Daemonium

Capítulo 42. Hermanos

Entró a la siguiente casa buscando a más humanos que aún no han sido poseídos por mis hermanos. Ya he logrado resguardar a varios, sin embargo cada vez es más difícil encontrarlos y poder ayudarlos sin ser detectado. Tengo que ser cauteloso y tener cuidado, si saben que los estoy ayudando a escapar me delatarán con el hijo del diablo y no solo será una advertencia a lo que me enfrente ahora. 

 

Me dejo caer al suelo agotado, no he descansado desde que Evelyn me pidió esconder la daga. Ni en un millón de años imaginé que estaría en esta posición de salvar este plano terrestre, mucho menos creí poder amar a una humana y encariñarme con ella como lo hago. Cierro los ojos imaginando a aquella mujer que amo, me pregunto qué estará haciendo ahora, la extraño más cada minuto que pasa, cada fibra de mi cuerpo me pide regresar con ella, mi corazón se siente pesado desde que me aleje de su lado, los días me parecen eternos, son en estos momentos en dónde añoro estar a su lado. 

 

Si me he permanecido lejos es por el simple hecho de protegerla, pero cada vez me resulta más difícil. No puedo evitar imaginar el futuro que quiero con ella, aquel por el que ahora estoy luchando por obtener, mi corazón se acelera lleno de alegría, Maia sigue siendo ese rayo de felicidad que me invade en este ambiente oscuro y caótico. 

 

Archer, necesito que vengas ahora mismo, es urgente.

 

Escucho la voz de Evelyn llamarme. No me ha dicho lo que sigue en el plan, cada vez es menos el tiempo que tengo para hablar con ella, y ahora menos con Adam siguiendo cada uno de sus pasos. Si me llama ahora con tanta urgencia sólo puede significar que algo grave pasó. 

 

Desaparezco de la pequeña casa para reunirme con ella, el aire abandona mis pulmones al encontrar aquel rostro que no esperaba ver pronto, la furia crece dentro de mí conforme miro los hematomas por su rostro y su cuerpo, permanece de rodillas amarrada para que no pueda moverme. Me muevo antes de ser consciente hacía ella para auxiliarla, el cuerpo de Evelyn se interpone en mi camino impidiendo que me acerque más. 

 

Quitate Evelyn. 

 

Demando cerrando mis puños con fuerza preparándome para enfrentarme a todos estos hijos de puta que se atrevieron a ponerle una mano encima a mi cielo. 

 

No puedo hacerlo. 

 

No me mira, se mantiene concentrada en lo que sucede frente a nosotros. 

 

Qui. Ta. Te.

 

Me ignora plantada en su lugar, mi mandíbula está tan tensa que duele, todo a mi alrededor se torna rojo, puedo sentir mi sangre hervir, mi cerebro no es capaz de procesar nada que no sea a mi humana herida. 

 

—¿Algo que quieras compartir?—pregunta el maldito hijo del diablo. 

 

Me muevo listo para confrontarlo, me importa poco si sabe que estoy ayudando a los humanos. La voz de mi humana interrumpe el silencio llamando la atención de todos, incluyendo la mía. 

 

—Eres un maldito niño berrinchudo que no hace más que estupideces solo para llamar la atención de su papi—se burla Maia impresionando a todos. 

 

Adam se acerca a ella de una manera intimidadora, sus ojos comienzan a resplandecer de rojo. Intento moverme, pero Evelyn me detiene una vez más frustrándome. No sé porque permite que este pasando esto, si Adam le pone una mano encima voy a matarlo, no me importa lo que Evelyn quiera.

 

—Tienes la furia de nuestro padre, tengo que reconocer eso, pero no dejas de ser una inservible humana.

 

—¿Qué?

 

¿Cómo que su padre? ¿De qué mierda está hablando?

 

Maia lo observa con furia sin negar sus acusaciones lo que me deja en claro que ella ya lo sabía. ¿Por qué no me dijo nada? ¿Desde cuándo lo sabe?

 

—Dime hermanita, ¿tu familia ya lo sabe?—continua el hijo del diablo. 

 

—Con mi familia no te metas infeliz—reacciona ella mirándolo con una clara advertencia. 

 

Adam sonríe con burla, se levanta del suelo mirando al ángel y a mi humana con aire de superioridad. 

 

—Llevense a ambos de aquí, no los quiero seguir viendo—los demonios detrás de ellos se mueven sosteniendo a ambos de los brazos con más fuerza de la necesaria.—No los lastimen tanto, tengo planes para ambos. 

 

Siguelos.

 

Ordena Evelyn, no necesita repetirlo, primero muerto antes de dejarla sola de nuevo. No debí irme de su lado, creí que el ángel era lo suficientemente fuerte para cuidarla, pero ya veo que me equivoque. Abandono el cuarto buscando a mi humana y al ángel por todo el lugar sin éxito, no sé a dónde mierda los llevaron. La desesperación se apodera de mí, cierro los ojos de nuevo saltando hasta dónde sea que este ella sin importarme que mis hermanos puedan verme. 

 

Aparezco en una celda, pronto escucho la voz desesperada de mi humana alertandome, se mueve intentando detener el sangrado que tiene el ángel por sus alas, me arrodillo en el suelo de golpe, sostengo sus hombros inspeccionando su cuerpo. 




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