A todos aquellos que estuvieron con nosotros, a los héroes caídos que nos abandonaron en algún punto de la batalla, a los que llegaron a la mitad de esta, a los que lucharon por seguir ahí, y a quienes nos pasaban la tarea, o nos explicaban cuando no entendíamos y a aquellos que nos sacaban de cualquier apuro.
En sí, a cualquier alumno del "D" de la “Generación COVID-19” (nombre dado por el profesor de Comercio Electrónico).
La vida de un estudiante no parece ser fácil, pero tampoco es lo más difícil, o al menos, estando en el bachillerato, sí, tiene sus altas y bajas, pero nada que no puedas superar, mas hoy, no te vengo a vender una historia ficticia donde dos personajes opuestos se atraen y terminan teniendo muchos hijos, una casa bonita y un matrimonio feliz, no señor.
Vengo a contarte anécdotas (parece chiste, pero es anécdota), vengo a recordarte cada error y risa, o problema no intencional en el que se metió el D
Pero... ¡Hey! Las risas no faltaron.
Porque, aceptémoslo, algo en nosotros se mueve al saber que este era nuestro último año, y que perdimos nuestras ultimas risas y enojos con nuestros compañeros gracias a un virus que anda por ahí (sabrá el espíritu santo de qué virus hablo). Así que, a un año de haber salido del bachillerato, les entrego este libro, lleno de todo y de nada, con palabras mal escritas y diferentes opiniones.
Les entrego este ¿Anecdotario? (¿Es el término correcto? No lo creo, suena inventado, pero dejémoslo así) para que se intenten reír, y a pesar de que no nos veremos, ni tendremos graduación en persona como lo imaginamos, puedas saber que el D, no era aburrido y siempre tendrá una historia que contar.