Epílogo.

Qué movido fue todo, ¿no?

Pero, ya que vieron conmigo sus vidas, supongo que hay algunas preguntas que deben hacerse. Por eso paso para contarles cómo están las cosas luego de que esos chicos partieran.

Pasó tiempo, sí. ¿Cuánto? Lo suficiente para decirles esto:

Sus padres están bien. Todos han ido a Mandy, algunos tardaron más en cumplir su promesa, pero fueron finalmente, seguro que se imaginarán quién fue esa persona (la mamá de Isa). Ellos están bien; tuvo algo de razón Mandy al decir que los recuerdos quedan, el dolor al principio fue gigantesco, pero con el tiempo aprendieron a sonreír al recordar.

Sus hermanos están bien. El hermano de Ivy con la hermana de Cameron se casaron luego de un tiempo y ahora esperan un hijo. Sam escuchó a su hermana y en las noches busca las respuestas a sus dudas, y Math siguió el consejo de Emma y siempre escucha a su corazón.

Ellos ahora están bien. Viviendo sus propias historias.

Y en cuanto a esos chicos, que revolucionaron sus propias vidas, están bien.

Si me acompañan, se lo demuestro.

Imaginen ese hospital, el que tanto tiempo pasaron encerrados en busca de una recuperación. Imagínenlo vacío, ni una persona anda merodeando por ahí. Comiesen a caminar, vayan directo al ascensor y suban hasta el último piso. Las puertas se abren y para llegar a destino deben subir unas cuantas escaleras más. En el último escalón deben abrir una puerta y al abrirla se encuentran con aquella terraza. Esa en la que ellos se refugiaron todos esos años, donde compartieron risas y llantos; ahí están todos.

Emma aún sigue llevando flores y Cameron hace contraste con toda su vestimenta negra. Jake le sonríe a Isa sabiendo que a ella le encanta sus hoyuelos. Ivy sigue llevando su pelo negro con tonos verdes y Dylan aún sigue siendo empalagoso con ella. Siguen siendo ellos, con la diferencia que ya no hay dolor.

Ellos vivieron plenamente. Vieron los que otros no llegaron a ver, cumplieron sus sueños y encontraron lo sublime.

Ahora... ahora es su turno.

Cumplan sus sueños. No se rindan. Y por más que otros quieran ocultarlo, encuentren lo sublime.

FIN.