Cumpliremos Nuestros Sueños

Capítulo Veintidós/ Un auto sin techo.

"Cinco minutos bastan para soñar toda una vida, así de relativo es el tiempo".

-Mario Benedetti.

Isabella.

Despertar con Jake es bastante complicado y lo he comprobado estos días cuando le he hasta suplicado para que nos levantemos y solo decía "aprovechemos el día", su idea de aprovechar el día era muy diferente a lo que yo tenía en mente. Tampoco es que descartaba esa idea, pero no podíamos pasar los días enteros encerrados en el hotel. Si hacia el más mínimo movimiento para levantarme, él rodeaba con fuerza mi cintura y susurraba <<unos minutos más>> y que no los engañe, unos minutos se puede prolongar bastante.

Al día siguiente de nuestra primera vez fue así, me engañó con la excusa de unos minutos y terminamos toda la mañana dentro de nuestra habitación.

Lo que llamó mi atención fue que en ningún momento llegó algún mensaje de los demás, no dieron señales de vida. Lo que me pareció preocupante hasta que Jake me dijo:

—¿Tú crees que solo nosotros nos divertimos anoche?

Y esas palabras lograron que suelte un chillido asustándolo. Rápidamente tomé mi celular y mandé un mensaje al grupo que comparto solo con las chicas.

Yo: ¿Algo nuevo que contar?

Y sus respuestas fueron un claro "Sí". Entonces me obligué a salir de la habitación y pasé toda la tarde con las chicas caminando y chismeado de nuestra increíble noche, incluso Ivy se veía contenta y abierta a hacerle preguntas.

Los siguientes días seguimos descubriendo todo lo que podíamos ver e incluso creo que caminé más en estos días que en toda mi vida. Pudimos tatuarnos y no de forma permanente, por desgracia; encontramos un local donde vendían diseños que se adhieren al cuerpo por 24 horas, yo elegí uno que cubría toda mi columna. Y las noches bueno...las noches eran entretenidas.

La única parte que no grata fue cuando mamá llamó y me preguntó cómo iban las cosas, yo me quedé en silencio y no sé cómo hacen las madres, pero al parecer leyó mis pensamientos y me dio otra larga charla sobre cuidados, bastante vergonzoso. Menos mal que papá no estaba porque si no, esa vergüenza se multiplicaría a mil.

—O podemos quedarnos aquí y ver una película— otra de las excusas de Jake me traen al presente. Es nuestro último día aquí antes de que vayamos en busca del motor home.

—Jake, es nuestro último día y tú quieres pasarlo aquí.

—¡Por eso mismo! Luego no tendremos tiempo ni privacidad en ese vehículo.

—Dylan está muy emocionado, no ir sería como traicionarlo.

O al menos eso dijo él. Consiguió alquilar un auto (sin techo) y vamos a ir a recorrer los campos de La Toscana, yo quiero ir solo para ver si alguien me detiene y me ofrece vino gratis.

—Pero podemos...

—Jake.

Se tira rendido en la cama mientras yo me visto y voy al baño. Al salir, él está cambiado y yo le sonrío solo para molestar.

No desayunamos y vamos directamente en busca de ese auto. ¿Cómo consigue gente que haga esto de alquilar sus cosas? No sé, secretos de Dylan. El auto es bastante grande y se parece a los típicos autos de playa, acomodarnos se nos complica un poco, pero todos logramos subir.

—Sí sabes adónde ir y cómo volver, ¿cierto? — le pregunto.

—Para algo está el GPS — enciende el vehículo y lo pone en marcha.

El viaje se hace largo, pero mis ojos se van solos con el paisaje viendo los cultivos y también admirando cómo los pusieron en una hilera tan perfecta formando caminitos ente ellos. Los caminos de tierra y que a ambos lados se encuentren largos arboles me tienen realmente maravillada, y las casas, esas casas no son de campo, más bien parecen mansiones.

—¡Sube, sube! — grita Emma refiriéndose a la radio.

The Nights de Avicii se escucha y como no se puede evitar algo así, comenzamos a cantar.

—Learned our lessons through the tears.

—Made memories we knew would never fade

Con las chicas nos paramos cantando mientras el auto sigue andando, Jake me sujeta las piernas para que no me caiga y Cameron también lo hace con Emma e Ivy va a delante sin complicaciones.

Siento como el viento golpea mi rostro y es una sensación de libertad que se los recomiendo a todos.

Me alegra que estos momentos los viva con ellos. Los que me dieron tranquilidad a mi enredada vida y adrenalina en los momentos justos, no escogería a otras personas para hacer esto porque entienden y sienten los mismo que yo. Una explicación bastante antigua seria como las aves que por fin pueden ser libres después de estar enjauladas por mucho tiempo.

Si me preguntan cuál fue una de las cosas más buena que me pasó en la vida, mi respuesta seria simple y rápida: mis amigos.

—He said: One day, you'll leave this world behind — cantamos para que incluso los árboles nos escuchen —. So live a life you will remember.

Sonreímos cuando vemos un descampado vacío lleno de césped, sin ningún turista estorbando. Dylan detiene el auto y corremos por todo el lugar, no solo saltamos, hacemos piruetas, nos caemos y reímos. Nadie nos está viendo así que no importa perder la cordura un poco.

—Isa — me llama Dylan subiendo y bajando las cejas —. Aquí no hay nadie.

—¿Y...?

—Nadie nos puede oír.

No entiendo a lo se refiere hasta que Ivy comienza a gritar y ahí recuerdo uno de mis sueños. Rio y me libero gritando también, gritamos, en realidad, porque no solo soy yo. Incluso Cameron se está descargando. Este sueño se me ocurrió cuando vi una película, decían en ella que hacer esto es liberador y no mentían. Descargar lo que tantos años se tenía guardado es realmente liberador.

Grito hasta que siento que mi garganta me dice basta y rio junto ellos. Volvemos con la misma energía al auto y seguimos nuestro camino.



#3117 en Novela romántica

En el texto hay: viajes, amor, amistad

Editado: 16.09.2024

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