Culpable mi Jefe 3 "Regresa a mí"

Capítulo 3

Chris McQueen

Me está carcomiendo la rabia al ver esas imágenes del cuerpo de Paula semidesnuda, me hace pensar muchas cosas y cuestionarme ¿Podrá haberse entregado a otro hombre? Eso no puede ser. Ella me lo prometió, jamás dejará que la toque otro hombre confío en mi esposa, aunque, ella dude de mí, yo no lo haré. Ese hombre solo quiere provocarme, pero no lo conseguirá, no dejaré a mi esposa en sus manos.

Me abrazo a los dos pequeños cuerpitos que están a mi lado si pudiera les quitaría ese dolor de su pecho. Los puedo entender, yo estoy que me vuelvo loco. No he podido dormir bien pensando en mi bella esposa y en lo que estará padeciendo por culpa de ese maníaco. ¿Cómo la podré ayudar? ¿Cómo la traigo de vuelta? Dios dame una señal para poder ayudarla.

No puedo seguir aquí con esta incertidumbre de que pase con ella, esto me mortifica mucho. Tengo que ser fuerte por mis niños. No los quise mandar para el colegio, tengo miedo que volvieran por ellos y eso sería peor para mí ahí sí que moría lentamente sin tener a mis pequeños a mi lado. Ya me bastaba con no tener a Paula para perderlos a ellos también.

Deje encargada a Allison de mis niños mientras yo me alistó para ir a la editorial, tengo varias reuniones con inversionistas, aunque, no tengo cabeza para nada, debo sacar adelante la editorial por Paula. Sé cómo esa mujer ama este negocio y más por su amiga para que no pierda su trabajo. ¡Mierda! He olvidado avisarle a Katy lo que está pasando con su tía. No sé cómo decirle que no la cuide bien, que no cumplí la promesa que le hice de que nada malo le pasará. Como ira a tomar la situación.

 Hola, Katy, ¿Cómo estás, pequeña? Tengo que hablar contigo algo muy grave que ha pasado referente a tu tía.

¿Qué ha pasado, Chris? ¡Habla por dios!  Dice algo, alterada — ¿Qué le ha pasado a mi tía? No me digas… que ha muerto, por favor.

 Ni lo digas, Katy. Ni sé cómo decirte lo que ha pasado ¿Puedes viajar a New York? Es mejor hablarlo por persona.

¡Por dios, Chris! ¿Qué está pasando? Dime. No puedo viajar, ahora estoy en plenos exámenes finales de semestre.

 Katy… tu tía… ha sido secuestrada, pero ya estoy haciendo todo para traerla de vuelta a casa sana y salva. Te lo prometo, mi niña.

 ¿Qué?  Cuestiona  Chris ¡Es una broma de muy mal gusto! Sabes que odio esas cosas. Se serió, te lo pido.

Qué más quisiera que fuera una broma, Katy, pero no es así. Concéntrate en tus estudios, hazlo por ella. Te mantendré informada.

¡Concentrarme Chris! ¡Por Dios… es mi tía la única familia que tengo aquí y pides calma! ¿Qué te pasa cabrón? Sabes que… luego te hablo, adiós.

Quede sorprendido como lo tomo Katy, no espera menos de ella, pero su insulto me dejó paralizado. No es una mujer de malas palabras, aunque la puedo entender, le he lanzado una bomba en toda su cara. Paula es como una segunda madre para ella. Estoy listo para salir de casa. Mi hermana se quedará con mis dos tesoros, debo solucionar con Scott la demanda que le interpuso a Paula, aclarar con Viola el malentendido que anda circulando por la editorial que ella es mi amante, al igual, debo verme con algunos inversionistas incluido un gran amigo. Tengo tiempo que no lo veo con  tantas cosas en mi cabeza que lo he olvidado un poco.

Buenos días, Esperanza, solamente comeré tostadas con huevo y café. No tengo mucho apetito con lo de mi esposa, no me provoca nada.

Buenos días, señor Chris, está bien. En 5 minutos tendrá listo su desayuno ¿Los pequeños irán al colegio?

No. No, ellos estarán en casa con mi hermana, no están en condiciones para ir al colegio.

Ni mis hijos ni yo estamos en las mejores condiciones para salir a ningún lado, pero no puedo dejar de lado mis obligaciones, son tantas cosas. De repente suena el timbre notando que Esperanza está ocupada decido abrir para ver quién es.

Buenos días, señor McQueen, me presento soy el detective Joan Becker, el encargado del caso de su esposa. Tengo que hablar con usted muy seriamente.

- Buen día, Chris McQueen, esposo de Paula Arango. Me presentoPase por favor.

Buen día, señor McQueen Saludan María y Marcos, yo solo les bato la mano en sinónimo de saludo.

Esperanza, ahora desayuno. Por favor dos cafés a mi oficina, no quiero molestias.

Pasó a mi oficina junto con el detective que llevara el caso de Paula, me dejó un poco pensativo sus últimas palabras, me asusta que mi esposa esté en peligro, no soportaría vivir sin esa mujer, prefiero morir antes que no tenerla en mis brazos de nuevo.

Entramos a mi despacho a un costado de la sala de estar de la casa. Paula ama las casas grandes con muchas habitaciones. Me senté en mi silla lo primero que vi fue nuestra foto de casados, una lágrima rodó por mis mejillas mientras el detective se sentó en otra silla iba a empezar a contarme los acontecimientos cuando fue interrumpido por Esperanza que traía mi pedido. Ella siguió a la sala dejando las tazas de café saliendo de la sala echando con ella seguro lo cual pedí para no tener interrupciones. Ahora soy todo oídos para ver que tiene que contarme el detective.




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