Dejando atrás aquellos recuerdos, Ailen regresa a su presente, aún consternada por haber sido descubierta dirige su mirada a su mejor amiga y cómplice en todo aquel plan, el rostro de Shirley se encuentra cubierto de lágrimas, por no haber sido más cautelosa arruinó por completo el plan perfecto de su mejor amiga y teme que su mejor amiga no se lo perdone.
–Lo siento–musita mirando a Ailen.
–Señorita Harper, deberá venir conmigo–indica Bradley al tiempo que con un movimiento ordena que le coloquen las esposas.
– ¡Papá, lo hice por nuestro bien!–exclama con desesperación–, ¡Tienes que ayudarme!
–Te equivocaste, cariño– responde Parker aproximándose, sintiendo como algunas lágrimas llenas de decepción salen de sus ojos, se posa frente a Ailen y toma el rostro de la joven entre sus manos–. Las acciones tienen consecuencias y llegó el momento de que aprendas a enfrentarlas, hija mía, perdóname, no sé en qué me equivoque.
–No lo hiciste, padre, Ailen es quien se equivocó y no es responsabilidad de nadie, únicamente de ella misma.
– ¡Mirt, hermanito, debes ayudarme, no permitas que me lleven!
–Siempre serás mi hermana, Ailen, como tu hermano mayor siempre querré lo mejor para ti y lo mejor ahora es que seas responsable, lo que hiciste no es un juego, le quitaste la vida a una persona por una obsesión.
– ¡Llévenselas!–ordena Bradley, los oficiales obedecen, Peters se mantiene al lado de Bradley–. Lamento mucho el desenlace de este caso, señor Parker, ahora llevaremos a las jóvenes a la estación y una vez ahí, comenzará el proceso de traslado y todo lo demás, llame a su abogado aunque siendo sincero, las pruebas son demasiado concisas y dudo mucho que pueda hacer algo para ayudarlas.
–Comprendo– se limita a responder Parker, se siente aún muy consternado y completamente afectado.
Los detectives se dirigen a la salida y de ahí a los vehículos, Parker y su hijo salen también y siguen a los oficiales de cerca, Mirt se encarga de conducir debido a que su padre se encuentra bastante afectado por todo lo sucedido, jamás imaginó que su princesa sería capaz de todo lo que vió y escuchó en los videos, todo eso únicamente porque él decidió darle la oportunidad al amor.
Algunas horas han trascurrido desde la detención de Ailen Harper y Shirley Olson, las jóvenes se encuentran en la celda, ambas saben que salir de ese agujero en el que han caído, no será nada sencillo e incluso es imposible para Ailen. Shirley había sido su cómplice en todo lo que había planeado e incluso le ayudó a ocultarse pero ella es quien cometió el homicidio y las pruebas son concretas.
– ¡No comprendo cómo lograron descubrirnos, cubrí todo!–exclama Ailen tratando de comprender cuál fue su error, repasando uno a uno todos sus actos, cada movimiento.
–Fue mi culpa, Ailen, cometí errores sin percatarme siquiera–confiesa Shirley llorando, la culpa la consume haciéndola sentir asfixiada, en realidad no deseaba que su amiga fuese descubierta–. Al colocar el teléfono de Yamini en el casillero olvidé la cámara del pasillo, desde ahí cometí error tras error, lo siento.
– ¡Oh, Shirley! Como sea ya no importa, no tengo escapatoria, te sacaré de esto, lo prometo.
–No deberías hacer promesas que no puedes cumplir–comenta alguien con tono burlón llamando la atención de las jóvenes.
– ¿Qué haces aquí?–cuestiona sin ocultar su desagrado.
–Vine a verte, hermanita–indica con tono tierno para después reír.
– ¡Eres una tonta, largo de aquí!
–Yo no soy quien está encerrada, no debiste sobre estimar tu diminuto cerebro, las cosas se hacen bien o no se hacen, Ailen cabeza hueca Harper.
– Muy graciosa– replica Ailen avanzando hasta posarse frente a la joven–. Ríe ahora, Yamini Price, cuando le diga a mi hermano todo lo que encontré en tu diario veremos quién ríe.
–Pobrecita, para comenzar tu hermano para mí no es nadie así que no me importa, después, él ya sabe todo porque la señorita estúpida dejó mi diario a plena vista y por último, espero que te diviertas mucho con las bellas personas de la prisión, dicen que hacen unas maravillosas bienvenidas, te iré a visitar, lo prometo, hermanita– indica para después alejarse, Yamini avanza por el pasillo y a la distancia escucha el grito lleno de frustración de Ailen, complacida sonríe mientras continúa avanzando.
– ¿Qué hace aquí, señorita Price?– la interrogan de pronto.
–Tranquilo, detective, no vine a crear un escándalo y tampoco a decir que se lo dije aunque si se lo dije, ups, ya lo dije, lo siento, no me resistí.
– ¿Quiere terminar acompañando a la señorita Olson y a la señorita Harper?– cuestiona con seriedad elevando una ceja.
–Me encantaría pero no me es posible; además, si me coloca con ese par, corro el riesgo de cumplir sus fantasías y volverme una homicida.
–Retírese, por favor– pide Bradley controlando su molestia.
Yamini retoma su andar hacia la salida del lugar, aún se encuentra sorprendida de saber todo lo que se había atrevido a hacer Ailen, en cuanto se enteró que el caso se había resuelto, no lo dudo, debía enfrentar a esa joven que tantos problemas le ocasionó. «Ella realmente se enloqueció, siendo capaz de todo únicamente por sacarnos a mí y a mi madre de su vida, que tonta.» piensa al tiempo que continua avanzando para volver a casa.
– ¡Señorita Price!– la detienen del brazo haciéndola girar–, ¿Podemos hablar?
– Detective, felicidades, lo consiguió a pesar de que parecía imposible.
–La verdad no puede ocultarse eternamente.
–Si no fuera por usted seguramente si lo habría hecho y ahora no estaríamos aqui hablando, yo estaría en prisión y usted sin trabajo.
–No sea rencorosa, el detective Bradley es un gran profesional y en realidad no lo hice yo solo, mi compañera, la detective Kelley contribuyó mucho.
– Siendo así, tiene también mi agradecimiento, ahora debo continuar con mi vida, adiós, detective– indica dejando un beso en la mejilla de Peters para después girar y comenzar a avanzar.