Darcel

Capítulo 2:

Me doy la vuelta y veo a un muchacho alto, tiene el pelo muy oscuro, tanto que me recuerda a la noche, pero eso no es lo que más llama mi atención, son sus ojos, ¿son color miel o dorados?. Me doy cuenta de que me he quedado mirándolo mucho y bajo la mirada.

- Eh, yo pensé que...

- ¿Era un niño? .- Me mira con una sonrisa de suficiencia, se ve que lo está pasando de lo lindo con mi vergüenza.

- Ella es la nieta de Gema y Julio, vino para lo de la niñera que necesito.- Dice Catalina, se me había olvidado que estaba a mi lado.

- Bueno, deberíamos hacerle una entrevista para asegurarnos de que Esme está bien.- Mientras él habla, toma asiento enfrente mío. Catalina se levanta diciendo que tiene trabajo y me deja con su hijo- ¿Has trabajado de niñera antes? .

- Sí, cuidando a un vecino.

- ¿Qué te gusta hacer? .- Levanto mis cejas extrañadas.

- ¿Eso tiene que ver con Esmeralda? .

- Mucho, si me dices que te drogas, tomas, o vas de fiesta en fiesta, no te dejo con mi hermana ni loco.

- No suelo tomar, tampoco me drogo y no soy muy fiestera.

- ¿Si le pasara algo a Esmeralda qué harías? .

- Ayudarla y avisar a su madre.

- Y a su hermano.- Termina él.- Mi madre la mayoría de las veces va a estar ocupada, por lo que si pasa algo, cualquier cosa, me llamas.

- Me tendrás que dar tu número.

- ¿Me estás coqueteando? .- Suelta una carcajada y yo quiero matarlo.

- Ya quisieras...- Recuerdo que no sé su nombre.

- Darcel- Me dice él dándose cuenta de mi duda.- Préstame tú teléfono.- Se lo doy y él apunta su número.- Estás contratada, mañana a las tres empiezas.

Miro la hora, casi las tres de la tarde, en los pocos días que llevo aquí no he visto muchos clientes en la cafetería, pero debe ser porque paso poco tiempo ahí. Voy caminando a la casa de los Dasch, mientras escucho unas canciones de Morat. Cuando llego Esmeralda me abre, eso sí, después de llamarla al celular y decirle que me abra la puerta. No la dejan abrir cuando está sola.

- Hola- Me sonríe, está vestida con un pijama de las Bratz.

- Hola- Entro a la casa y veo el televisor encendido.- ¿Estabas viendo la televisión?

- Sí. ¿Te gusta The Vampire Diaries? .- Me mira fijamente cuando lo pregunta, tal vez es por eso que me siento como si me estuviera haciendo una prueba.

- Me encanta.- Al parecer aprobé con sobresaliente, porque ella me sonrió y me dijo que la viéramos juntas. Así es como terminamos viendo dos capítulos de la cuarta temporada.

- Me encanta Damon.- Dice Esmeralda viendo la pantalla.

- ¿No eres muy pequeña para eso? .

- Tengo casi trece años.- Alza las cejas mientras habla.

- Si, ya veo que estás muy mayorcita. Ahora a hacer la tarea que no vendrá Damon a hacértela.

- Ojalá- Dice ella levantándose a buscar sus libros. Aprovecho y busco mi celular para llamar a mi amiga, o por lo menos esa era mi intención antes de que me entrara una llamada, sonrío y respondo rápido cuando veo el nombre en la pantalla.

- ¿Qué dice mi chico favorito del mundo mundial? .

- ¿Sabes qué eso no tiene sentido? .- Se ríe el chico rubio y de ojos rasgados que está mirándome desde la pantalla.

- Tiene sentido porque lo digo yo, además, ya no eres mi chico favorito por pesado.- Le saco la lengua y él me sonríe.

- Tú me adoras a pesar de que sea pesado. ¿Qué haces? .

- Estoy cuidando a una niña, necesitaba una niñera y tampoco es que tenga mucho que hacer. ¿Y tú? .

- Estoy en la Universidad, vine a hacer un recorrido, de hecho, ahora estoy en una habitación donde exponen las mejores pinturas de los estudiantes.- Cambia la imagen para la cámara trasera y me muestra una inmensa sala llena de cuadros, algunos son muy lindos.

- Me encanta.- Tal vez eso es lo que hace que Diego y yo seamos los mejores amigos, nuestro mutuo amor por la pintura.- Dentro de unos meses seguro que una de tus pinturas está allí.

Lo digo en serio, me gustan mucho las pinturas de Diego.

- Los tuyos también podrían estar aquí.- Me mira con sus profundos ojos celestes, hago una mueca.

Nunca me lo ha dicho directamente, pero a cada rato deja caer que le gustaría que me fuera a la Universidad con él.

- Diego, no empecemos.

- Solo piénsalo. Me voy, te quiero pequeña.

- Yo también te quiero.- Cuelga y yo dejo el teléfono a un lado.

Esa es una de mis opciones y no es mala. Ir a estudiar algo que me gusta y con mi mejor amigo.

Caliento la comida y llamo a Esmeralda. Ella se sienta en la mesa y me mira en lo que come.

- ¿Por qué nunca te había visto por el pueblo?- Me pregunta.

- Recién me mudé, antes vivía lejos de aquí.

- ¿Por qué decidiste mudarte para acá? .

Sí qué es curiosa.

- Es que tengo que tomar una decisión importante, me hacía falta alejarme de todo para pensar en que es lo que quiero hacer.

- Cuando sea mayor voy a estudiar medicina, me voy a mudar a una ciudad muy grande. También voy a tener un perro.- Dice muy ilusionada.

Por lo menos ella tiene un plan, yo no estoy ni cerca de lograr eso.

Cuando termina me ayuda a recoger las cosas y después subimos al cuarto, como me pidió que hiciéramos su madre después de comer, es verdad, es un poco extraño, pero quién soy yo para cuestionarlo.

Entramos en el cuarto de Esmeralda, las paredes están pintadas de verde claro, la cama está en una esquina con sábanas con dibujos de flores, una mesa de noche está al lado de esta, una cómoda, un clóset, un televisor está en la pared, una blanca ventana está enfrente de un escritorio y un estante al lado con varios libros.

- Es muy bonito.- Le digo y camino hacia la estantería.

- Gracias. Mi hermano me regala uno nuevo cada vez que saco buenas notas.- Mira los libros.

Toma uno que está encima de la mesa de noche y me lo da. Leo en la portada, "Cumbres Borrascosas".



#16620 en Novela romántica

En el texto hay: oscuridad, amor juvenil, luz

Editado: 11.12.2022

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