Cynefin

1. El Guardabosques

Solamente yo podía ver el bosque y los secretos que cuidaba. Era un mundo de maravillas escondido en lo mundano. En mi pequeña aldea silente de Green Bank, West Virginia, la tierra se forraba en naturaleza; repleto de foresta verdosa, montañas monumentales y ríos con las aguas más cristalinas que has visto en tu vida. El toque del aire era limpio y purificante, vigorizante con olor a nuevos comienzos. A simple vista esta selva apenas unos pies de mi hogar no era diferente a los otros bosques bendiciendo a Green Bank… Excepto que lo era. Tenía magia en sus venas. Vigilaba un pedazo de realidad los humanos nunca estarían listos para aceptar: la fantasía existe y yacía más cerca de lo que se imaginaban.

Descubrí este lugar cuando era una chiquilla traviesa. Aprendí como no todos estaban al tanto de su encanto y los de visión limitada solo veían una gran pared de ladrillo gris expandiéndose de izquierda a derecha hasta perderlo de vista. Recuerdo ese día bien, cuando el velo se alzó de mis ojos. De repente la pared ya no estaba, sino un bosque lustroso lleno de aventuras e historias buscando oído que los escuchara. Más curioso aún era el animal majestuoso recostado sobre el pastizal, bañandose con los rayos del sol. Al verme la criatura salió de su postura relajada y retrocedió detrás la protección de los árboles. Siendo la niña ingenua que era, corrí eufórica hacia el nuevo paraíso, vacía de duda o temor  mientras ignoraba los gritos de mi madre. Fue cuando esos gritos cambiaron a llantos que tuve la sensatez en poner frenos a mi carrera antes de perderme dentro el forraje, viendo como mamá daba palmetazos en el aire como si algo le impedía seguirme o ver que estaba completamente bien.

―Niña, regresa con tu madre. Piensa que buscaste forma de escalar la pared y caíste al otro lado.

Ni tuve el buen sentido en preocuparme sobre el extraño quien mágicamente apareció a mi lado. Me sentía muy maravillada con todos los nuevos sucesos ocurriendo.

―¿Pared? ― Pregunté mirando al extraño, un ser de piel blanca como la leche mezclado en miel y del alto de una torre, su musculatura esbelta capaz de convertir huesos en polvo. Tenía las orejas puntiagudas, similar a elfos embelleciendo las páginas de historias de fantasía los cuales papá solía contarme a la hora de dormir.

―La mayoría de los humanos no pueden ver el bosque Azhon. Eres la primera, al parecer despertaron tus dones.

―¿Dones?

―Sí, ahora que posees el don no solo ves el bosque antes ciego a tus ojos, también puedes apreciar todas las criaturas que lo habitan. Ahora ve, se una niña buena y no dejes que tu madre continúe preocupándose.

El hombre extraño me dio un leve empujón en la espalda para emprender camino.

―¡Pero quiero jugar con el perro! ― exclamé desolada. A esa edad pensaba la vida no era completa si no tenía un perro o gato como mascota con quien compartir la buena dicha de felicidad, pero papá era alérgico y mamá dejó bien claro que no seríamos una familia con mascotas. Imagínate ese duelo para una niña testaruda fascinada con los animales. Aún los amo.

―¿Perro? Se refiere a Dei’Xhing? ― rió a lo bajo el desconocido, sonriendo un poco ―habrá varias oportunidades para jugar en Azhon.

―¿Pues puedo volver? ¿Porque tengo el don?

―Correcto. Puedes ir y venir cuando le plazca. Vivo aquí, la protegeré y le enseñaré cómo manejar tu nueva habilidad. Por ahora regresa con su madre. Si no tenemos cuidado, las emociones inestables de los humanos pueden ser muy peligrosos... La próxima vez que nos veamos podrás conocer a Dei’Xhing, el espíritu del bosque. ¿De acuerdo?

Satisfecha con el arreglo, troté hacia mamá. Pero antes de cruzar la barrera que nos separaba, me dirigí una vez más al extraño quien ya catalogué como mi nuevo amigo.

―¡Me llamo Quincy! ¿Cuál es tu nombre?

Ante mi pregunta, este se enderezó como si la introducción no era tan simple para él como lo era para mí, y en una voz llena de un orgullo inocente pronunció:

―Soy Mekhi. El guardabosques asignado en proteger Azhon. Purificador de tierras y exterminador de Malignos.



#20899 en Fantasía
#4400 en Magia

En el texto hay: elfos, romance accion y drama, naturaleza paisaje fauna

Editado: 20.06.2018

Añadir a la biblioteca


Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.