Dama A Reina Historias Alternativas

Capítulo 1 - Pero Ella De Verdad Era Hermosa

Historia Alternativa 2 - La Rosa Violeta

"¿No te vas a casar?"

Estaba soleado cuando la Condesa Braddington le hizo esta pregunta a su hijo.

Rothesay Aile Le Braddington movió su cabello marrón a un lado y respondió.

"No planeo casarme, Madre."

"¡Oh, Dios!"

Exclamó la Condesa Braddington, y colocó su taza de té en la mesa con indignación.

"¿Por qué?"

Preguntó la condesa sin poder comprender la actitud de su hijo.

"Solo no me voy a casar."

"¡Eso es absurdo! ¿De verdad planeas acabar con nuestro árbol familiar?"

"Puedo adoptar o también podríamos colocar a alguien de algunas de las ramas de la familia como el nuevo líder."

"Dios."

Dijo la Condesa Braddington con incredulidad.

"¿Por qué?"

"No tengo ninguna intención de contraer matrimonio."

"No, ¿Por qué?"

¿Por qué?

Esa fue la única cosa que salió de la boca de la Condesa Braddington.

Ella no podía entender a su hijo en lo absoluto.

Estaba declarando que envejecería y moriría habiendo estado soltero toda su vida.

¿Debería dejarlo llevar a una chica a su habitación?

No puedes ser, ¿Acaso mi hijo es...?

¿Cómo es que se llama?

No lo es, ¿Verdad?

Al mismo tiempo que la imaginación de la condesa corría salvaje, Rothesay detuvo esos pensamientos con calma.

"Estoy sano, madre."

"Ehem..."

La condesa tosió con incomodidad y luego habló con calma.

"Entonces, ¿Cuál es la razón exacta por la cual no quieres casarte?"

La Condesa Braddington estaba verdaderamente curiosa acerca de las razones de su hijo.

Nunca le había mostrado una mala representación del matrimonio.

Además de eso, la relación de ella y su esposo era vista como un modelo a seguir para las otras parejas de la capital.

Para ponerlo simple, el Conde y la Condesa Braddington eran unos embarazosos pajaritos enamorados.

¿Los niños de padres con un matrimonio feliz también quieren contraer matrimonio?

¿Acaso somos tan felices que causó la reacción opuesta?'

"Di algo, Ro. ¿Te hicimos algo malo? ¿Te dimos una mala impresión del matrimonio y la vida en familia...?"

"No, Madre. No es eso."

Rothesay agitó su cabeza y dijo la verdad educadamente.

"Cuando veía a mis padres actuar tan afectuosamente, siempre me sentí celoso. Pensé que ambos eran increíbles y realmente los respeto. Pero no me siento lo suficientemente confiado como para vivir como ustedes dos. No tengo la confianza para ser lo suficientemente devoto con mi esposa."

"..."

"Mi persona es lo más importante que tengo. También disfruto más el estar solo."

"Oh..."

La Condesa Braddington se quedó sin palabras por un momento.

No sabía que decir ante tal respuesta.

Su hijo le había dicho que no quería contraer matrimonio porque no quería ser egoísta y ser una carga al no poder cumplir un estándar.

¿Qué más podía decir?

Ella no podía pedirle que se casara cuando haría que su futura esposa sea infeliz.

Después de reflexionarlo por un momento, la Condesa Braddington dijo algo que ella pensó que podría ser útil.

"Entiendo lo que tratas de decir, cariño. Tu padre era como tú."

"...¿Disculpa?"

"Escuché que tu padre fue reacio a contraer matrimonio por una razón parecida. Pero míralo ahora. ¿Cómo vive?"

"Eso es porque..."

Está viviendo felizmente con Madre.

Rothesay se quedó sin palabras por primera vez y la Condesa Braddington asintió con una sonrisa gentil.

"No te estoy presionando. Solo espero que no sigas pensando que no calificas para contraer matrimonio. Yo creo firmemente que tú mereces tener una buena familia más que cualquier otro."

"Para ser honesto, no estoy seguro de que pueda hacerlo tan bien como Madre y Padre."

"Todo el mundo tiene miedo antes de comenzar. Y..."

La condesa respiró por un momento y luego continuó.

"La mitad de los temores que tienes antes de comenzar están solo en tu cabeza."

"..."

"¿No deberías intentarlo al menos una vez primero? ¿Por qué no empiezas yendo a reuniones sociales?"

Siempre terminaba de esta forma.

Era muy persistente.

Rothesay sonrió con cansancio.

La Condesa Braddington miró a su hijo y suspiró brevemente antes de cambiar de tema.

"Hablemos sobre eso después... De todas formas, deberías ir a la residencia del Conde Rasels."

"¿A la casa de Wilter?"

Preguntó Rothesay.

El señor Wilter Rasels era uno de los pocos amigos de Rothesay.

"¿Pasó algo?"

"Mientras estuviste fuera, recibí un telegrama. Decía que él estaba enfermo. ¿Por qué no vas y lo visitas?"

"Oh, Dios."

Murmuró Rothesay sorprendido.

¡Se decía que los idiotas no se enfermaban y Rothesay no podía creer que ese mocoso de Wilter no fuera un idiota después de todo!

A pesar de la broma interna de Rothesay, él estaba naturalmente preocupada por su amigo enfermo, el cual siempre poseía buena salud.

"¿Es serio?"

Preguntó Rothesay.

"Eso no fue especificado en la carta. ¿Pero no sería mejor ir y averiguarlo?"

Sugirió la Condesa Braddington.

"Eso debería hacer. Tengo que apresurarme."

"Sí. Adelante. Wilter tampoco tiene muchos amigos al igual que tú. Puede que ya esté esperando por ti."

"Ja, ja. Quizás. Volveré, madre."

Rothesay tomó su abrigo con rapidez y se volvió hacía el mayordomo.

"Prepare el carruaje, por favor."

***

"Vaya un poco más rápido, por favor."

Había algo de nerviosismo en la voz de Rothesay cuando habló.

Era verdad que estaba preocupado.

¿Estaba su amigo enfermo de verdad?

Rothesay trató de controlar sus pensamientos con una mirada seria en su cara, cuando repentinamente, el carruaje dio un giro violento.

Sorprendido, Rothesay trató de mantener el equilibrio agarrándose con rapidez de su asiento.



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En el texto hay: traicion, trama, romance

Editado: 02.08.2024

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