Cuando la música comienza a sonar no existe nada más y la sensación de estar volando a cada paso que doy me hace sentir llena de alegría. Desde que tengo memoria adoro bailar, fue de las primeras cosas que mi madre me enseñó y su pasión por la danza fue lo poco que heredé de ella.
Beatrice Bianchi fue una de las bailarinas más reconocidas a nivel mundial, mientras que mi padre Pierre Dumont fue un gran músico, quien hubiera preferido que me encaminara hacia la música como él. Aunque gracias a Mozart me apoya en todas mis decisiones.
Provengo de una familia dedicada al arte, mis abuelos los Bianchi se dedicaron a la pintura y los Dumont siempre han vivido de la música. Mis abuelos son increíbles, siempre que vienen a casa tienen una discusión sobre si es mejor dedicarme a la pintura o a la música, aunque no tiene sentido saben muy bien que no dejaría el baile por nada del mundo, claro que me gustan hacer otro tipo de cosas como diseñar mi propia ropa, tocar el piano y componer algunas canciones, pero la danza es mi pasión y espero poder dedicarme en lleno a ella.
Siempre me dieron todo lo que quise, estuve rodeada de los mejores lujos, de las personas más populares y de un mundo “perfecto”. Tengo todo lo que he soñado.
Mis calificaciones son de las mejores, soy fiel creyente de que la inteligencia y la belleza se llevan bien de la mano, mi novio es el capitán del equipo de beisbol, mi mejor amiga es capitana de las animadoras y yo, bueno, soy la mejor bailarina de mi generación y mejor que las anteriores y las que vendrán.
Todos los años, unos meses antes de finalizar el curso, el colegio realiza una especie de muestra para que los alumnos de último año de todos los clubes muestren sus habilidades o talentos, donde los asesores de las universidades visitan a los interesados, entre ellos están los únicos que me importan, los asesores de Julliard. A pesar de que no estoy en mi último año se me ha otorgado la oportunidad de participar del evento, gracias a que, como dije soy la mejor bailarina.
Todo tiene una razón de ser, mi madre estudió en Julliard y entrar a esa universidad ha sido mi sueño desde que tuvimos la primera charla a cerca de mi futuro, por eso esta muestra es tan importante para mí. Desde ahora tengo que dar la mejor impresión y darme a conocer, aunque como uso el apellido de mi madre seguramente saben quién soy y puedo confirmar que tengo un lugar asegurado en la universidad.
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