresa entregándole una pequeña caja de color negro–. Espero sea de tu agrado.

–Gracias, no debiste molestarte…eh...–responde intentando recordar el nombre de esa joven frente a él pero le resulta imposible.

–Zamay, mi nombre es Zamay Morel– indica extendiendo su mano mientras mantiene en su rostro una sonrisa coqueta ante la mirada atónita de Mirt.

Sin lograr comprender absolutamente nada, Mirt sale del lugar para encontrar un buen sitio para poder hablar por teléfono, en realidad no es capaz de salir de su asombro y de la gran confusión en su interior, «Zamay Morel, “Z.M.” ahora comprendo porque esas iníciales estaban en todas las páginas de aquel cuaderno que encontré pero, ¿Por qué usa ese nombre?» se pregunta analizando toda la situación. Mientras tanto, en el interior los jóvenes continúan divirtiéndose, Lukas invita a la joven recién llegada a bailar y ella acepta sin borrar la sonrisa de su rostro. Zenda se encuentra en su habitación desde temprano, el dolor de cabeza la atormenta por lo que ha decido recostarse e intentar descansar un poco, cuando suena su teléfono.

– ¿Quién habla?–pregunta al responder sin mirar la pantalla.

–Señora, soy Mirt.

– ¿Qué sucede, Mirt?– cuestiona preocupándose enseguida.

–No se preocupe, señora, lo que sucede es que recién he visto a Yamini, pero se comporta de manera inusual e inclusive se ha presentado como Zamay Morel, eso me ha confundido y decidí llamarla para saber lo que sucede.