Dama A Reina Historias Alternativas

Capítulo 6 - Estoy Embarazada De Tu Hijo

Rosemond se escabulló al Palacio de la Reina a través de un pasaje secreto que solo ella conocía.

Fue diseñado para ser usado en emergencias y, por ende, era imposible el tener guardias cuidando.

Rosemond dejó a Glara atrás y se apresuró hacía el Palacio Central por su cuenta.

Tenía que apresurarse.

"Su Majestad..."

La líder de las damas de compañía del Palacio Central estuvo muy sorprendida de ver a Rosemond aparecer de repente con el pelo suelto sobre su cara.

La dama de compañía miró a la mujer con estupefacción, pero Rosemond ignoró su mirada desconcertada.

"Su Majestad... ¿Su Majestad está adentro?"

Dijo Rosemond entre jadeos.

"...Sí, lo está."

Respondió la dama de compañía.

"Entonces, ¿Por qué aún no has abierto la puerta?"

Dijo Rosemond bruscamente.

'¿Piensa qué todavía es la Emperatriz? Está a punto de ser destronada'

Se quejó internamente la líder de las damas de compañía, pero sin dejar que su cara lo demostrara.

"...Entre, por favor."

Tan pronto como la puerta se abrió, Rosemond corrió hacia el interior.

"Su Majestad."

"..."

Solo entonces Lucio levantó la cabeza.

La pareja hizo contacto visual.

"Su Majestad."

Repitió Rosemond suplicante.

"Te escuchó. No estoy sordo."

"Su Majestad, sálveme, por favor."

"..."

Lucio miró a Rosemond con una expresión complicada.

"¿Hay algo más que quieras decirme?"

"¿A qué se refiere?"

Preguntó Rosemond.

"Acerca de Petronilla."

Dijo Lucio cortante.

"Pensé que lo habías aprobado."

Respondió Rosemond con confianza

"Me prometiste hacerme emperatriz. Te creí con todas mis fuerzas... y aquí estoy, haciéndome cada vez más vieja. ¿Cómo no podría estar preocupada?"

Rosemond continuó con una fría sonrisa.

"Pensé que me entendías y todavía lo creo. ¿O me equivoco?"

"Te envenenaste a ti misma y pretendiste que habías tenido un aborto de un bebé que nunca tuviste. Luego, culpaste a Petronilla. Rose, no quería ese tipo de violencia. Si la anterior reina hubiera fallado en dar a luz a un príncipe heredero, pero antes de eso hiciste... Eso pudo haber sido manejado más pacíficamente."

"...Lo siento, su Majestad. No soy lo suficientemente paciente como para esperar por eso."

Los ojos ligeramente rojos de Lucio llamaron la atención de Rosemond.

¿Qué era lo que estaba pensando justo ahora?

¿Estaba decepcionado de ella?

¿Cómo se atreve a pensar eso?

"De todas formas, eso ya pasó."

Dijo Rosemond para ponerle fin al tema.

"...Sí."

Dijo Lucio suspirando.

"Pero la situación actual no es tan buena como crees. Cuando alguien es destronado en el Imperio, la consecuencia natural es la muerte. Rose, ¿No pensaste acerca de las consecuencias que tu plan tendría si era descubierto?"

"No. Todo estaba yendo perfecto. Es solo que... las cosas comenzaron a ir mal repentinamente."

Rosemond abrazó a Lucio y le susurró al oído:

"Pero no importa."

Como siempre, Lucio no pudo resistirse a ella.

La voz seductora de Rosemond hizo estremecer a Lucio.

"Ayúdeme, por favor, su Majestad. Solo usted puede ayudarme."

"El Emperador no puede hacer todo lo que se le antoje, Rose. Tú sabes eso."

"Es algo que no te hará daño. No te preocupes."

Rosemond continuó con una sonrisa.

"Nadie puede ejecutar a una mujer que esté embarazada de un descendiente Imperial."

"¿Estás...?"

"Tienes la idea correcta."

Rosemond dejó caer el vestido que llevaba puesto.

En un momento, el cuerpo desnudo de Rosemond estaba justo enfrente de Lucio.

"Deme su semilla, por favor, su Majestad."

***

Unos días después, Rosemond vació el Palacio de la Reina.

Era exactamente un mes antes del banquete de cumpleaños de Lucio.

Dado que no tenía ningún familiar, Rosemond solo se llevó a Glara consigo y se mudó al Castillo Phelps, el cual le fue otorgado por el Emperador.

Aunque Lucio trató de mantener a todos callados, la gente ya había descubierto toda la historia.

Rosemond tuvo que soportar una cantidad inmensa de insultos mientras iba de camino al Castillo Phelps en su carruaje.

"¡Bruja! ¡La inocente reina murió por tu culpa!"

"No puedo creer que hayas hecho algo tan nauseabundo. ¡Serás castigada por los cielos!"

"¡La anterior reina te castigará!"

Mientras Rosemond escuchaba el ocasional grito, no puedo evitar, pero explotar de la risa.

¿Quién hubiera pensado que se volverían contra ella tan rápido?

Ellos debieron haber dicho las mismas cosas sobre la anterior reina hace solo unos meses solo por las noticias que habían escuchado.

Ni siquiera pensaron en investigar los detalles.

¡Tontos!

Rosemond se rio para ella misma y puso las manos sobre su regazo.

'Tendré que esperar al menos un mes para confirmar que estoy embarazada.'

Hasta entonces, tenía que protegerse ella misma y cuidar de un feto que puede que ni siquiera exista.

Rosemond acarició su estómago subconscientemente.

Nunca pasó, pero Rosemond sintió que su bebé ya estaba dando patadas en su vientre.

"Su Majestad, no puedo creer que esté aquí. ¿Cómo puede ser esto...?"

Dijo Glara entre lágrimas.

Rosemond llegó al Palacio Phelps con un número mínimo de damas de compañía.

El usual carácter controlado de Glara se había evaporado y estaba llorando a mares.

Rosemond no pudo soportar el sonido de su Ilanto y respondió con una llamativa respuesta.

"Deja de llorar, Glara. ¡Odio ese sonido! ¿Crees qué no quiero llorar ahora mismo?"

Rosemond acarició su estómago de nuevo sin razón alguna.

"Nadie puede poner un dedo sobre mí, si logró quedar embarazada. ¡Las leyes imperiales estipulan que una mujer que esté embarazada de un descendiente Imperial deberá ser perdonada de cualquier delito que haya cometido sin importar su gravedad! Todo lo que tenemos que hacer es esperar un poco, Glara."



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En el texto hay: traicion, trama, romance

Editado: 02.08.2024

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