Daemonium

Capítulo 44: Reencuentro

Intento comunicarme de nuevo con Evelyn, pero no hay respuesta. Me preocupa que no haya aparecido aún, han pasado horas desde que la última vez que la vi, y no puedo salir en busca de ella gracias a los muchos símbolos que protegen el lugar. Por otra parte no quiero que Maia vuelva a pelear con su tío por mi culpa, no quiero darle razones para expulsarnos de este lugar, porque estoy seguro que Maia se iría conmigo de aquí. Julian no ha dicho mucho desde que llegamos, parece querer salirse de su piel cada que mis ojos conectan con él. 

 

—Pude conseguir esto de comer—llega Maia a nuestra mesa dejando unos platos con poca comida en ellos. 

 

—No tengo hambre—respondo. Prefiero que coma ella, lo necesita más que yo. 

 

—Come algo por favor, te necesito fuerte Archer—responde dividiendo las porciones de comida.—Tu también Julian, no has comido nada estos días. 

 

Maia le sirve sin embargo no hace ni el intento de comer, algo está mal con él, su mirada es un caos desde que llegamos. Para mi sorpresa se ha mantenido al margen de todo dejando que Maia y yo arreglemos las cosas. Mantiene sus ojos en el plato sin hacer ruido, mientras mi humana y yo nos encargamos de comer. De pronto unos gritos afuera de la puerta del búnker nos alertan a todos, los ladridos de los perros del infierno se escuchan ocasionando que varios humanos salten en sus lugares corriendo en busca de un escondite. Me muevo rápido preparándome para enfrentar a mis hermanos en caso que logren derribar la puerta. No entiendo cómo nos encontraron, se supone que este era un lugar seguro. 

 

Es el tío de Maia quién se plata frente a la puerta apunta a ella listo para disparar en cualquier momento. 

 

—¡Soy yo, maldita sea! ¡Abran!—gritan con desesperación del otro lado del metal.—¡Apurense! 

 

Nadie se mueve con temor a que sea un juego mental de mis hermanos. 

 

—¡Cocodrilo rojo! ¡Cocodrilo rojo!—repite como si fuera una especie de señal. El tío de Maia maldice moviéndose con rapidez hasta la puerta. Lo ayudo moviendo la pesada puerta. Los gritos se hacen más fuertes, de un segundo a otro un resplandor nos golpea quemándome, tengo que retroceder sin poder ayudarlo. 

 

—¡Ayudenla! ¡Van a matarla!—alcanzo a escuchar los gritos desesperado del primo de Maia. 

 

Sin esperarlo Julian se mueve con una velocidad sorprendente afuera, siento la energía de Julian incrementar exponencialmente, el llanto de los canes retumba por todas partes para pronto desaparecer. Asomo la cabeza cuando siento el poder de Julian mitigar, lo encuentro arrodillado junto a un cuerpo inerte. 

 

Evelyn. 

 

La carga entre sus brazos entrando con ella al bunker, sangre baña su cuerpo, puedo ver las mordidas que los perros le hicieron, siento un peso presionar mi pecho al ver que no está respirando. 

 

—¡Qué hacías afuera!—escucho la disputa que se desarrolla a un lado de nosotros.—Pudiste haber muerto Ian—le recrimina su padre. 

 

—Rosa necesitaba medicina, además de que alguien tenía que ir por provisiones, creí que era seguro…

 

Dejo de prestarle atención para enfocarme en mi hermana que parece no reaccionar, Julian utiliza todo su poder para curar sus heridas hasta que no haya rastro de ellas. Sostiene su mano con fuerza más tiempo del necesario teniendo una lucha interna que no logro comprender. 

 

—Llevenla al cuarto, estará más cómoda ahí—deja ir de su mano. 

 

Soy yo quién la levanta del suelo para poder llevarla al cuarto que nos prestaron, la mirada de todos nos siguen hasta que Maia cierra la puerta para darnos privacidad, dejo a Evelyn en la cama con cuidado.

 

—¿Cómo nos encontró?—Maia se acerca a la cama para verla mejor. 

 

—¿Increíble coincidencia?—no encuentro otra razón.  

 

—¿Crees que Adam sepa que está aquí?

 

—No. Ya sabríamos de él si fuera así. Tendremos que hablar con ella cuando despierte, solo ella sabe lo que podemos hacer ahora. 

 

Julian se mantiene lejos sin apartar la vista de ella, no puede ocultar que le afecta verla así. 

 

—La recuerdas—no necesita contestar para saber que estoy en lo cierto. 

 

—¿Julian?—habla Maia esperando que diga algo. 

 

—Los demonios me capturaron el día que subieron mientras intentaba ayudar a los hijos de mi padre escapar. Me llevaron hasta su líder que resultó ser el hijo del diablo, Evelyn estaba con él, son amantes. 

 

Maia me mira esperando que niegue o confirme lo que dice. 

 

—Lo fueron—confirmo con temor a que eso traiga represalias en su Eve. 

 

—Me engañó para poder regresar con él, después debió borrar mi memoria creyendo que nunca la recuperaría—dice molesto.

 

—Quizá ella…—intenta hablar Maia. 

 

Julian niega de inmediato cortando lo que sea que Maia iba a decir. 




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