Capitulo 66

Edward

Planeo hacerle caso a Linda e ir al bar. Quizás Alice esté ahí o mi padre con lo terco que es. Me levanto y antes de hacer cualquier otra cosa abro el último cajón de la mesa de noche que está a un lado de mi cama. Saco el sobre blanco y reviso el dinero que hay dentro. Aún me queda una gran parte de lo que le gané a Peat en la carrera. Doblo el sobre y lo guardo en la parte interna de mi chaqueta para hacer lo que planeo. Me pongo un pantalón negro, sin embargo, tres golpeteos en la puerta me hace interrumpir la búsqueda de una camiseta. Me acerco a la puerta y la abro para encontrar a Sandy. 

—¿Que haces aquí?—le digo antes de hacerme a un lado para darle la pasada. Eligo una camiseta blanca lisa y me la pongo antes de prestar atención a la hermana de mi "novia"

—Y el premio a Miss Simpatía es para...—ironiza haciéndome reír un poco. 

—Cierra el pico—le espeto—Ya, ¿Que cojones quieres Sandy? Iba de camino a ver a Scott...

—Justo venía para que fuéramos juntos. Pensé que te tendría que insistir—dice riendo y niego mientras me volteo para tomar mi chaqueta.

—Al parecer, ser obstinadas y cargantes es algo más que tienen en común. Linda ya me hizo la cabeza está mañana.—Sandy suelta una carcajada burlándose de mi y en cuanto tomo mi celular el nombre de Linda aparece. Me ha llegado un mensaje. 

Abro enseguida su chat y frunzo el ceño en cuanto leo el mensaje. No le encuentro el sentido y enseguida marco su número para que me dé al menos una explicación concreta, sin embargo, ella no me contesta. ¿Por qué Linda me pediría que busque a Miller? No tiene sentido. Miro a Sandy quién me hace una mueca sin comprender y miro nuevamente el celular. 

—Es Linda, me pide que vaya en busca de Miller...¿Tienes alguna idea de esto?—le pregunto mientras le tiendo mi celular para que vea el mensaje. 

Sandy lo Lee y luego mira en otra dirección como si estuviera pensando, sin embargo, sus ojos se abren como platos y me tiende el celular con sus manos temblorosas. Sea lo que sea que se haya acordado, no es bueno. 

—Vamos Edward. Tenemos que encontralo—dice con voz temblorosa y ansiosa. Ella abre la puerta para salir pero la freno tomándola del brazo. 

—¿Que mierda significa esto? —ella me mira alarmada y puedo notar sus ojos llenarse de lágrimas. No sé qué demonios me estoy perdiendo, pero esto me tiene hasta el límite. —Te conviene hablar Sandy.

—No puedo—dice enseguida—...pero si ella te lo ha pedido, entonces hay que hacerle caso. Vamos, Todd puede estar en peligro Edward. 

Ella sale corriendo sin esperar por mi. Aún no logro entender, pero quedándome atrás no llegaré a nada. Cierro la puerta detrás mío y bajo las escaleras de dos en dos.  Sandy está a un lado de mi auto y lleva su celular a la oreja mientras que muerde el la uña bb de su dedo pulgar al igual que Rizos. Maldice cuando no le han contestado y yo me apresuro a rodear el vehículo y subirme. 

 —A mi tampoco me contestó. Debe estar dando el examen—digo en cuanto arranco el auto. Sandy me mira pero no luce tranquila, para nada tranquila.—¿Dónde se supone que debo buscar? No sé nada de Miller. Estoy harto de estos acertijos de mierdas. 

—No lo sé—dice—Si ella dijo que lo buscarás, entonces no está en el instituto. 

—¿Por qué me pediría a mí que lo busque?—le pregunto. Sandy se encoge de hombros, pero sé que ella me oculta algo. 

Manejo sin rumbo mientras discutimos a qué lado ir. Cómo ya he dicho, apenas sé dónde vive, y con suerte conozco el gimnasio al que va. Decido pasar por su casa para verificar si está su camioneta horrenda, y al verificar que no está, simplemente sigo de largo y doblo en la siguiente esquina para tomar el camino al gimnasio. Sin embargo, allí tampoco se encuentra. Ya es pasado medio día y se supone que Linda ya debió haber salido, asi que le ordeno a Sandy que intente nuevamente, pero ella sigue sin contestar. 

Manejo en un intento fallido hasta la casa de Bea, ni siquiera sé si ella está en casa, pero al no ver la camioneta por ningún lado, descarto que él se encuentre aquí. Manejamos alrededor de unos cuarenta minutos. Sandy intenta llamar a Linda una y otra vez y ya comienzo a inquietarme. 

¿Por qué demonios siempre hace eso? 

Mi celular vibra y se lo tiendo a Sandy para que vea quién es, pero al decirme que se trata de Alice, simplemente le pido que corte la llamada. No es momento para lidiar con Alice Jones. Continuo conduciendo por las calles más conocidas y con concurrentes cuando Sandy pega un grito y volteo a verla frenando el auto. Su mano temblorosa apunta al frente y veo a un grupo de unos cuatros sujetos golpeando a otro.

—¡Quédate aquí!—le grito a Sandy quién amaga a bajarse y me bajo de un balazo. 

Corro hacia el grupo de matones y tomo a uno de ellos del hombros tirándolo hacia atrás logrando que caiga al suelo. Uno de ellos intenta golpearme pero esquivo el golpe y le doy en el estómago y lo empujó en cuanto veo como se encorva. Miro al piso y la sorpresa e impresión me golpea con fuerza en el rostro. Es Miller. Maldita sea. 

Los cuatros tipos de ponen de pie pero se van. Ni siquiera he podido ver bien sus rostros, pero ahora es lo menos importante. Me agacho a la altura de Miller y acerco mi rostro a su pecho para ver si aún respira, al corroborar que si lo hace, lo tomo como puedo y lo cargo en mi hombro. Está inconsciente, pero vivo. 

Sandy se baja del auto y me abre la puerta trasera dónde ella se sube primero para estar con él. Luce mal. Muy mal diría yo. Tiene la nariz rota y la sangre brota de ella sin parar dónde he tenido que ponerle una camiseta sucia que había en el maletero para frenar la hemorragia. Me subo nuevamente al copiloto y conduzco con rapidez al hospital. Nunca en mis peores momentos me he imaginado así. La última vez que vi a Todd mal, fue el día en que ambos nos dimos una paliza de muerte, pero esto es muy diferente. Freno justo enfrente del hospital sin importarme si lo estacioné bien. Abro la puerta de Miller y lo saco mientras camino a paso rápido con él. Por suerte, unos enfermeros con una camilla me socorren y me ayudan acostarlo.