Darcel

Capítulo 5:

 Miro la hora, siete de la mañana. Me levanto de la cama dispuesta a prepararme para ir a la cafetería. Como castigo por mi irresponsabilidad del otro día, mis abuelos y mis padres coincidieron en que me vendría bien hacer doble turno en la cafetería durante esta semana, lo bueno es que ya es sábado.

Cuando entro veo que mi abuela y otra chica están ahí, me pongo uno de los manteles con el logo de la cafetería y me acerco a saludarlas.

- Buenos días.- La desconocida me está dando la espalda, seguro que es la nueva camarera que empezaba hoy. De pronto se gira para saludar y nos quedamos mirando, al parecer el pueblo es más pequeño de lo que pensaba.

-¿Eleena?- Pregunta sonriendo.

-¿Melissa?- Me sorprende verla.

- ¿Se conocen? .- Mi abuela nos mira extrañadas.

- Sí, un día tuve que buscar a Esmeralda a casa de una amiga, resultó ser la hermana menor de Melissa.

- Pues me alegro mucho, porque ahora van a trabajar en el mismo turno.

- Que bueno.- Dice mi nueva compañera de trabajo, yo también me alegro de que sea ella.

Le llevo los dos capuchinos y el trozo de pastel a la mesa del fondo, estoy aliviada, por fin un respiro. En ese momento siento la campana de la puerta avisando de que entró alguien, "es que tengo los pensamientos malditos", no puedo evitar pensar. Me doy la vuelta, tratando de recibir al cliente con una sonrisa y ocultar el horrible dolor en las piernas que me está matando, aunque cuando veo a la persona que apareció no tengo que fingir la sonrisa.

- Hola, me das un batido de fresa y una tarta de chocolate.- Dice Esmeralda, me alegro de que está comiendo mejor que la última vez.

- Ahora voy.

- ¿Puedo acompañarte? .- Me pregunta y yo le indico que me siga, entramos a la cocina y le preparo su pedido, regresamos a afuera y se sienta en la barra enfrente mío.

- Eleena, ¿puedo pedirte otra cosa? .

- Dime

- Es que... tengo prueba de Matemática mañana y mi hermano no me puede ayudar.- Me dice mirando hacia abajo, como si le diera pena decírmelo.

- ¿Y por qué hablas cómo si te sintieras avergonzada? .

- Es que me da pena molestarte, pero si no estudio no voy a aprobar.

- Vamos a hacer algo, termina de comerte esta deliciosa merienda, mientras yo voy a terminar de hacer unas cosas en la cafetería. Cuando termine te ayudo hasta que estés segura de que vas a aprobar.

- Gracias.- Le doy una sonrisa y voy a entregarle la cuenta a la pareja que está en el fondo, luego de terminar de fregar algunas cosas, cierro la cafetería y vamos a casa de Esmeralda para ayudarla a estudiar.

Cuando entramos no hay nadie, ella sube a su cuarto para cambiarse el uniforme de la escuela que todavía llevaba puesto.

- Eleena- Me llama y yo subo a su habitación, al entrar la veo, todavía no se ha cambiado.

- ¿Qué pasó? .- Le pregunto.

- El cierre de la saya se trabó.- Me agacho para ayudara a quitárselo, al final era que se había enredado con un hilo de la misma saya, cuando logra quitársela, le veo por un momento lo que me parece que es un moretón en la cadera.

- ¿Te diste algún golpe? .- Pregunto preocupada, ella mira fijamente el piso.

- Sí... el otro día... venía caminando, no me di cuenta y choqué... con la mesa de la cocina.- Me dice.

- Ah ya.- Digo insegura, es que se puso muy nerviosa cuando le pregunté. Bajamos a la cocina para estudiar.

- ¿Entonces a cuánto equivale la x?- Le pregunto cuando termino de explicarle el cuarto ejercicio.

- ¿A diez?- Me pregunta insegura.

- Sí. Equivale a diez. Ves que ya vas entendiendo.

- ¿Puedo ir a buscar algo de comer y seguimos?- Miro la hora y le digo que sí, hasta yo tengo hambre. Ella regresa con dos vasos de jugo y unas galletas, se para enfrente de la mesa para ponerlo todo, la miro y me resulta muy raro algo.

- ¿Ha pasado algo en el colegio? .- Le pregunto mientras tomo uno de los vasos.

- No, todo sigue normal. ¿Por qué? .- Empieza a beber su jugo.

-No sé, te he visto un poco decaída las últimas veces.

- Es que estoy preocupada con el examen, deberíamos seguir.

Una hora después me despido de ella y regreso a mi casa, pero no se me acaba de quitar de la cabeza lo rara que está.

Estoy en la mesa comiendo con mis abuelos, pero le sigo dando vueltas al comportamiento de Esme.

- Ele, ¿pasa algo? . No has comido nada.- Me pregunta mi abuela preocupada, yo miro mi plato y lo veo como cuando me serví.

- ¿ Si conoces a una persona que al parecer tiene algún problema, pero te dice una excusa estúpida que no crees - Miro a mi abuela para ver si me está haciendo caso y la veo mirándome.- le contarías a alguien que la pueda ayudar, o solo dejas pasar el tiempo a ver qué pasa? .

- Eleena, eso depende, si crees que el problema puede ser serio y que la ayuda de esa persona puede resolverlo, yo creo que deberías decírselo.- Dice entendiendo que eso es lo que me pasa.

- Gracias abuela.- Subo a mi cuarto y busco entre mis contactos el teléfono de Catalina.

- Hola- Escucho su voz cuando me contesta.

- Hola, es Eleena.

- ¿Pasó algo? .

- Necesito hablar con usted en persona.

- ¿Tiene qué ser hoy? .- Escucho su pregunta mientras camino con el teléfono por la habitación.

- Sería lo mejor.

- Me imagino que es sobre mi hija, ahora mismo estoy en una comida de trabajo, será mejor que llames a Darcel.

- Está bien.- Cuelgo y busco el teléfono de Darcel.

Cuatro timbres y no contesta, seis y no responde. Me siento ansiosa. Cuando ya se va a caer la llama siento que hablan.

- Diga.- Oigo una voz fuerte.

- ¿Darcel? .- Pregunto, ¿seré boba?, quién más va a ser si es su celular.

- ¿Quién habla? .

- Es Eleena, la niñer...

- Sí, ya sé quién eres.- Me interrumpe.

- Te llamaba porque tengo que hablar contigo.

- Dime.

- En persona.

- ¿Es sobre Esmeralda? .



#16760 en Novela romántica

En el texto hay: oscuridad, amor juvenil, luz

Editado: 11.12.2022

Añadir a la biblioteca


Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.