Cumpliremos Nuestros Sueños

Capítulo Veinte/ Una cosa lleva a la otra.

Solo amándose ellos encontraron la felicidad.

2/3

Emma.

—No quiero seguir admirando eso, Emma.

Suelto una risita. Creo que lo he torturado demasiado haciéndolo ver esculturas de hombres con su miembro al aire, pero se lo merece por planear eso de "pasar tiempo con mi novia". Se notaba de acá a la china que lo hablaron antes con los chicos y de seguro también quedaron de acuerdo para que tengamos las mismas habitaciones.

—Como diría Isa: no sabes apreciar el arte.

—Tú lo estás apreciando bastante.

—No deberías estar celoso de una escultura — lo molesto.

—No estoy celoso de eso — dice señalando el que tenemos en frente.

—Si tú lo dices. Además, no deberías estar celoso, seguro que tú estás mejor que él.

Sonrío cuando logro mi objetivo: hacerlo sonrojar. Tomo su mano y lo llevo hasta una heladería; en la fila para pedir nuestros helados lo abrazo por la espalda y subo mis manos hasta estar a la altura de su corazón, late un poco fuerte.

Como en todos los casos se nos complica hablar con la persona que nos atiende y tuvimos que señalar como niños los sabores que queríamos.

—Creo que mi hermana está saliendo con Santi — comenta mientras camina y toma de su helado.

—¡Qué tierno! Llevan ocultándolo desde hace siglos.

—Lo sé, se me hace raro que ahora lo vayan a formalizar.

—Ivy y tú serán familia — me burlo.

—No lo seremos, pero por desgracia sí nos veremos más seguido, supongo.

Tiro la servilleta luego de terminar mi helado y continuamos caminado.

—¿En qué piensas? — pregunto cuando lo atrapo mirando mucho a una pareja tomándose fotos.

—¿Te gustaría que fuese más demostrativo?

—¿A qué te refieres?

—Como él — señala con la cabeza y veo que el chico de la pareja la abraza y comienza a repartirle besos por toda la cara mientras ella ríe.

—Me enamoré de ti sabiendo cómo eres, Cameron. Además, la efusiva de la relación creo que soy yo.

Él sonríe y tira de mi para besarme, no me aparto porque ¿Quién lo haría? En mi lugar nadie sería capaz, tantas indirectas y directas le mandé y ahora lo tengo aquí, besándome. Cree que me gustaría que fuera más demostrativo, sin saber que un día me dije que no lo dejaría ir tan fácil.

—Si me sigues besando así las personas creerán que quieres hacer cosas indecentes conmigo —hablo cerca de su boca y el ríe.

Nos separamos y seguimos caminando un poco hasta que la noche cae y decidimos volver al hotel.

Al llegar, él propone ver una película desde su celular y yo acepto. Sin embargo, antes me tomo una ducha. Lo bueno de tener el pelo corto es que no se gasta tanto en shampoo y es más rápido. Cuando estoy enjabonando mi cuerpo, a mi cabeza se le ocurre algo muy loco que llego a replantearme si está bien que lo haga.

Cierro la ducha y tomo mi toalla para envolver mi cuerpo con ella. Me miro en el pequeño espejo que hay allí, a mí la idea me gusta y dudo que él quiera rechazarla, tomo valor de no sé dónde para salir.

Cameron está sentado en unas de las camas con su celular en manos moviendo su pierna nerviosamente y ese movimiento me hace sonreír. Camino lentamente y me paro frente a él, sujetando con fuerza la toalla. Cuando nota que estoy frente suyo cierra con fuerza los ojos y traga saliva hasta que lentamente sube su cabeza mirándome.

Acaricio su mejilla y él me mira en silencio. Separa sus piernas para que yo pueda quedar entre ellas y me inclino para besarlo. Sus manos toman mis caderas y, cuando profundizo el beso, siento sus dedos apretarme un poco. En una acción muy jugada me ciento a horcajadas, encima de él.

—Emma... — lo dice con duda, como si no estuviera seguro de hacerlo.

—Creí que yo era la demostrativa de la relación.

Eso parece relajarlo un poco porque ríe levantándose y llevándome consigo para que caiga de espala en la otra cama, de apoco él va liberando el nudo de mi toalla y con cada trozo de piel que va liberando nuestras respiraciones se van acelerando. Mi piel se eriza cuando sus dedos van recorriendo cada centímetro de mi cuerpo y en un punto él vuelve a besarme con desesperación, sin dejar de tocarme con una mano mientras que con el otro brazo se apoya para no aplastarme con su cuerpo.

Quiero estamparle una almohada en la cara cuando se separa de mí y suspira con frustración.

—No tengo protección, Emma.

—Yo sí — me mira sorprendido —. ¿Qué? No me digas que tú nunca pensaste que esto pasaría.

—No... bueno sí, pero...

—Excusas, excusas. Ve y busca uno, está en el bolsillo chiquito de mi mochila.

Él se aparta un poco nervios, lo que causa gracia en mí y rebusca en mi mochila hasta que encuentra uno. Una cosa lleva a la otra, hace unos cuantos minutos estábamos tomando helados, tranquilos y ahora...

—Siempre tan descarda — dice mientras se acerca a mí.

—Y tú siempre tan vestido. Quítate algo por lo menos.

—Tú y tus locuras — niega divertido mientras se quita la remera.

—Te encantan mis locuras.

—Tanto que te seguiré en cada una de ellas.

Se quita lo que queda de ropa y acerico sus hombros cuando de nuevo está encima de mí, me mira y puedo leer la duda en su rostro, asiento, segura y lo hace. En estos momentos yo tampoco puedo ocultar mi nerviosismo porque es algo nuevo para mí. Es bueno que nuestra relación sea equilibrada, porque es él quien tiene paciencia y me espera. Él es la calma que necesito en este momento, el que me tranquiliza con sus besos y sus caricias. El único que es capaz de erizar mi piel solo con una mirada; en un momento de la noche solo nos contemplamos y yo lo acaricio viendo cada una de sus cicatrices, que en algunos casos son iguales que las mías.

Enamorarme de Cameron no fue difícil; él me trae a la realidad y no de una manera brusca, con las palabras necesarias me dice cómo son las cosas, así como yo también le hago ver que no todo es tan malo.



#3117 en Novela romántica

En el texto hay: viajes, amor, amistad

Editado: 16.09.2024

Añadir a la biblioteca


Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.