Darcel

Capítulo 16:

1er capítulo de la minimaratón:

Siento el horrible sonido de la alarma de mi celular, trato de ignorarla y seguir durmiendo, pero el insoportable sonido no me deja. De pronto deja de sonar y sonrío sin todavía abrir los ojos, voy a poder seguir durmiendo.

- Despierta princesa.- Siento la cama ceder por el peso de mi amigo que intenta despertarme.

- No quiero- Me doy la vuelta a la cama, quedando boca abajo.

- Ele, tenemos trabajo que hacer, te espero abajo.- Siento que se levanta de la cama y el sonido de la puerta al cerrarse.

 Abro los ojos y empiezo a estirarme en la cama, parece que estoy poseída por un demonio en vez de estirándome, pero bueno, no es mi culpa tener la imperiosa necesidad de estirarme tanto cuando me levanto. 

 Pongo mis pies en el piso y salgo de la comodidad de mi cama con pesar. Voy al armario y agarro la primera camiseta que encuentro y un pantalón ancho que tiene unas pequeñas manchas de pinturas, ya que lo he utilizado otras veces en mis procesos de creación. Me recojo el pelo en una trenza y bajo a la cocina a desayunar.

 Después de terminar nuestro desayuno vamos a casa de Darcel para recoger a Esmeralda. Cuando llego toco la puerta y después de unos minutos me abre Catalina, me sorprende la manera en la que se ve, en los pocos encuentros que hemos tenido siempre está perfectamente arreglada, ahora está con un pijama y el pelo completamente despeinado. Esas cosas no es lo que más me sorprende, sino como sus grandes ojos azules están rojos e hinchados de llorar.

- ¿Está bien? .- Le pregunto preocupada.

- Sí, solo me duele la cabeza. ¿Viniste a buscar a Esmeralda? .- Sonríe, pero me puedo dar cuenta de que está fingiendo.

- Ele.- Esmeralda aparece en la puerta, la veo un poco decaída lo que hace que me preocupe aún más.

- Bueno, las dejo para que se puedan ir.- Catalina habla despidiéndose de su hija con un beso y a mí me dedica una mueca parecida a una sonrisa. 

 Caminamos hacia la calle donde nos espera Diego.

- ¿Quién es él?- Pregunta Eleena mirando a mi amigo.

- Es Diego, mi mejor amigo. Diego, ella es Esmeralda, mi más reciente amiga.- Le hablo primero a Esmeralda y después a él. Me da gracia cuando veo que Esme se sonroja.

 Empezamos a caminar hacia el parque mientras Esmeralda permanece callada, me extraña su comportamiento, pero después me doy cuenta de que se puede deber a la presencia de mi amigo.

Cuando llegamos al parque vamos al salón, antes de abrir la puerta me doy la vuelta y miro a mis dos acompañantes.

- Antes de entrar me deben prometer algo.- Les digo muy seria.

- ¿Qué cosa? .- Pregunta Esmeralda hablando por primera vez desde que salimos de su casa.

- Lo que sea que vean aquí dentro no pueden contárselo a nadie.

- ¿Por qué tanto misterio? .- Pregunta la más pequeña de nuevo.

- Ele siempre es así con sus pinturas, nunca deja que nadie las vea antes de terminarlas. Solo me deja verla esta vez porque necesita mi ayuda y a ti porque tiene que cuidarte.- Le explica Diego.

- Pero mi hermano quería que le contara.- Suelta Esmeralda tapándose la boca por decir algo que no debía, las mejillas se le ponen rojas de la vergüenza.

- No se lo vas a contar porque quiero darle una sorpresa.- Le digo para que me entienda. La niña asiente aceptando mi argumento y abro por fin la puerta.

 Esmeralda lo mira todo a su alrededor con cara de no tener ni idea de que estoy pintando, se sienta en una esquina, la misma en la que se sentó Darcel cuando estuvo aquí conmigo hace dos días, ¿que estará haciendo en estos momentos? .

 Voy hacia Diego y le explico lo que necesito que haga, él me obedece y empieza con su trabajo, Esmeralda desde su esquina selecciona una canción que resulta ser "El Embrujo" de Morat, las dos cantamos, si se le puede llamar así, por un momento tuve miedo de que rompiéramos las ventanas de lo mal que lo hacíamos. Mientras nosotras damos nuestro concierto, Diego permanece callado mientras pinta la pared más alejada.

"Voy a obligar a la Luna a que no salga esta noche

Voy a inventarme un hechizo, que no deje que él te toque

Que haga imposible los besos, que haga que no los soportes

Para que nunca te vayas voy a hechizarte a mil voces.

Pido perdón por callarme, debí haber tardado menos, 

pero hoy tendrás que escucharme desde siempre yo te quiero."

 

Un escalofrío me recorrió mientras cantaba esa parte, justamente mi favorita, era una sensación extraña, como si el universo me quisiera decir algo. Me vuelvo muy poética cuando pinto, no me hagan caso.

 Las horas pasan mientras escuchamos canciones, muchas de Morat. Diego y yo seguimos pintando, este ha estado un poco raro, parece que hoy es el día de ponerse raro, ya que Esmeralda sigue con esa actitud extraña.

- Esme, ¿no quieres jugar un rato en el parque? .- La culpa cae en mí cuando suelto esas palabras, pero necesito un momento a solas con Diego, ya me está preocupando su comportamiento.

- Eh sí.- Esta se levanta con una sonrisa pícara  que en estos momentos hasta me alegra, ya que le quitó esa cara de sufrimiento, también voy a tener que hablar con ella después. Esme sale con su celular y cierra la puerta, me acerco a donde está Diego con una brocha en sus manos, muy concentrado en no equivocarse. Un mechón le cae en medio de la frente, me acerco despacio, lo menos que necesito es asustarlo y estropear todo lo que hemos avanzado en el salón. Me paro a su lado esperando a que termine.

- Suéltalo- Le digo sin rodeos cuando veo que terminó. Fija sus ojos azules en mí y aprieta la mandíbula con fuerza, lo que me afirma que sin duda pasa algo, ¿pero qué? .

- Olvídalo.- Me da la espalda y lo siento mucho por él, pero me lo cuenta o me cambio el nombre, y mira que me gusta mi nombre. Me pongo delante de él y le muestro mi mejor cara de molestia.



#16651 en Novela romántica

En el texto hay: oscuridad, amor juvenil, luz

Editado: 11.12.2022

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