Darcel

Capítulo 37:

- ¿Pero pálida cómo? .- Miro a Brandon preocupado por lo que me está contando.

- Como si hubiera visto un fantasma. No entendí bien qué sucedió, le llevé su pedido y se veía normal, pero cuando llegué a la barra y levanté la mirada la vi tensa mirando el celular. La seguí con la mirada hasta que se metió en el baño...

- ¿Y luego? . ¿Te hizo algún comentario?… no sé, ¿algo que pueda ayudarnos a saber qué pasó? .- Camino por mi habitación mientras hablo.

- No, se comió la tarta y dejó el capuchino intacto en la mesa, pero me dijo que estaba apurada y se tenía que ir. Mi cara tiene que haber reflejado que con cada palabra me empezaba a poner más nervioso porque Brandon caminó hasta mí y colocó una mano en mi hombro.

 -Darcel, relájate, puede que sean ideas mías, no tiene por qué pasar nada. Además no es como si tú pudieras hacer algo.- Habló bajo, pero firme tratando de convencerme.

- ¿Y si de verdad le pasó algo? . ¿Y si tiene que ver con…

- Darcel, detente. Él no tiene forma de saber de Eleena. Además, por qué razón la buscaría a ella. No tiene sentido.

- Prométeme que si percibes algo extraño me avisarás.

- Por supuesto, para eso están los hermanos.

- DARCELL- Siento la voz de  mi hermana detrás de la puerta cerrada de la habitación.

- Pasa enana.

 La puerta se abre dejándome ver a mi hermana con una sonrisa inmensa en la cara y tres paletas de caramelo en la otra.

- Mira, te traje muchas paletas para que ya no estés triste.- Me sonríe mientras camina hasta mí y me da una paleta azul.- ¿Quieres una? .- Mira a Brandon y camina hasta él para entregarle otra.

- Gracias.- Brandon le agradece y empieza a abrir el envoltorio del caramelo con la misma emoción que un niño de cinco años.

- Hermanito.- Esmeralda me mira con sus inmensos ojos azules y sé que está a punto de pedirme algo.- ¿Puedo pedirte algo? .

- ¿Qué quieres? .

- Dile a mamá que no me ponga otra niñera.- Ya sabía yo que tanto amor tenía una explicación.- Me van a mantener vigilada todo el tiempo y no me van a dejar hacer más nada. Además, la palabra lo dice,   N-I-Ñ-E-R-A, niñera, es para niños y yo no soy una niña.- Gesticula con los brazos y hace hincapié en la palabra niñera.

- Esmemralda, sabes que mamá no puede estar todo el tiempo contigo y yo voy a empezar con lo del curso de fotografía, no voy a poder estar aquí cuando regreses de la escuela. Necesitamos de alguien que te cuide.

- No quiero, no necesito que nadie me cuide, mucho menos una niñera.

- No entiendo a qué viene todo esto, hasta hace un mes tenías una niñera y no parecía importarte.

- Eleena no es mi niñera, es mi amiga. Si quieres llámala, dile que vuelva, si es ella la que me cuida no me importa, pero no me pongas a alguien más, por favor.- Hace un puchero tratando de convencerme.

- Ya te dije que no, vas a tener una nueva niñera y te vas a acostumbrar tan bien como lo hiciste con Eleena.- Me estaba costando no alzar la voz. Miré hacia donde estaba Brandon observándonos con la paleta en la boca sin saber si intervenir o no.

- Pero no es ella. Yo la quiero a ella.

- Esmeralda, no puede ser, Eleena se fue y no va a volver. Se acabó.- No me di cuenta cuando mi voz subió de tono, pero me arrepentí de haberle hablado así. Después de todo ella no tiene la culpa de nada.

- Esme te dije que encontré una nueva película del actor que te gusta. ¿Por qué no vamos a verla? .- Brandon habló y le extendió la mano a Esmeralda para que saliera de la habitación junto a él pero ella parecía resistirse. Lo vi agacharse y decirle algo al oído que pareció convencerla y se fue con él.

 Cuando escuché la puerta cerrarse me dejé caer en la cama y cerré los ojos por un momento, pero ni así podía dejar de pensar en Eleena. Aunque por primera vez en este mes me permití recordar, cerré los ojos con más fuerza para visualizar la forma en que se encajaba las uñas en la palma de la mano cuando se ponía nerviosa, como jugaba con su pelo sin darse cuenta, lo mucho que brillaron sus ojos cuando la llevé al acantilado, o la forma en que mordía levemente su labio inferior mientras dibujaba.

 Abrí los ojos y una frase hizo eco en mi cabeza.

Se fue y no va a volver y  lo peor de todo es que era mi culpa.

 

Eleena:

 Camino hacia la casa con mis audífonos puestos como casi siempre. Hoy tuve más trabajo que en todo el tiempo que llevo aquí, a pesar de solo hacer el segundo turno del día. Al cerrar la cafetería no pude evitar sentirme aliviada. Al llegar a la puerta de la casa me quito los audífonos y busco la llave en mi bolso para abrir la puerta. Cuando cierro la puerta siento el ruido de una moto arrancar, un escalofrío me recorre el cuerpo y abro de nuevo para asomarme, pero la calle se ve desierta.

- Que boba soy, por supuesto que no es él.- Hablo para mí misma y subo hasta mi habitación al recordar que mis abuelos salieron y no hay nadie en casa.  

Nota de la autora:

 Holaaa, ¿qué creen del ruido que sintió Eleena? ¿será Darcel? . Quiero leer sus comentarios, que hace tiempo que no me dejan. Si les gusta dejen sus estrellitas así me lo hacen saber y yo soy feliz y me esfuerzo para traerles otro capítulo pronto. 

Besos 

Soff



#16672 en Novela romántica

En el texto hay: oscuridad, amor juvenil, luz

Editado: 11.12.2022

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