Darcel

Capítulo 9:

 Aura es conocida por sus lindas casas y coloridos jardines, si les dijeron eso que les devuelva el dinero porque los estafaron. Es verdad que tiene bonitas casa y jardines bastantes cuidados, pero si hay algo que vuelve a Aura un lugar interesante es su festival. Resulta que todos los veinte de agosto comienzan los preparativos para el gran festival de Aura. El primero de septiembre empieza y dura cuatro días llenos de concursos, fiestas, música y extranjeros que vienen a disfrutar de la festividad. Es de los pocos momentos que la ciudad se llena de vida.

Todos los negocios locales empiezan a trabajar arduamente, las cafeterías y restaurantes compiten entre sí y el ganador se lleva algo de dinero y bastante publicidad. La cafetería de mi abuela, Geleena, ganó su último premio las ultimas vacaciones que estuve aquí.

Se hace un famoso concurso que consiste en seleccionar a la chica más linda de Aura, sí, ya lo sé, es antiquísimo, pero todas las familias antiguas del pueblo insisten en que sus hijas jóvenes participen.

- ¡Qué no!, me parece una tontería eso de estar paseando por ahí como adorno, además, ¿para que voy a pasar tanta pena? .- Le digo a mis abuelos mientras camino por la sala buscando una manera de convencerlos. Ellos solo me miran desde el sofá con la antigua foto de mi mamá donde está escrito: “A la ganadora Miss Aura 1998” .

- Te verías tan linda, seguro que hasta ganarías .- Insiste mi abuela.

- No, y aunque quisiera me hace falta pareja para el baile.- Justo en el clavo, si no tengo pareja no puedo participar. Qué inteligente eres Eleena.

- ¿Si yo te consigo una pareja participas? .- Pregunta mi abuela.

- Si la consigues sin chantajear a nadie, ni sobornarlo con tus dulces, acepto .- Respondo. Seguro no consigue a nadie, ¿quién va a estar dispuesto a participar sin ganar nada a cambio? .

- Esto es un trato.- Dicen mis abuelos a la vez y se lanzan una mirada de esas que solo ellos pueden comprender, espero no haber cavado mi propia tumba.

- ¿Vas a participar en el concurso de belleza? .- Me pregunta Esmeralda mientras la ayudo a dibujar un cartel que le mandaron a hacer para decorar la escuela por las festividades.

- Si consigo pareja.- Me coloco un mechón de pelo detrás de la oreja y dibujo el trazo de una flor azul en la esquina.

- Yo todavía no puedo participar, que injusticia.- Arruga la frente por su molestia y se cruza de brazos. Ese tipo de concursos son de las cosas que le encantan a Esmeralda, pero no puede participar porque solo tiene doce y la minoría de edad establecida es quince.

- Yo sinceramente no tengo muchas ganas, ojalá mis abuelos no encuentren pareja para mí.- Dejo el pincel y me alejo para observar todo lo que hicimos.

- Tengo hambre, ¿podemos ir a la cafetería de tus abuelos? .- Habla Esmeralda mientras empieza a recoger las cosas que habíamos utilizado.

- Dejame llamar a tu hermano antes.- Me levanto del piso y camino hacia la ventana. Busco en los contactos el teléfono de Darcel y lo llamo.

- ¿Pasó algo? .- Dice cundo contesta al segundo timbre, eso de saludar se fue en los ochenta.

- Tu hermana quiere ir a la cafetería de mis abuelos, ¿puedo llevarla? .

- Sí, claro.

- Bueno, no nos vamos a demorar mucho.- Cuelgo y me doy la vuelta. Esme ya ha recogido todo.

- Tú hermano nos dio permiso. Vamos.- Tomo mis cosas y salimos de la casa para dirigirnos a la cafetería. Hace falta que a mi abuela le quede algún pastel de limón, tengo hambre. Vamos caminando mientras Esmeralda me habla de las ferias de años pasados.

Cuando llegamos entramos y el sonido de la campanita avisa de nuestra llegada. Melissa está detrás de la barra, caminamos hasta allá y solo cuando estoy cerca es que me doy cuenta que Darcel está sentado en la barra dándome la espalda. Me recorre un escalofrío, no lo veía desde el accidente con su dibujo.

- ¿Tanto desconfiás de mí que viniste a asegurarte? .-Digo un poco más fuerte de lo que pretendía, pero me molesta que haya tenido que venir para ver con sus propios ojos si le decía la verdad,

Él se da la vuelta y clava sus dorados ojos en mí, por un momento pienso que ta vez exageré.

- No sé de que hablas, yo vine por otra cosa.- Alza sus oscuras cejas, no puedo evitar sentirme estúpida, seguro vino a ver a Melissa y yo creyéndome el centro del mundo.

Me escapo a la cocina con la vista pegada al suelo, aprovechando que Esmeralda está hablando con Melissa, así por lo menos recojo la poca dignidad que me queda. Mi abuela está atareada preparando una masa para unos pasteles.

- Hola- Ella se da cuenta de mi presencia cuando hablo y me sonríe.

- Hola mi niña. ¿No estabas cuidando a la niña de los Dasch? .

- Sí, está allá fuera, su hermano también esta ahí.- Me lavo las manos y cojo uno de los moldes para comerme el resto de la masa que queda en el, un poco raro, lo sé, pero desde pequeña tengo esa manía.

- Llevales las galletas que están allá.- Me señala una bandeja con varias galletas que está enfrente de ella y yo la voy a buscar. No me agrada mucho la idea de tener que volver a ver a Darcel después del ridículo que hice, pero si me niego mi abuela va a saber que me pasa algo.

Salgo con la bandeja en mis manos. Al entra no había notado que la cafetería está vacía menos por Melissa y los hermanos Dasch. Voy a la barra donde ellos están como hace unos minutos, lo que esta vez Melissa también está sentada enfrente de la barra al lado de Darcel.

- Mi abuela hizo unas galletas.- Esmeralda no pierde tiempo en estirar la mano y tomar una galleta de la bandeja, que ya dejé encima de la barra. Estoy ansiosa por lo que me quedo de pie y me llevo una galleta a la boca, los otros dos imitan mi acción.

- Esmeralda me contó que vas a participar en el concurso de belleza.- La voz de Melissa rompe el silencio.



#16683 en Novela romántica

En el texto hay: oscuridad, amor juvenil, luz

Editado: 11.12.2022

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