Dama A Reina Historias Alternativas

Capítulo 3 - Esa Era Su Manera

"Me encontré con ella."

Wilter se sorprendió cuando escuchó la historia de Rothesay.

Wilter se había preguntado por qué su amigo había venido a verlo la mañana siguiente al banquete del Día Nacional de la Fundación.

Aparentemente, era para traerle estas noticias.

"¿Te encontraste con ella?"

Preguntó Wilter para confirmar.

"Sí."

"¿Quién era ella?"

"La hermana gemela de la Reina Patrizia."

Respondió Rothesay.

"¿La hija del Marqués Grochester?"

"Sí."

"Wow. Sorprendente."

"¿El qué?"

"No, es que es sorprendente que pudieras encontrarla ayer."

Dijo Wilter estupefacto.

"Eso no debió haber sido fácil. Hay muchas chicas jóvenes con pelo rojo y ojos dorados en la capital."

"Sí."

Una sonrisa apareció en la cara de Rothesay.

"Así que, le dije que estábamos destinados a encontrarnos."

"Tonterías."

"Usa palabras amables. ¿Acaso quieres que se lo cuente a la Condesa?"

"Capullo."

Wilter hábilmente cambió de tema.

"Pero fue realmente increíble. Entonces... ¿Qué hiciste ayer?"

"¿Hacer qué?"

"Algo..."

Solo entonces Rothesay se dio cuenta de lo que trataba de decir Wilter, y luego lo golpeó en la espalda con fuerza.

Wilter dejó escapar un aullido y comenzó a maldecir con ganas.

A pesar de la apariencia de Rothesay, él era un hombre sorprendentemente fuerte.

"¡Duele!"

Gritó Wilter.

"¿Por qué no le echas la culpa a tu rudeza y a tus palabras vulgares?"

Wilter le lanzó una mirada feroz a Rothesay.

"Chico malo."

Murmuró Wilter.

Sin embargo, él continuó hablando.

"Entonces, ¿Me estás diciendo que no pasó nada?"

"Nosotros bailamos... bueno, casi bailamos. Pero no pasó."

Dijo Rothesay desanimado.

"Santo cielo. ¿Por qué?"

"Ella se fue de repente. Parecía que era una emergencia."

Las cejas de Wilter se levantaron de incredulidad.

"Espera un segundo. ¿Es ese el final? ¿No aceptó la proposición?"

"Ella se fue tan rápido que ni siquiera tuvo tiempo para hacerlo."

La expresión de Rothesay lucía decaída.

"¿Fui rechazado?"

"¿Rechazado? ¿Qué hiciste?"

"Le dije que estaba enamorado de ella."

"Bastardo loco."

Respondió Wilter mientras sacudía la cabeza en señal de desaprobación.

"No lo digas mucho, ¿Sí? Hiere mis sentimientos."

Dijo Rothesay con un gruñido.

"Te lo mereces. Usa tu sentido común. ¡Un sujeto que solo había visto dos veces le dijo que la amaba! ¿Quién no se sentiría abrumado?"

Dijo Wilter con franqueza.

"¡Debes comenzar con algo pequeño! Si te confiesas de la nada, ella no dirá que tú también le gustas."

Rothesay lucía desesperado.

"Entonces, ¿Qué debería hacer? Nunca había pensado en eso. Estoy en problemas."

"¿Qué más? Tienes que crear otra oportunidad. Ve a encontrarla ahora. ¡Pregúntale por qué no bailó contigo y solo salió corriendo!"

"Yo? ¿Solo?"

"Entonces, ¿Deberíamos ir juntos? ¿Quieres ir conmigo? ¿Qué pasa si ella se enamora perdidamente de mí?"

"Qué desagradable eres."

Dijo Rothesay con asco.

"¿Qué hago?"

Mientras los dos discutían, Rothesay contemplaba si debería ir o no.

Wilter pareció haber leído su mente y le ofreció un consejo.

"Si pierdes esta oportunidad, lo vas a lamentar."

"Sí. De verdad lo lamentaré."

Rothesay se levantó repentinamente de su asiento y dijo que tenía que estar en algún lado.

"No casarse, mi trasero. Incluso una hormiga se reiría de él."

Dijo Wilter cuando Rothesay se había ido.

***

Rothesay había avanzado mucho gracias a Wilter... pero no sabía que hacer después.

Caminó con nerviosismo en frente de las puertas de la residencia del marqués.

Si alguien lo veía ahora, probablemente lo reportaría por comportamiento sospechoso.

Rothesay agonizó por media hora.

Si Wilter lo veía ahora, seguramente se reiría de él por estúpido.

Entonces, finalmente tomó una decisión y reunió su coraje para tocar la puerta.

Knock, knock, knock

Un momento después, alguien apareció para abrir la puerta.

"¿Quién es usted?"

Preguntó un mayordomo.

"Ummm..."

Tartamudeó Rothesay como un tonto.

Sus palabras tropezaron mientras salían de su boca.

"Yo-yo soy Rothesay Aile Le Braddington de la Casa Braddington."

"Sí, el hijo del Conde Braddington."

El mayordomo aceptó su respuesta con expresión tranquila.

"Pero, ¿Por qué está aquí...? ¿Acaso algo le pasó al Conde Braddington?"

"Ah, no. No estoy aquí en nombre de mis padres..."

Rothesay tragó y luego terminó su oración lentamente.

"Umm... Estoy aquí para ver a la señorita Petronilla."

"¿A la joven señorita?"

El escepticismo se mostró con claridad en la cara del mayordomo.

Rothesay asintió con la cara un poco roja justo cuando la voz de alguien vino desde adentro.

"¿Mowett? ¿Qué pasa?"

"Creo que tenemos un invitado."

La voz amable le pertenecía a la matriarca de la Familia Grochester.

Rothesay se puso rígido cuando se dio cuenta de que se iba a enfrentar al jefe final.

Esto era inesperado.

¡Dios, sálvalo!

"Oh, Dios, ¿Tan temprano en la mañana? ¿Quién es?"

Preguntó la Marquesa Grochester.

"Hmm, el hijo del Conde Braddington."

"¿En serio?"

Dijo ella con sorpresa.

Rothesay estaba tan nervioso que estaba constantemente tragando su saliva.

"¿Por qué no lo llevas adentro?"

Dijo la Marquesa.

"¿Vas a dejar que un invitado se quede de pie ahí afuera?"

"No, señora."

Finalmente, la puerta se abrió y solo entonces Rothesay fue capaz de ver a la Marquesa Grochester cara a cara.

Petronilla había heredado la apariencia de su madre.

La Condesa era una mujer impresionante con el mismo cabello rojo y ojos dorados que Petronilla.



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En el texto hay: traicion, trama, romance

Editado: 02.08.2024

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