Danza de Cristal

Prólogo

Aleksandova

La sangre no es algo que me moleste. De hecho, me parece... bella. El rojo contra el blanco. El contraste. El sacrificio. Cada vez que mis pies sangran sobre la duela, me siento más viva, más perfecta.

Me enseñaron que el ballet era disciplina, arte, dolor. Yo aprendí que también podía ser poder.

Mi madre solía decir que las bailarinas no tenían voz, que hablaban con el cuerpo. Yo he aprendido a hablar con más que eso. Con los ojos. Con una sonrisa falsa. Con el dolor de otros.

Cuando llegué a la Academia Kingston, entendí de inmediato quién era la reina del lugar. Annika Kingston. Belleza frágil. Técnica correcta. Insegura hasta la médula. Y la estrella principal del Lago de los Cisnes.

Pobrecita.

Solo tardé una semana en arrebatarle el papel. Y ahora, solo es cuestión de tiempo antes de que se rompa. O la rompa yo.

Después de todo, ¿qué es una tragedia sin un poco de música?



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En el texto hay: ballet, suspenso, protagonista psicopata

Editado: 07.06.2025

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