Dame una señal

9 meses, 3 semanas, 2 días y 14 horas antes...

Suspiro cansada luego de acabar con la tarea de química. Apago el portatil, recojo mis cuadernos y boligrafos luego meterlos a mi mochila para tener todo listo para mis clases del día de mañana. Me levanto de la silla en la que estaba sentada y camino lentamente hacia mi cama. Me lanzó hacia ella y caigo rebotando boca abajo. Cierro los ojos con el fin de descansar, pero el sonido de mi celular interrumpe mi deseo. Fastidiada estiro mi mano hacia el bolsillo trasero de mi pantalón. Aún boca abajo desbloqueo el aparato para ver las notificaciones. Una sonrisa se dibuja en mi rostro al ver que Sebastián, mi mejor amigo, me ha mandado un mensaje. Él no lo sabe, pero me ha alegrado la noche.

Cambiando de posición en la cama por un pequeño dolor en la espalda, abro whattsapp y leo los mensajes que mi fastidioso amigo manda..

Oye

O

Y

E

E

E

DAMARISSSSS

Es que acaso ya tienes otro mejor amigo?

Por qué me dejas en visto?

Eres cruel :(

Me rio de la actitud dramática de mi mejor amigo. Suspirando decido empezar a ecribir una respuesta antes de que se vuelva loco y decida hacer algo aún más dramático.

Estuve apunto de mandarle el mensaje cuando veo que tengo una llamada entrante de Sebastián. Rodando los ojos apreto el botón verde que aparece en la pantalla y me acerco el celular a la oreja.

–¿Bueno?

–¡Jesús, mujer! –Escuho la voz desesperada de Sebastián, creo que estaba preocupado o algo. Pero como buena mejor amiga que soy decido hacerme la tonta.

–¿Eres Jesús? ¡Chuyito, qué alegría oir tu voz! ¿Cómo están las cosas en el cielito lindo?

Sebastián suspira y dice:–Damaris, sé que te estás haciendo la tonta, ¿Te conozco, recuerdas? Y por esa misma razón te digo esto: No te hagas la tonta, ya lo estás, no hay necesidad de fingir.

–¡Sebastián eres un bobo! –Escucho indignada como suelta una gran carcajada.

1... 2... 3... Y por fin ha parado de reírse, por lo que prosigo hablando.

–Hasta que paras de reír, ¿Te has hecho pis en los pantalones... otra vez?

–Sé que quieres provocarme, pero no lo lograrás.

Ruedo los ojos y le pregunto:– ¿Para qué me llamaste? Estaba apunto de mimir.

¿Te ibas a dormir?

–Sí, pero ya no gracias a ti –Le reprocho.

–Perdón –Se disculpa–. Sé lo dificil que es para ti el poder dormir temprano, ¿Estás muy cansada?

Se siente culpable, no me gusta que se sienta mal. Exhalo y le respondo:–No, descuida. Sabes que de todos modos me hubiera despertado en medio de la madrugada. –Porque así hubiera sido–. Pero eso no quita el hecho de que arruinaste mi sueño reparador de belleza.

Escucho su risa y automáticamente sonrío.

–Damaris, creo que necesitarías unos mil años de sueño reparador de belleza...

Quise reír por lo que dijo, pero en esta amistad Sebastián no es el únoc que puede hacer dramas, así que, sin decirle nada, termino la llamada.

No pasaron ni cinco segundos cuando el sonido del celular resiviendo mensajes rompió el silencio que había llenado mi habitación. Sonriendo divertidamente empecé a ver los mensajes que un desesperado Sebastián enviaba.

Demonios, la cagué, verdad?

No te enojes :(

Sabes que yo te quiero con tu cara de momia sin vendas, verda?

Fruncí el ceño al leer eso, ¿Cómo se le ocurrió eso? Me sorprende su imaginación.

Mierda, la acabo de embarrar, cierto?

PERDOOOOOOOÓN

MARISSSS

ISSSS

I

S

S

S

S

No me dejes en visto :(

Te prometo que seré un niño bueno de ahora en adelante

Voy a ir a tu casa si no conestasssss

Sobreaviso no hay engaño

Ruedo los ojos al leer su último mensaje, no creo que venga a mi casa por dos cosas: 1.- Son las 11 de la noche 2.- Mi mejor amigo es un flojo de primera, es por eso que somos amigos.

Veo que se desconecta, pero no me preocupo pues es seguro que se haya dado cuenta que todo era un pequeño drama mío. Salgo de la aplicación para ir al reproductor de música. Aprieto el botón de aleatorio, me levanto y agarro del clóset mi toalla. Camino hacia el baño para darme una rápida y relajante ducha.

 

• ────── ✾ ────── •

 

Salgo del baño con la toalla envolviendo mi cuerpo, ya estoy más relajada. Camino con tranquilidad hacia mi cuarto. Nunca llevo mi ropa al baño (al menos que esté en una casa ajena) porque no me gusta secarme en el mismo baño, siento que no me seco bien.




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