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A lo lejos, en el bosque, de repente noté una luz. Junto con la alegría fugaz, surgió una anticipación incomprensible y la sed se intensificó muchas veces. Sin prestarle más atención, corrí hacia adelante, más cerca al calor, a la gente.

Un chico con una chica y un anciano estaban sentados junto al fuego. Hablaban en voz baja sobre algo, la chica sonrió soñadora, recostandose en el pecho del chico que la abrazaba gentilmente.

- ..y luego nos casaremos. ¿No es así, Dafna? - Escuché un fragmento de la historia del tipo. La chica, avergonzada, le dio una palmada en broma en el brazo, pero asintió rápidamente.

- Pues bien. No me importaría dar un paseo en su fiesta de bodas y cuidar a sus nietos. ¿Ustedes piensan en los niños, no? - el anciano sonrió afablemente, retorciéndose el bigote gris, obligando a ambos jóvenes a avergonzarse.

Una rama se rompió debajo de mi pie, haciendo que todos saltaran en asusto. Sin esconderme más, salí de detrás de los árboles.

El fuego iluminó mis pies descalzos, flacos, arañados, un vestido ligero raído, manchado ... ¿de sangre? Y no lo noté antes en la oscuridad. ¿Qué me pasó?

- ¡Dioses, esta es una niña! ¡¿Qué te ha pasado?! - exclamó Dafna, como si escuchara mis pensamientos, y corrió hacia mí. Los hombres se levantaron de sus asientos de un salto y miraron a su alrededor con ansiedad, pero todo estaba en silencio. Solo yo rompí su paz.

- Tengo sed ... Y tengo frío. ¿Me mantendrás caliente? - pregunté lastimeramente.