Capítulo 27:

 Ya mis abuelos se fueron para la casa y Melissa y yo nos quedamos recogiendo. Me detengo un momento para ver la hora en el reloj que está en mi muñeca, son más de las diez de la noche.

- Gema estaba muy feliz por el premio.- Melissa me habla mientras tiramos a la basura las servilletas que los últimos clientes dejaron en las mesas.

- Sí, hacía unos años que no ganábamos.- Sonrío al pensar en mi abuela y en lo nerviosa que estaba por la mañana.

- ¿Hacía mucho tiempo que no venías a Aura? .- Melissa me pregunta.

- Casi diez años.

- Eso es bastante.

- Es verdad, no sé porque dejamos de venir. Antes pasaba todas las vacaciones aquí.- Le estoy hablando a Melissa, pero la verdad es que es más conmigo misma. Nunca había pensado en la razón de porqué no volvimos a Aura.- Mis abuelos empezaron a ir a mi casa, lo que solo podían unos días durante Navidad, porque tenían la cafetería y no la podían dejar sola mucho tiempo.

- Te puedo preguntar por qué regresaste ahora, no sé, después de tanto tiempo, sola.- Su pregunta podría ser por la simple idea de sacar conversación mientras limpiamos, pero Melissa no parece ser el tipo de chica que te pregunta algo si es necesario, si de verdad no quiere saber.

- Cuando terminé el Instituto me sentí muy presionada. Todos a mi alrededor ya sabían lo que querían estudiar, algunos hasta tenían planeado el día de su boda. Pero mi preocupación real empezó cuando Alison, mi mejor amiga- Me salió natural decirle así, supongo que las relaciones y el cariño que le tenemos a algunas personas no desaparece de la noche a la mañana.- decidió que quería estudiar diseño de interiores en una Universidad que estaba al otro lado del país. Unos días después, Diego me dijo que lo habían aceptado en la mejor Universidad de Arte, que también queda extremadamente lejos; supongo que yo...- Me callo pensando en ese momento, en como podría definir esos meses.

- Tuviste miedo de que cuando la distancia se interpusiera entre ustedes se alejaran.-  Termina por mí Melissa.

- Exacto, éramos buenos amigos, pero la distancia puede alejar hasta las personas que más se quieren si no sabemos manejar las cosas bien. Empezaron las vacaciones y entendí que cada uno tenía que elegir cómo quería que fuera su vida y que eso no tiene porque acabar con nuestra amistad. Pero aún seguía sin saber que quería hacer, mi madre siempre ha tratado de convencerme para que sea diseñadora de interiores como ella, mi padre que sea psicóloga y...- Hago una pausa y mi voz suena apagada cuando termino.- y Diego quería que fuera a estudiar arte con él, un día me enseñó la habitación donde muestran las pinturas de los mejores estudiantes, me pidió que imaginara mis pinturas colgadas allí.- Una sonrisa melancólica se pinta en mis labios.

- No sé qué habrá pasado, pero seguro se va a arreglar.- Melissa observa mi gesto y trata de transmitirme seguridad con sus palabras, y a pesar de que no las pueda creer del todo, por lo menos me siento mejor.- Yo no sé qué haría sin Darcel y Brandon, son como mis hermanos, cuando discutimos podemos ser muy hirientes, pero terminamos pidiendo disculpas arrepentidos, minutos después.

 Terminamos de limpiar y recogimos nuestras cosas para irnos. Veo que Melissa recibe una llamada y su cara se pone pálida como si hubiera visto un fantasma.

 Escucho que dice: “¿donde están?”, ‘voy para allá, no se muevan”, ‘veré que hago’ y cuelga.

- ¿Estás bien? . ¿Pasó algo? .-Me preocupo por su reacción a la llamada.

- Sí, sí estoy bien.  Sé que es mucho pedirte y debes estar cansada, pero, ¿podrías cuidar a Esmeralda un rato? . Los chicos fueron a una fiesta, tomaron mucho y tengo que ir a buscarlos.- Le tiembla un poco la voz cuando habla y su pierna se mueve de forma frenética, como si estuviera desesperada.

- Sí, claro.- Esmeralda me había dicho por la mañana que Catalina estaba en un viaje de trabajo.

- Vamos.- Melissa camina hasta llegar a la calle y abre las puertas de un pequeño auto que nunca había visto, me da curiosidad pero sé que no es el momento para preguntar.

Sabía que estaban ocultando algo.

Darcel nunca dejaría a su hermana sola por ir a una fiesta. No cuando la protegía como si alguien estuviera lista para hacerle daño en el momento más inesperado.

Esto solo se confirmó cuando al entrar en el cuarto de Esmeralda no me la encontré dormida como esperaba, sino llorando sentada en una esquina de su cama.

Corrí hacia ella cuando la vi en ese estado.

- Esme, estoy aquí, tranquila.- Me siento a su lado y trato de tranquilizarla, pero solo aumentan más sus sollozos y lágrimas.- Todo va a estar bien.

- No, to..do está.. mal- Su voz sale desgarrada producto a las lágrimas.

- Todo está bien.- Le acarició el pelo tratando de que se calme.

- ¿Dónde está mi hermano? .

- Él ya viene.- Rezo porque eso la tranquiliza.

- Yo...no qui...ero que le pase nada. Es mi culpa.- Su llanto se hace más fuerte y siento que me quedo tiesa en el lugar, sin ser capaz de mover ninguno de mis músculos. ¿Qué le pasó a  Darcel? . ¿Dónde está? . ¿Por qué Esmeralda está tan preocupada por él? .¿Por qué Esmeralda se culpa? .

 Trato de responder las miles de preguntas que resuenan en mi cabeza. ¿Qué es lo que me ocultó Melissa? . ¿Dónde está realmente Darcel? .

- Darcel va a regresar. No le va pasar nada.- Trato de que mi voz suene segura y no tiemble. Ya no sé si es para hacer sentir mejor a Esmeralda o para tranquilizarme a mí.

- ¿Lo prometes? .- Sus ojos rojos del llanto me miran, las mejillas están mojadas de todas las lágrimas que ha soltado. Me duele verla tan dolida, sin la sonrisa que suele tener.

 Pero, ¿puedo prometerle que Darcel regresará sano y salvo cuando no sé ni dónde está? .

- Lo prometo.- Le sonrío y ella me abraza.

Tal vez no debí hacerlo. Prometí algo que no tengo ni la menor idea de si podré cumplir.