Capítulo 5: Chispa y Noche de cristal

CYDENT es un planeta sumamente evolucionado. Su tecnología ha avanzado a tal punto que la sociedad ha superado las necesidades básicas y ha alcanzado un nivel de armonía casi perfecto. La energía del planeta proviene de avanzadas fuentes de energía renovable que proporcionan una fuente inagotable de poder. Los Meltson administran estos recursos.

Tienen una complexión delgada, piel de un marrón claro, grandes ojos verdes y cabello del mismo tono esmeralda.

—Suenan deliciosos —me interrumpe Lot con una risita desagradable—.

—Ni que fueran comida.

—Solo bromeo, ¿a dónde fue tu sentido del humor? Aunque sí que suenan deliciosos, ja, ja, ja.

—Ok, Lot.

Los recursos en CYDENT van desde la exótica flora, los insectos gigantes que una vez que mueren son utilizados como fuentes de energía, las aguas Cydeanas que todas poseen nutrientes superiores, y el suelo que es muy productivo…

—¿Entonces los Meltson distribuyen los recursos dependiendo de las necesidades de los gigantes? —pregunta Lot—.

—No, lo hacen por y para CYDENT. Para mantener la energía del planeta de tal forma que el final no pase. Los seres que habitamos aquí no somos lo más importante, si no el planeta en sí. Esta mágica tierra es la que nos ha permitido evolucionar a este punto.

—¡Wow!

La realidad es que aquí todo es incierto, nunca sabes cuándo algo puede suceder, y el fin de todos llegar. Recuerdo como si hubiera sido hoy el día de la muerte de mi padre. Falleció a los 700 años, hace unos siglos, al alcanzar la altura máxima. Nunca me explicó el porqué de esta condición. Guardó el secreto como si su vida dependiera de ello. Tras su muerte, tuve que asumir la responsabilidad de nuestra especie y continuar con el legado. Además de vivir con la incertidumbre de qué pasará.

Los Durphus somos la especie más grande de Cydent, ya que fuimos los primeros en habitar aquí, comenzando con mis ancestros, miembros de mi familia, por supuesto. Somos un tipo de realeza, y aunque cada especie tiene su propio rol y es autónoma en su área, necesitan la aprobación de mi linaje. Ahora que estoy en coma, mi hermano menor debe estar asumiendo el cargo; espero que no caiga pronto al igual que yo.

—¿Crees que no volverás a despertar?

—Creo que sí, y me siento cerca de ese momento. Aunque no te lo había mencionado antes, últimamente he estado sintiendo estímulos en mis pies y manos, como una especie de cosquilleo. Pero la cuestión no es solo despertar, sino qué pasará después de que despierte: ¿volveré a caer o creceré tanto y moriré? —respondo—.

—Demasiado trágico, hermano. Creo que deberías enfocarte en lo que te dijo la chica, eso de ser el guardián de secretos o algo así.

—Sí, no lo he olvidado, aunque eso creas, solo que no puedo hacer nada por ahora. Pero eso parece ser una señal.

—Estoy convencido de que lo es. Ella dijo: En un sueño profundo yace un guardián de secretos, cuya llave es la chispa que el destino aguarda. Seguro que se refiere a ti que estás en coma, muy similar a un sueño profundo. Debes de saber algo, Laiot. — Dice Lot con un tono más serio que nunca.

—Tienes razón, pero no lo recuerdo.

—La chispa debe ser la clave para acceder a ese conocimiento oculto.

—¿Pero cuál chispa? ¡Qué locura, esto es demasiado confuso! — De repente, un dolor de cabeza intenso, como si una roca gigante cayera sobre mí, me invade. Al mismo tiempo, un nuevo estímulo recorre mis pies, más intenso que antes—. Lot, algo está ocurriendo en mis pies; esta vez, la sensación es más profunda —exclamo sorprendido—.

—¿Qué? ¿Te estás despertando? —grita Lot con desesperación—…

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A través de los ojos de Ivette

La luna estaba extremadamente dorada, como si un eclipse la hubiera transformado; se encontraba justo en el centro del cielo, rodeada de destellos de luz. Parecía una escena sacada de un libro de ficción. La noche más esperada por todos los nuevos cydeanos. Desde la ventana de mi habitación, podía sentir la euforia en las calles y el aroma embriagador de las plantas, con notas tan fuertes como exquisitas. Me puse mi vestido azul largo, con un escote espectacular que combinaba a la perfección con mis ojos y el tono de mi cabello.

—¿Ivette, estás lista? Ya casi es la hora de la fiesta, y tu amiga ya está aquí. Mi mamá entra a la habitación junto con mi amiga Moonchan, y ambas quedan sorprendidas al verme.

—Te ves preciosa, mi Ive —dice Moon con su suave y cariñoso tono de voz—.

—No más que tú, mi Moon. —Pero antes de que pueda seguir, mi mamá nos interrumpe, diciendo que ambas estamos hermosas y que debemos apresurarnos. Nos dice que nos esperará abajo para despedirnos. A lo que asiento—.

—Ive, finalmente llegó la hora de conocer chicos de todas las especies; estoy más que ready. Dice Moon con mucha emoción y una sonrisa de oreja a oreja.

—Ja, ja, ja, ja. Estás loca, Moon, solo piensas en chicos. Por ahora, quiero enfocarme en mí y mis estudios; no quiero distracciones.

—Espero que no me digas otra cosa luego —responde Moon con una sonrisa traviesa—.