Dama A Reina

Capítulo 8 - Vive Como Si No Estuvieras Aquí

Patrizia tenía una mirada ausente cuándo Lucio le tendió su mano con expresión enojada.

"Levántate."

Dijo Lucio.

En ese momento, Patrizia no podía evitar preguntarse qué era lo que había visto Petronilla que hizo que se desmayara.

¿Fue acaso porque vio a este hombre, su ex esposo de su anterior vida?

O fue porque...

Patrizia palideció debido al repentino pensamiento que llegó a su mente.

No podía ser...

Quizás, Petronilla había visto al Emperador y a Rosemond juntos.

Patrizia quería agarrar al Emperador por el cuello y exigirle respuestas, pero eso era pura fantasía.

Nunca podría pasar de verdad, por supuesto, sin mencionar que era un comportamiento nada adecuado para una futura reina.

En su lugar, Patrizia no tuvo otra opción que tomar su mano.

Mordió su labio al reconocer la cruel y vergonzosa verdad.

Era considerado blasfemia rechazar al Emperador y la reina no podía ser irrespetuosa con su esposo y gobernante.

Su parte racional le advirtió que no se dejara llevar, pero en su corazón, lo maldijo, algo que Patrizia no hacía con nadie.

"...Gracias."

Dijo finalmente Patrizia mientras tomaba la mano de Lucio para ponerse de pie.

La verdad era que, Patrizia detestaba que su gratitud fuera debido a la necesidad.

El Emperador no dijo nada en respuesta a sus palabras.

Patrizia no esperaba una de todas formas y comenzó a cojear hacía la cama de su hermana.

Cada paso era tan pesado cómo levantar plomo.

"Hermana..."

Patrizia finalmente llegó a la cama en la estaba Petronilla y, una vez más, las lágrimas comenzaron a caer por sus mejillas hasta las sábanas blancas de la cama.

Se aferró a la sabana mientras lloraba silenciosamente sobre su hermana inconsciente.

Lucio, quien había estado observando a las dos hermanas, se volteó y dejó la habitación.

Cuando la puerta se cerró, Patrizia finalmente comenzó a sollozar cómo una niña pequeña.

***

Afortunadamente, Petronilla recuperó la consciencia antes de medianoche.

Abrió los ojos y encontró a Patrizia sobre la cama.

Petronilla recordó la escena con la que se tropezó antes y una vez más, su corazón se rompió.

Algo muy triste para su querida hermana.

Petronilla alargó su delicada mano y acarició con nostalgia el cabello de la durmiente Patrizia.

Ella sabía que Patrizia no soñaba con un príncipe montado sobre un caballo blanco como ella, pero por lo menos... esperaba que no pasara nada desafortunado antes de que su hermana se casara.

Una lágrima tan clara cómo el cristal cayó de los ojos de Petronilla y cayó en la manga de Patrizia.

"Mmmm."

Murmuró Patrizia y despertó al notar la sensación de alguien acariciando su cabeza.

Petronilla se secó con rapidez los ojos y encaró a su hermana.

No quería que Patriziala viera de esa forma y se preocupara.

"¿Estás despierta, Rizi?"

Dijo Petronilla con voz alegre.

"Hermana..."

Murmuró Patrizia.

Su voz estaba cargada de tristeza.

¿Había visto también algo terrible?

¿Había visto lo mismo que Petronilla vio?

El corazón de Petronilla palpitó dolorosamente, pero mantuvo su voz normal.

"Dormiste profundamente. ¿Estabas cansada?"

Preguntó Petronilla con una sonrisa.

Patrizia agitó su cabeza.

"No, estoy bien. ¿Por qué no me despertaste?"

"Lucías muy calmada. No pude hacerlo."

Respondió Petronilla mientras acariciaba de nuevo la cabeza de su hermana con cariño.

No podría hacer esto otra vez cuándo Patrizia se convierta en reina, así que, tenía que aprovechar este momento.

"Rizi, quiero que seas feliz. ¿Eso me hace egoísta?"

"... Soy feliz."

Dijo Patrizia.

Aunque la voz de Patrizia sonaba calmada, Petronilla sintió que solo estaba actuando.

Probablemente, Patrizia sabía más cosas de las que decía y el pecho de Petronilla se apretó.

"Te tengo a ti, hermana y a nuestro padre y madre."

Continuó Patrizia.

"Soy feliz ahora, Nilla."

"Rizi, lo que quiero decir es…"

Petronilla intentó continuar, pero cerró la boca.

Estaba siendo presuntuosa.

Ahora que su hermana se iba a casar con el Emperador, era totalmente inútil hablar de su matrimonio.

Sin embargo, no pudo sacudir el extraño sentimiento dentro de ella.

"No importa, Rizi. Eres inteligente, hermosa, amable y seguramente serás feliz."

Patrizia sonrió pensando que mientras Petronilla estuviera viva, ella sería feliz.

"Gracias, hermana. Estoy segura de que también serás feliz."

Dijo suavemente Patrizia.

***

Petronilla volvió a casa el día siguiente.

Ella quería ser honesta con sus padres y contarles todo, pero no pudo hacerlo.

Las palabras sencillamente no salían de su boca.

¿Qué es siquiera lo que les diría?

¿Mi hermana se va a casar pronto, pero su esposo ya tiene una amante?

Petronilla jamás se podría meter en su relación.

Al final, Petronilla hizo lo que pudo para olvidar el incidente y enterrarlo en las profundidades de su corazón.

Dos meses pasaron.

Durante ese tiempo, Patrizia estuvo ocupada con su educación real.

Los estudios fueron mucho más intensos de lo que esperaba, pero lo hizo bien y nunca se quejó.

Si tuviera que diferenciarse de Rosemond, entonces sería en esto.

Patrizia era una noble escogida formalmente para convertirse en reina, mientras que Rosemond era una concubina.

Al menos la legitimidad de Patrizia no sería puesta en duda y eso era algo directamente conectado con su orgullo.

Durante los dos meses anteriores al casamiento, Lucio nunca visitó a Patrizia.

Ella se había cruzado con él una o dos veces en el palacio, pero nunca estuvieron juntos a solas.

No es que le importara, por supuesto.



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En el texto hay: romance, maduro, romance y tragedia

Editado: 18.07.2024

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