Daddy; 1[editando]

❀Seis❀

|Zoe|

Agarré la almohada en mis manos y la abracé mientras despertaba lentamente, ese calor acogedor que solo Benjamín me había dado en toda la noche ya no estaba y tenía frío. Parpadee lentamente mirando a la ventana notando que apenas está amaneciendo.

Salgo de la cama con miedo, indague en toda la habitación en busca de Benjamín, pero no lo encuentro. Salgo de la habitación y observó a Richard que está parado como un soldado enfrente de la puerta, extiendo mis brazos hasta que me carga.

— ¿Qué quieres? ¿quieres a Benjamín? — asiento aún adormilada, cierro mis ojos cuando comienza a caminar.

Siento como soy pasada a otra persona entre gruñidos, abro un poco mis ojos y sonrió al ver el cabello castaño de Benjamín. Me aferro más a él mientras vuelvo a cerrar los ojos perdiéndome en mi inconsciencia.

Escuchó un fuerte golpe y rápidamente abro mis ojos, miro en donde estoy recordando que se parece en donde Benjamín siempre está trabajando.

—¿Qué sucede? — murmuró antes de bostezar.

Dos pares de ojos me miran y les sonrió.

— Nada princesa sigue durmiendo. — niego, Benjamín se para de su silla y camina hacia dónde estoy inclinándose. Richard solo ve cualquier otra cosa y miró a Benjamín con atención.

— ¿Qué sucede? — niega, besa mi frente y acomoda mi cabello detrás de mi oreja.

— Es solo trabajo, tú solo duerme tranquila Daddy terminará pronto su trabajo e iremos a comer. — ladeo mi rostro.

— Oh, ¿Quieres que te llame Daddy? — asiente con seriedad dándome miedo. — Esta bien, dormiré como Daddy dice. — sonríe y besa mi mejilla, me recuesta en el cómodo sillón y me arropa.

— Es bueno que seas una niña buena. — acaricia mi rostro.

Aún recuerdo cómo después de dormir ayer volví a levantarme porque tenía sed y Benjamín se levantó y me alcanzó, me dio leche y me dijo todo lo que era un Daddy y lo que sería yo si lo aceptaba. Me dijo que si pensaba que eso estaba mal lo dijera, pero no sé si ser lo que él quiere que sea es malo.

No sé muchas cosas y todas las que he conocido por Benjamín son buenas cosas, antes de volver a dormirme le dije que no estaba mal y que sería su little girl, así creó el dijo.

Decirlo en mi mente es tan fácil que pronunciarlo, cierto mis ojos rendida al sentir mi cuerpo pesar. Benjamín besa mi frente antes de terminar por completo dormida para mi siesta de la tarde.

Miraba a Benjamín y volvía mi visita al papel, quería dibujarlo y estaba muy concentrado en lo que estaba haciendo en su computadora. Hace rato que estaba ocupado me enseño a poner videos ahí, y vimos una película.

Ahora sólo estaba esperando a que él terminara, dijo que no tardaría, quiero que se sorprenda al ver el dibujo. La última vez que tuve una maestra me dijo que yo era una gran artista.

Seguiré siéndolo. Hace mucho que no estoy en la escuela y hace mucho que no se en donde están algunos amigos que tuve, recuerdo que uno se llamaba Joe, lo recuerdo porque siempre rayaba eso en la pared creo que era algo que nunca quería olvidar.

Pero no recuerdo cómo era y no creo que siga viéndose igual.

— Que bonito dibujo. — alzo mi rostro notando que estaba tan distraída en mis pensamientos. — ¿Soy yo? — asiento.

— ¿Te gusta? — se agacha quedando a mi altura, se sienta en el suelo y me sienta en una de sus piernas.

— Claro que sí, todo lo que haga mi Little es hermoso. — me sonrojo. — Lo enmarcare y estará en mi escritorio. — niego.

— Haré otro más bonito, este esta feo. — trato de quitarlo de sus manos pero lo aleja. — Daddy eso está feo. — se tensa y lo miro. Hago un puchero queriendo que me dé el dibujo, pero niega.

— Tarde, ya lo vi y me gustó. — besa mi frente.

— Pero... — me cruzo de brazos.

Alguien toca la puerta y sonrió a ver a Rich, trato de pararme para ir con él, pero Benjamín me lo impide.

— Solo unos cinco minutos. — dice Rich antes de salir.

— Princesa, ayer recuerdas lo que pasó— asiento. — No podremos estar aquí más tiempo, tendremos que irnos para que estés segura en otro lugar. No sabía cómo decírtelo, pero no creí que nos quedará tan poco. 

— Oh, pero... ¿por qué? — acaricia mi cabello.

— Hay muchas más personas malas en este mundo y tu no debes de estar cerca de ellos. — ladeo mi rostro.

— Pero en la noche me prometiste tener una mascota. — me carga mientras se levanta. — Dijiste que si dormía me comprarías una, y si me dormí. — ríe.

— Será para otro día. — asiento. — Vaya, es la primera vez en mucho que no peleas por tener algo que quieres. ¿Es por los castigos que dije? — asiento.

Los castigos solo son malos y dolorosos, eso nunca se me va a olvidar. No hay castigos bonitos solo malos y dolorosos.

— Vas a ver que algunos te gustarán. — ladeo mi rostro hay castigos que me ¿gustarán?

— Y mis peluches, ellos son parte de mi Daddy — digo cambiando el tema aún hay cosas que me dan escalofríos.




Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.