—Tardará en despertar, no puedo saber el grado que afectó el anticristo, eso solo lo sabremos cuando despierte—anuncia Evelyn regresando al presente con nosotros.
—Gracias—le agradece el ángel.
—No me agradezcas, como dije, no sé quién será una vez que despierte. Lo que sí sé es que era un espía de Adam, no tengo dudas de que vendrá por nosotros en cualquier momento.
—¿Cómo lo sabes?—pregunto alarmado.
—No te metes a la mente de alguien sin ver una que otra cosa, ese idiota ha pasado los últimos días intentando comunicarse con Adam, parece ser que lo consiguió hace unas horas.
Maldigo entre dientes.
—Maia—salgo de aquí buscando a mi humana.
—Nos vemos en la entrada en cinco minutos—alcanzo a oír al ángel.
—¿Qué pasa?—es ella quién viene a mí.
—Tenemos que irnos—sostengo su mano yendo hasta nuestro cuarto dónde están sus cosas.
—¿Qué pasa?—repite alterada.
—Adam sabe que estamos aquí, tenemos que irnos—respondo guardando todo lo que veo en la mochila.
—¿Cómo?
—¡No importa cómo solo empaca tus cosas!—exploto con el miedo apoderándose de mí. Detengo lo que estoy haciendo para verla herida por la manera en que le respondí.—El anticristo logró comunicarse con Adam, sabe nuestra locación.
Asiente parándose a mi lado para ayudarme a empacar.
—Iré a hablar con mi tío. Él también tiene que irse de aquí.
Se aleja sin que me de tiempo para responder.
—Maia—la detengo con un mal sabor de boca, la beso, no fue mi intención hablarle así.—Perdóname.
Asiente acariciando mi mejilla.
—Iré con mi tío—se despide saliendo del cuarto.
Saldo del cuarto asegurandome de no dejar nada importante para Maia, la espero en el pasillo a que termine de hablar con su tío. La puerta se abre mostrandolos a ambos.
—Si algo le pasa a mi sobrina te cazaré hasta el fin del mundo—me amenaza.
—Tío…
—Si algo le pasa a su sobrina yo mismo me entregaré a usted—respondo.
El hombre me mira con sospecha, sin embargo no dice nada más, se aleja buscando a su hijo en los alrededores.
—¿Los demás?
—Esperando por nosotros en la entrada—le informo caminando a su lado.
—Tengo que hablar con mis amigos primero—alcanzamos a oír a Evelyn esperando por nosotros en la puerta.
—Aquí estamos Eve—le dice mi humana lista para lo que sea que ella tenga que decir.
—¿Qué sucede?—conozco esa expresión mejor que nadie.
—Lo que tengo que decirles es importante, les pido me escuchen primero.
—Te escuchamos.
—Necesito recuperar la daga para abrir el portal del infierno—comenzamos mal.—La perdí en un enfrentamiento con Adam.
—¿Cómo que la perdiste?—si esta es una broma es una terrible para estar haciendo ahora.
—El día que escaparon lo llevé hasta la cabaña donde escondiste la daga. Obtuve su sangre, abrí el portal y estaba a punto de llamar a todos lo demonios, pero me ataco y me dejo inconsciente, lo siguiente que supe cuando desperté es que desapareció con la daga.
—Mierda—el maldito puede matarnos a todos ahora.
—Eso no es lo único, también tengo que confesarte algo—¿que falta ahora? ¿que podría ser peor que nuestro enemigo tenga nuestra arma más poderosa?—El ritual invoca a todos los demonios, buenos, malos, no tan malos, TODOS.
—Es decir que…
—Ambos regresaríamos al infierno—termina por confesar.
¿Por qué mierda me dice esto ahora?
—No—Maia se aferra a mi mano negando con la cabeza.
—Esa es la única forma de detener esto.
—Maia, ella…—empiezo a decir temiendo que ella también terminé en el infierno, ese lugar no es para alguien como ella.
—No, ella no iría, a diferencia de nosotros hay una parte humana en ella que la ata a la tierra, su cuerpo y alma permanecerán aquí—dice para mi tranquilidad.
—¿Por qué no lo dijiste antes?—cuestiona en ángel mirándola con clara molestia.
—Porque sabía que me hubieras detenido—no puedo creer lo que estoy oyendo.
No quiero irme, no quiero regresar, ese no fue el plan que teníamos.