Dama A Reina

Capítulo 10 - ¿Cómo Sabes Eso?

"¿Es esa la tradición, duquesa?"

Preguntó Patrizia.

"La tradición es..."

"¿No todas las reinas se encargaron de las responsabilidades dejadas por sus predecesoras?"

La duquesa Ephreney respondió rápidamente a la pregunta de Patrizia.

"Unas cuantas, quizás más..."

"..."

"Esto será más conveniente para usted, su Majestad."

"Obvio que lo será. Este no es un trabajo sencillo después de todo. Y, aun así, la administración de la Familia Imperial queda a manos de la reina y también funciona como algo simbólico para el Imperio Mavinous. No estás tratando de socavar mi autoridad, ¿Verdad?"

"Lo ha malentendido, su Majestad. Yo solo estaba... solo iba a hacer esto por usted."

"Si de verdad lo estabas haciendo por mí, entonces, ¿Por qué restringir mi autoridad por un año? Ya hay rumores desfavorables acerca de mí y mi esposo."

"..."

La duquesa Ephreney se quedó callada.

Ella sabía que Patrizia estaba hablando de Rosemond.

Patrizia no pudo determinar si estaba de parte de ella o de Rosemond.

Por supuesto, la duquesa era de linaje noble y parecía razonable el asumir que apoyaría a Patrizia.

Sin embargo, la duquesa Ephreney se puso una vez en contra de Petronilla en mi anterior vida.

La verdad era que, no había nadie en quien Patrizia pudiera confiar verdaderamente, excepto aquellos que siguieron siendo leales a Petronilla en mi anterior vida.

Patrizia continuó.

"Sé que posees más experiencia con estas cosas que yo. No tengo quejas sobre mantener las cosas como están ahora, pero yo siempre tendré la última palabra, cómo dicta la tradición. ¿Lo entiende?"

"Sí, su Majestad. Me disculpo."

Dijo la duquesa con una profunda reverencia.

Los ojos de Patrizia notaron las manos temblorosas de la duquesa Ephreney.

¿Acaso creía la duquesa que Patrizia estaba pisoteando su autoridad?

Sería divertido, pero también descarado, si ella pensaba eso.

Era parte de la psicología humana el creer que algo era tuyo después de haberlo tenido por mucho tiempo.

Al igual que Rosemond pensaba que merecía laposición de reina después de haber estado con el Emperador por un año.

"Me familiarizaré con los documentos lo más rápido posible. Puedes retirarte."

"Sí, su Majestad."

La duquesa Ephreney se volteó y dejó la habitación.

Quizás, la duquesa estuviera maldiciendo y blasfemando sobre Patrizia.

De todas maneras, no importaba.

La persona más sencilla de domesticar era un desertor.

Una vez que Patrizia formará una relación con Rosemond, no sería difícil controlarla.

Patrizia suprimió esos pensamientos y miró en dirección a la montaña de documentos que la duquesa Ephreney le había dejado.

Una queja estuvo a punto de salir de la boca de Patrizia, pero, por el bien de su orgullo, pensó que debería comenzar a leerlos lo antes posible.

***

Al contrario de las expectativas de Patrizia, no ocurrieron incidentes después de aquello.

Rosemond nunca vino a causar problemas, al igual que ninguna gran revelación ocurrió en el palacio.

Tal vez, los recuerdos de muerte de Patrizia eran tan vividos que se había vuelto paranoica y veía problemas acechando detrás de cada esquina.

"Su Majestad, el Emperador está aquí."

Anunció una criada.

Patrizia se había estado sintiendo nerviosa acerca del Emperador desde su última visita hace unas semanas.

Se sentía profundamente preocupada por lo que podría decir para herirla está vez.

"Déjalo entrar, por favor."

Dijo Patrizia con calma.

Lucio entró en la habitación luciendo un elegante traje blanco.

Sin embargo, Patrizia solo podía verlo como una dura tormenta de arena blanca.

"Saludos para su Majestad el Emperador."

Dijo Patrizia con una reverencia.

"Muy bien. Ahora, levántate."

"Sí."

Lucio se sentó en la mesa y Patrizia se preguntó qué tan larga iba a ser esta conversación.

Tomó asiento y le ordenó a Mirya que trajera dos tazas de té.

Patrizia pensó que era mejor estar sentados uno frente al otro en lugar de al lado, pero todavía era una experiencia incómoda.

Su relación solo podía ser llamada amigable a duras penas.

"Vine para decirte algo."

Dijo Lucio.

Lucio fue directo al punto incluso antes de que trajeran el té.

Patrizia esperaba que el té llegara pronto para poder hacer algo con sus manos.

"Muy bien. Dime."

"Sabes que ya tengo a alguien más en mi corazón."

Después de una incómoda pausa, Patrizia respondió.

"...Sí, se Majestad."

Patrizia sonrió con frialdad a modo de respuesta.

Pretendió que ni siquiera conocía el nombre de la misteriosa mujer.

"Tengo la intención de darle un título de noble."

"..."

Patrizia ya lo esperaba, pero no había esperado que Lucio fuera a ser tan directo.

En lugar de fruncir el ceño, una gran sonrisa se formó en sus labios.

Las intenciones de Lucio eran tan absurdas que Patrizia no pudo evitar encontrarlo divertido.

Lucio frunció el ceño como si sospechara que Patrizia se estaba riendo de él.

"¿Qué pasa con esa expresión?"

"¿Por qué no debería de divertirme en esta situación, su Majestad? Haga lo que desea. Incluso si trato de detenerlo, seguirá adelante de todas formas."

"Parece que no eres estúpida después de todo."

"¿Es suficiente con el título de baronesa?"

"... ¿Cómo sabes eso?"

Dijo Lucio con reticencia en la voz.

"Ni siquiera he descrito cómo es todavía."

"..."

Rayos.

Patrizia había cometido un error.

Pero se recuperó rápidamente.

"Simplemente elegí el título más bajo. No puedes darle el título de duquesa directamente, ¿Cierto, su Majestad? Pero... al juzgar por tu reacción, parece que ella no es una mujer de alta cuna."



#741 en Fantasía
#1216 en Otros
#237 en Novela histórica

En el texto hay: romance, maduro, romance y tragedia

Editado: 18.07.2024

Añadir a la biblioteca


Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.