Dama A Reina Historias Alternativas

Capítulo 7 - Sería La Reina Viuda, No La Reina

Rosemond estaba completamente atónita y llena de incredulidad hacia el diagnóstico del doctor.

"¿Por qué mientes? ¿Te atreves a mentir solo para que me maten? Su Majestad, él está mintiendo."

Dijo Rosemond con desesperación.

A pesar de alboroto, el viejo doctor permaneció calmado a su lado.

"Su Majestad el Emperador, no estoy mintiendo. Si usted cree que es un diagnóstico equivocado, puede consultarlo con otros doctores de la corte."

"..."

La cara de Lucio se llenó con emociones conflictivas, entonces habló rápidamente.

"La criminal clama que el doctor del palacio no es fiar, así que, procederemos con más investigaciones para prevenir futuras discrepancias."

Sin embargo, pronto se hizo claro que Dios no estaba del lado de Rosemond.

Un total de cinco doctores la examinaron, pero todos y cada uno concluyeron que no estaba embarazada.

Sin embargo, Rosemond no pudo aceptar este desenlace.

"¡Eso no puede ser posible, su Majestad! Tuve náuseas matutinas y no he menstruado. Ellos están mintiendo para hacer que me maten, su Majestad."

Rogó Rosemond con desesperación.

"Perdóneme, por favor, su Majestad. ¡No, no me importa si no me perdona, pero perdone la vida de su hijo, el descendiente imperial, su Majestad!"

Uno de los doctores la interrumpió.

"Su Majestad, déjeme explicarle lo que ella acaba de decir."

Dijo el doctor mientras miraba a Lucio.

"Nosotros hemos llegado a la conclusión de que ella ha tenido un embarazado fantasma. Es algo que ocurre cuando una mujer quiere con desesperación el estar embarazada."

"..."

"No es una condición poco común."

Dijo el doctor.

Un noble levantó la voz esta vez.

"Entonces, nada está creciendo en su vientre, ¿Correcto?"

"Eso es correcto."

"Entonces, su Majestad, no hay razón para dudar más acerca de la ejecución."

Concluyó el noble.

"No hay razón alguna para mantener a una criminal, la cual ni siquiera pudo concebir a un descendiente imperial, con vida."

"¡No! ¡Estoy embarazada! ¡Estoy embarazada del hijo de su Majestad!"

Chilló Rosemond.

"Muevan a la criminal."

"¡Su Majestad, perdóneme! ¡Argh! ¡Déjenme ir!"

Rosemond fue llevada a la fuerza al patíbulo.

Lucía totalmente fuera de sí cuando se dio cuenta de que de verdad iba a morir.

"¡Su Majestad, perdóneme! No puede hacerme esto."

"..."

"¡Su Majestad!"

Pero no importaba que tanto llamara Rosemond a Lucio, no había nada que él pudiera hacer.

Incluso aunque era el gobernante de este vasto imperio, no podía usar su poder para violar la Ley Imperial.

Eso era equivalente a la tiranía.

Lucio simplemente se quedó mirando a la mujer que amaba con todo su corazón.

Eso era lo mejor que él podía hacer por ella.

"¡Su Majestaaaaaaaaad!"

"¡Comiencen con la ejecución!"

"¡Aarghh!"

Ocurrió en un instante.

El verdugo liberó la soga que amarraba la guillotina y pronto la brillante hoja cayó sin misericordia.

"¡Aarghh!"

"¡Uurghh!"

Los espectadores gimieron mientras el espantoso espectáculo se desarrollaba frente a ellos.

Lucio no fue la excepción.

"Haa..."

Lucio se sorprendió cuando se dio cuenta de que no podía soportar la vista.

Las damas de compañía junto a él lo sostuvieron antes de que cayera y con su ayuda, caminó hasta su carruaje.

Los otros nobles limpiarían todo de todas formas.

Ya no era necesario que estuviera aquí.

Lucio dejó salir un contenido ruido de sufrimiento.

Para esconderlo, la líder de las damas de compañía lo llevó con rapidez al interior del carruaje.

"Su Majestad, cálmese."

Intentó.

"¿Cómo... cómo puedes decirme que me calme después de haber visto esa escena?"

Lucio se retorció como una oruga.

De entre los diferentes shocks que había tenido en su vida, este estaba con facilidad cerca de la cima.

"No pude salvar... Yo... Yo..."

Murmuró.

"No fue su culpa. No tiene que..."

"Urgghhh..."

Lucio rompió en llanto.

Sabiendo que nada podría consolarlo, la líder de las damas de compañía salió del carruaje indicó que ya debían irse.

La gente podía escuchar los llantos constantes saliendo del extravagante carruaje.

***

"Por cierto, mi señora, ¿Cómo le está yendo a su Majestad estos días?"

"No está bien."

Respondió Lauren secamente.

Lauren estaba tomando té con la hija de un marqués que se había unido a su causa.

"Después de la ejecución, las damas de compañía del Palacio Central me contaron que parece un muerto en vida."

"Tsk, tsk."

La señorita Filomina chasqueó la lengua.

Filomina puso una expresión que decía que encontraba al Emperador patético y Lauren se quedó mirándola.

Filomina compartió lo que pensaba sin invitación.

"¡No puedo creer que el gran Emperador de Mavinous se volvió así por una mujer! ¿No es patético? Sería mejor que un monarca tenga a una mujer, pero realmente no importa si no tiene una."

"...Así de enganchado estaba de Rosemond. Debe haber estado muy enamorado de ella."

"¿Qué tan tonto es eso? ¿Cómo es qué un monarca puede amar en serio? No debió de haber pensado que tanto lo retrasaría."

Dijo Filomina con arrogancia, y luego cambió de tema.

"Por cierto, mi señora, si el trono está vacío, ¿Entonces usted se convertirá en la reina?"

"...Eso supongo."

Respondió Lauren.

Esa fue la razón por la que fue adoptada por su padre.

El repentinamente ofreció adoptarla cuando comenzó con su rebelión.

Creyó que, para poder conseguir el poder perfecto, él tenía que tener algún tipo de relación sanguínea con la Familia Imperial.

"Oh, Dios."

Exclamó Filomina.

"Entonces, cuando te conviertas en la reina en el futuro, ¿Podría ser tu dama de compañía?"



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En el texto hay: traicion, trama, romance

Editado: 02.08.2024

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