- ¡Ya no puedo! Mis ojos queman.
Sin escuchar respuesta extrañada separo mis vista del computador hallando a un tierno Archer totalmente dormido sobre su cama. El primer soldado caído, son exactamente los cinco con veintiocho minutos y no he dormido. Pienso seriamente sobre ya irme a dormir, pero quiero acabar esto, llevo apenas poco más de treinta por ciento del trabajo y me falta mucho.
Archer fue de mucha ayuda con esto, en estas horas me pude enterar de gran parte de su vida universitaria de él. No tenía idea que casi es un administrador que estudió en London Business School por unos semestres, según había dicho su madre lo obligó a estudiar para hacerse cargo de la empresa familiar, pero se rebeló y se salió de la universidad para hacerse todo un rockstar.
Otro dato muy curioso es que no tiene el apellido de su papá, si no que Krieger es el de su mamá, según me explico el apellido Krieger es muy prestigioso en Alemania y su mamá no tenía pensado perderlo así que decidió que tuviera el apellido Krieger.
No pude escuchar mucho sobre su padre porque rápidamente cambiaba de tema.
Según tengo entendido nunca se ha llevado bien con él, únicamente vi a su padre dos veces en el hospital y siempre los encontraba discutiendo. Su padre era muy imponente de la manera mala en comparación a Archer, todo el reflejaba un poco de malicia.
De lo que uno se entera en una noche de desvelo.
Al principio fue todo incomodo de mi parte por mis paranoicos pensamientos, pero después de ver todo el trabajo que me quedaba se me olvidó rápidamente.
A el dormilón le dejé una pequeña nota cuando me fui de su casa.
“Te ves magníficamente adorable babeando sobre tu almohada (tuve que retratar ese hermoso momento) Muchas gracias por acompañarme, eres el mejor compañero de pijamadas. ¡Te adoro!
Pdta. Te dejé manzanas cortadas con chamoy en tu nevera y perdón por robarte tu termo”
Tuve que tomarme un café cargado antes de salir de ahí para revivir, con el termo que le robé a Archer me llevé más café.
Dudo de mis capacidades para no dormirme en clases.
Al verme en el espejo ciertamente me deprimí un poco. ¡Me veo como un zombi con cabello esponjado! Mis rizos estaban en tan mal estado, no los pude definir y tuve que hacerme una coleta alta para disimularlo.
¿Es normal que me hayan salido granos durante la madrugada?
Traté de buscar a Kir o a Barbara en la universidad pero en ninguna de las clases que compartimos las vi. Todavía no se han de sentir preparadas para venir.
Al pasarles los apuntes les pregunté si estaban bien, ninguna respondió mis mensajes. Pensé seriamente si ir a verlas, pero siento que necesitan este día para ellas, mañana las iré a ver a primera hora.
¿Estaré siendo mala amiga?
Quizá pueda comprarles unas cajitas felices o unas donas y llevárselas.
Aun con sueño voy en busca de un McDonald’s para intentar alegrarlas, aunque sea un poco.
Mi desvelo no me permitía caminar todas esas calles para llegar a mi destino así que tomé un autobús.
Por cierto, Archer me había llamado adormilado alrededor de las dos del medio día. Valió la pena no dormir al escuchar su ronca y dura voz de recién levantado.
Es un nivel más a una voz caliente.
Toco la puerta de Barbara con una sonrisa sosteniendo las cajitas felices con una mano y con la otra cargaba un folder que contenía dentro las copias de mis apuntes que acababa de sacar en la papelería de la universidad.
La sonrisa de Barbara decae un poco al verme.
¿Tuve que haber avisado que venía?
Mierda.
Me alegró que Barbara se vea mejor, ahora su largo cabello pelirrojo se encuentra con su típicas ondas y aunque aún se pueden notar sus golpes, se puede ver feliz.
-Eh hola, traje cajitas felices y apuntes
Levanto emocionada lo recientemente dicho.
-Si… Pasa, adentro está Kirsty.
Atravieso el umbral de la puerta con una mueca incomoda que trato de disimular con una sonrisa.
Kir voltea hacia mí.
-Aless… Pero ¿qué te pasó?
-Hice parte del proyecto, tengo el cuarenta por ciento aproximadamente y pues no dormí – explico nerviosamente.
-Ay, muchas gracias – agradece feliz Barbara.
- ¿Pueden ustedes hacer el…
Me interrumpe Kir.
- ¿Podrías ayudarnos terminándolo, por favor? – implora juntando las manos – Te lo recompensaremos, te lo prometo.
Si acomodo mejor mis horarios quizá pueda hacer el proyecto, las tareas y estudiar al mismo tiempo. Puedo eliminar mis domingos…
-Eh si, sí.
-¡Muchas gracias!
Me abrazan ambas fuertemente.
-Es que hemos decidido ir a terapia juntas – comenta Kir.
-Me alegro mucho. Si necesitan alguna cosa no duden en llamarme.
-Gracias, Aless.
Me balanceo de un lado a otro sin saber que decir.
-Emm… Otra vez con el proyecto. ¿Me podrían ayudar imprimiéndolo cuando esté listo?
-Si no te preocupes, es lo mínimo que podemos hacer.
-Bueno… Me tengo que ir, voy a continuar con el proyecto. – me dirijo a la salida – ¡Disfruten sus cajas felices!
Ambas solo me despiden con la mano.
Voy con un sentimiento raro a mi habitación, hacía mucho no me sentía así de incomoda en presencia de Kir, y eso hace que me sienta culpable, ellas están sufriendo realmente y yo claramente no. No tengo derecho a sentirme de esta manera.
De cierta manera me siento un poco celosa, siempre hemos sido Kir y yo y que ahora tenga a alguien que la comprenda mejor que yo es algo … extraño. Y Barbara es muy parecida a Kir, ambas son muy inteligentes, fiesteras, extrovertidas, hermosas y a pasaron por el mismo problema.
Yo en cambio casi no paso tiempo con Kir por estar encerrada en mi habitación estudiando.