Daddy; 1[editando]

❀Doce❀

|Zoe|

Sentí su rechazo cuando intentó desviar mi pregunta y no responder, me senté en el asiento colgante que había en la habitación y dejé de mirarlo. Estaba seria y no quería mirarlo.

— Princesa, no es que quiera no decirte. — agarra mi rostro entre sus manos. — Bebé...

— No me digas así, siempre evitas cada pregunta que te hago. Solo quiero saber la verdad lo sabes, nunca nadie se a detenido en ayudarme como tu lo has hecho y tampoco nadie nunca me a contestado cada pregunta que hago él único que lo hace es James. — sentí mis lagrimas en mis mejillas.

— Quiero responderte todas tus preguntas, solo necesito tiempo. — niego.

— ¿Cuánto más seguirás sin decirme las respuestas de mis preguntas? — lo miro. — Odio eso, cuando estaba en esa pesadilla me hacían lo mismo y no quiero eso. — suspira.

— Yo tampoco quiero que te sientas así, eres importante para mi y no quiero esconderte nada ni que te sientas así. Si te digo las cosas quiero que me creas, pero lo que escondo es muy difícil y loco de creer. — me mira con más determinación y paciencia, miro la mirada en sus ojos y es como si estuviera luchando consigo mismo.

— Daddy, yo siempre te creo. ¿Por qué no lo haría? aún estando en esa burbuja donde pensaba estar bien creía en tus cosas sin importar otra cosa porque tú eres bueno. Eres bueno conmigo y eso solo es lo que me importa. — pasa mechones de mi cabello por detrás de mi oreja y beso mi frente, suspiro mirándolo dándome cuenta que él no a dejado de hacerlo.

Miro algo rojizo en sus ojos y me asusto, sus ojos se oscurecen por unos breves segundos y parpadeo extrañada por lo que a dicho. Se incorpora y camina llevándome agarrada de la mano, miro nuestras manos sintiendo un extraño cosquilleo. Cuando llegamos al lugar que sea quitó su mano, y regrese a la normalidad.

Observé mi alrededor mirando que ahora estábamos en el bosque alejados de todos.

— Daddy, tengo miedo. — murmuro poniéndome detrás de él asustada al ver cómo está más oscuro debajo de los grandes pinos.

Suspiro apretando mis manos a su camisa y agarra mis manos haciendo que lo siga hasta sentarme en un tronco que está tirado en el suelo, me siento y lo miró sin dejar de verlo.

— Pequeña, vas a cerrar tus ojos y contarás hasta cinco. — asiento.

— No me pasara nada malo ¿verdad? 

— Yo estaré aquí para cuidarte, como lo he hecho desde que te dejaron aquí conmigo. — junto mis labios en una línea fina y asiento cerrando mis ojos poniendo mis manos encima de de ellos tapando mis ojos, para estar segura de no ver nada.

Suspiro y sonrío tratando de estar tranquila, pero este lugar me da miedo y siento que en cualquier momento algo pasará.

— 1... 2... 3... 4... 5... — espero aún unos segundos y suspiró antes de alejar mis manos y abrir mis ojos.

Escucho un gruñido y rápidamente alejo mis manos de mi rostro, miro al gran lobo negro que vi hace algunos días en los que estaba con James. Miro hacia todos lados sin ver a Daddy y niego asustada.

— Daddy. — murmuro esperando a que salga de algún lugar.

¿El lobo se lo comió? Me incorporo y giro mi rostro hacia todos lados. Frunzo mis labios y caminó hacia atrás asustada por el mal presentimiento que tengo en mi pecho. Me siento en el suelo abrazándome a mi misma asustada de que él no esté aquí, comienzo a llorar sintiendo miedo.

El aliento caliente del lobo cala en mi nuca y saco mi rostro de mi escondite mirándolo, se ve muy bien él como si no le hubieran hecho daño.

— Tengo miedo. — murmuro acariciando su cabeza, paso mi mano por una de sus orejas y miró cómo ladea el rostro. Rió al escuchar un ronroneo de su parte y dejo de llorar para acariciar todo su rostro. — Eres muy bonito, no sabes dónde está Daddy. — se sienta y me mira. — Soy una bruta tú no hablas ni me entiendes. — niega.

Ladeo mi rostro algo confundida.

Cuando estoy por decir algo una flecha roza mi cabello y abro mis ojos con pánico tirándome al suelo. El lobo negro comienza a gruñir en advertencia a algo y brinca desapareciendo de mi vista, cierro mis ojos escuchando diferentes sonidos y gritos. Me hago bolita siguiendo en el mismo lugar tapando mis oídos.

Escucho cómo aúlla algo, y suspiro con miedo. Siento un pequeño sonido en mi oído, un leve aullido de tristeza y dejó de tapar mi rostro con mis manos para ver qué es lo que hace ese ruido. Se queda sentado y pone su cabeza sobre la mía revolviendo mi cabello, me abrazo a una de sus piernas, ese lobo es realmente grande.

— ¿Puedes llevarme a casa? — murmuro solloza. Me incorporo sin despegarme de su lado sintiéndome más tranquila. Sigo pensando en qué Benjamín desapareció cuando el lobo apareció ante mis ojos. — Quiero a Daddy de vuelta. — el gran lobo me mira.

Lame mi rostro y hago una mueca.

Se aleja de mí y miró atenta cualquier cosa, el lobo se va haciendo más pequeño y aún más hasta ver a alguien agachado en el suelo, ladeo mi rostro ya que después de lo de James nada se me hace extraño o raro. Todo puede ocurrir en este lugar ¿creo?

En mis ojos aparece Benjamín y corro hacia él abrazándolo, engañándome a él sin despegarme por ningún segundo.




Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.