Las clases comenzaron y todos ingresaron a sus respectivos salones, al sonar la campana que anuncia el descanso los pasillos del instituto se llenan por completo, los alumnos que se dirigen a la cafetería para conseguir algo para comer. Entre todos ellos y en dirección a los casilleros avanza Yamini, debe guardar algunas cosas en su casillero antes de poder dirigirse a la cafetería, a la distancia alguien la observa, con una gran sonrisa avanza hasta donde ella se encuentra.
–Hola, te reconocí al verte, no sabía que éramos compañeros, no recuerdo haberte visto antes aquí.
–Hola, Lukas, de hecho si me viste muchas veces pero no te interesó conocerme–responde sin desviar su atención del su casillero–, ¿Qué tal la fiesta? Tuve que irme de pronto, lamento no haberme despedido.
–Entiendo, eso suele suceder, aunque no fue lo mismo sin ti, realmente me estaba divirtiendo.
–Yo igual, bueno, si me disculpas nos vemos en otro momento, ahora iré a conseguir algo para comer–responde alejándose en dirección a la cafetería.
–Te acompaño–indica avanzando rápidamente para alcanzarla y avanzar a su lado, ella se limita a colocar esa sonrisa ladina que la caracteriza.
Ambos avanzan con tranquilidad entre los jóvenes que aun se encuentran en el pasillo, Lukas no ha logrado sacar de su mente la imagen de ella, realmente ha despertado algo en su interior sin que sea capaz de comprenderlo, al llegar a la cafetería ingresan, se encargan de hacer sus pedidos y buscan un lugar para poder tomar asiento. Durante el almuerzo conversan animadamente hasta que suena la campana que indica que deben volver a sus clases, ambos se ponen de pie y juntos se encaminan a la salida, de pronto alguien la detiene, ella dirige su atención hacia esa persona.
– Necesitamos hablar – indica sin liberarla de su agarre.
–No, gracias–responde cortante liberándose del agarre de aquel joven.
–Por favor, se que oíste mi conversación con Lukas y te encuentras molesta pero debes escucharme y comprenderme.
– ¿Debo? – pregunta con tono pensativo –. No lo creo, yo no tengo nada que hablar contigo, ni ahora ni jamás.
– Entiendo de verdad como te sientes pero yo…
– ¿Tu que, Mirt Harper?–cuestiona interrumpiendo las palabras del joven mirándolo con sus ojos entrecerrados–.No te equivoques conmigo y déjame tranquila, entiende que te detesto y no quiero volver a verte en mi vida.
La joven se aleja de ahí sin esperar respuesta alguna, Mirt aprieta los puños lleno de frustración, « Será más difícil de lo que pensé, ¿Quién es esa joven? Es obvio que no es Yamini.» analiza con molestia. Lukas lo observa confundido, no consigue comprender nada, no recuerda que Mirt le hablara jamás de Zamay pero es obvio que ellos se conocen y no solamente eso, si no que ella no tolera a Mirt, la pregunta real es, ¿De dónde se conocen?
El atardecer ha llegado cuando el timbre de la casa de la familia Price suena anunciando una visita. Zenda esperaba a Parker por lo que enseguida se dirige a abrir; sin embargo, al abrir no se encuentra con la dulce mirada de Parker únicamente se encuentra con una mirada llena de consternación, se trata de Mirt Harper que evidentemente se encuentra contrariado.
–Bienvenido, Mirt, ¿Qué es lo que sucede?– cuestiona Zenda con preocupación.
–Lamento mucho molestar a esta hora, señora, pero necesito hablar con Yamini, he tratado de hacerlo todo el día pero ella continua evitándome.
–Comprendo, ¿Sabes, Mirt? Lo mejor sería que esperaras porque por ahora Yamini, ¿Cómo decirlo? No es ella misma y en realidad lidiar con ella de esa manera resulta bastante complicado.
– ¿Se refiere a ese tema de que dice llamarse Zamay Morel? Ese es un tema que en realidad no consigo comprender.
–Entra, en la sala te lo explicaré lo que sucede.
Zenda se encarga de cerrar la puerta una vez que Mirt ha ingresado, el joven cada vez se siente más confundido por lo que espera que lo que Zenda le diga le ayude a comprender mejor todo y aclarar de una vez por todas, ¿Qué es lo que le sucede a Yamini?
– ¿Se te antoja alguna cosa para comer o beber?–pregunta Zenda con cortesía.
–No es necesario, señora, necesito comprender todo esto.
–Entiendo, siendo así comenzaré– expresa tomando asiento en el sofá–. Yamini sufre un trastorno psicológico y es por eso que se comporta de esa manera, físicamente es la Yamini que conoces; sin embargo, a nivel psicológico ella es Zamay, Zamay es la otra personalidad de mi hija.
–Eso es algo confuso, ¿Es decir que Yamini es al mismo tiempo otra persona?
–No al mismo tiempo, las personalidades de ella toman el control de su cuerpo, Zamay es la personalidad más fuerte de mi hija y ahora ha tomado el control y no sé si Yamini regresará porque según Zamay, Yamini no desea volver.
– ¿Cómo fue que Yamini desarrollo ese trastorno?
–En realidad, desconozco cuando fue que apareció Zamay, cuando me percaté de su existencia, fue tarde y ella…– Zenda detiene sus palabras buscando la manera de decir todo de la mejor manera posible.
– ¿Ella qué?– inquiere Mirt con curiosidad.
–Mate a mi padre–responde Yamini desde las escaleras con tono frio dejando atónito a Mirt–. Dilo tal cual es, madre, no tienes que suavizar nada y menos aun con él, te lo he dicho muchas veces, ese día tomé una decisión y no me arrepiento ni un poco, de no haber intervenido, Gael Morel habría arruinado nuestras vidas.
– ¿Podemos hablar?–pide Mirt mirándola y dejando de lado la sorpresa que lo ha invadido al escuchar tal revelación.
–He dicho que no, Mirt, no me interesa hablar contigo y no lo haré ni aunque te presentes en mi hogar pensando que por estar mi madre presente me comportare de manera diferente contigo, déjame tranquila.
–Hija, no seas grosera, vino hasta aquí debe ser importante lo que quiere decirte–interviene Zenda.
–Dije que no quiero, madre– responde girando para volver a su habitación.