Darkwood

Capitulo 15

Capitulo 15. Dolor, miedo, verdad. Act 2. 

JADE.

 La menor de los Vikram me lleva de la mano hacia el jardin, el aire fresco nos da de lleno en la cara, caminamos en silencio hasta una banca a un lado de las rosas blancas y tal y como dijo; el bosque está a un paso. Masajeo mi cuello haciendo una mueca, Tamara definitivamente quería matarme, con tanta fuerza que empleó en mi cuello me sorprende que no me haya decapitado de una. 

— Lo siento mucho Jade, de haber sabido que esa bruja iba a tratar de matarte yo nunca te hubiera pedido venir. 

— Lo sé Ellie.—palmeo suavemente su hombro—. Yo... supongo que sabía que ella me odiaba pero nunca me imagine que se le metería el demonio e intentaría matarme, ¡Dios, casi me matan dos veces en menos de veinticuatro horas!. 

— ¿De qué hablas? ¿quién más quiso matarte?. 

— Unas personas me atacaron ayer en la noche en el centro, pienso que me confundieron o que querian robarme algo, la mujer no paraba de decir locuras y el hombre me dio una pequeña paliza. 

— Eso explica el golpesito que se te ve en la comisura de la boca.

 — Ese golpe me lo dio la señora.—suelto una risita tocando la herida—. Ahora mi adolorido cuello se le suma a mi espalda molida, el golpe en mi cabeza y el de mi labio. 

— Dios, Jade.—exclama sorprendida.

 — Y eso no es todo, el hombre estaba a punto de acabar conmigo y llegó tu hermano de la nada.

 Ellie suelta un chillido de felicidad y aplaude. 

— ¡Qué romantico!. 

— Bueno, no sé como es que llegó allí, pero me salvó el culo. 

Reímos un poco. 

— Ellie.—la llamo, ella me mira—. Quizás estoy alucinando pero... pasó algo con Tamara hace unos minutos.

 — ¿Qué pasó?.—pregunta seria.

 — Yo la vi tan furiosa y dispuesta a matarme que... le grité que se alejara y fue como si la hubiera empujado con tanta fuerza que hasta abrió una grieta en la pared, pero yo ni siquiera la toqué... o eso creo, quizás lo hice pero no me di cuenta. 

Ella se queda pensando unos minutos hasta que respira con profundidad y me mira tan fijo que me pone la piel de gallina. 

— Jade, es difícil explicarte esto, pero creo que llegaste a Darkwood por algo, no fue coincidencia. Debes saber muchas cosas que pasan aquí, pero no sé si decirtelo porque quizás no me creas y decidas irte. 

— ¿Te refieres a lo de la magia?.—pregunto dudosa, ella abre los ojos de par en par—. Tu hermano me explicó lo de la tribu y su magia, admito que no le creí al principio pero hoy lo pensé con mas claridad y empiezo a creer, es decir, ellos desaparecieron como si se tratara de aire.

 — Esa es una parte.—murmura mirando la nada—. Existe un mundo oculto de los humanos Jade, existen tantas cosas y tantos seres que los humanos ni siquiera podrían imaginar que realmente existen. 

— Hablas de los humanos como si no fueras parte de ellos.—susurro mirándola con confusion—. Con seres, ¿te refieres a...?. 

— A...— ella está a punto de contestar pero una mueca de dolor se posa en su rostro. 

De repente Ellie se dobla hacia delante bruscamente casi cayéndose de la banca, logro sostenerla y grito su nombre asustada, ella suelta un grito desgarrador lleno de dolor que me eriza la piel. 

— ¡Ellie!.—exclamo tratando de enderezarla en la banca. 

Ella levanta la cabeza y mira el cielo con terror, sigo su mirada, ella mira la luna llena que acaba de aparecer detrás de las nubes oscuras, la confusión me invade y la miro sin entender. Ellie vuelve a gritar con fuerza, su mano aprieta su estomago y apenas alcanzo a ver sus venas sobresaliendo de la piel de sus brazos.

 — No puede ser.—solloza. 

— ¿Qué pasa? ¿qué te duele?.—pregunto desesperada. El sonido de algo quebrándose me alarma y veo como ella se retuerce y grita. 

— La luna...—susurra de pronto, la determinación aparece en sus ojos y se levanta rápidamente, intento tomar su brazo para llevarla a la casa pero ella se suelta bruscamente y me mira con lastima—. Busca a mi hermano. 

Dicho aquello se echa a correr hacia el bosque a toda velocidad, otro grito desgarrador suena un momento después y hace eco por todo el lugar, volteo a ver hacia la mansión pensando en si debo entrar y buscar a Aren o si debo seguir a Ellie y tratar de ayudarla, el siguiente grito me encoge el corazón y tomo una decisión. Veo el teléfono de Elizabeth en la banca y sin más lo tomo y me echo a correr hacia el bosque, por el mismo camino que ella tomó, mientras corro en linea recta me las arreglo para encender el teléfono de Ellie y agradezco al cielo porque el primer numero que me sale en llamada rápida es el de su hermano, marco sin esperar más y continuo corriendo. 

— ¿Ellie?. Aren contesta de inmediato y yo quiero llorar de la felicidad.

 — ¡AREN!. — ¿Jade?.—pregunta y escucho la confusion en su voz—. ¿Qué ocurre?. 

— ¡TU HERMANA AREN, ELLA GRITABA Y... ENTRÓ CORRIENDO AL BOSQUE! ¡LA ESTOY SIGUIENDO...! 

— ¡JADE, NO!. 

Su grito me saca de balance y tropiezo con una rama cayendo al suelo, el teléfono sale volando de mi mano y entonces otro grito retumba por todo el bosque, sollozo llena de tristeza porque ella debe estar sintiendo tanto dolor y yo no puedo hacer nada. Reúno fuerzas y me levanto rápidamente, trato de encontrar el teléfono con la mirada pero todo está tan oscuro, decido olvidarlo y vuelvo a correr, los gritos no se detienen y afortunadamente comienzan a escucharse más cerca. Corro esquivando rocas, ramas y hoyos, agradezco mentalmente al cielo porque mi vista es tan clara y nítida. Disminuyo la velocidad cuando la veo. 

Ellie se encuentra en el suelo, retorciéndose de dolor, intento acercarme a ella pero entonces pasa algo que me detiene. Miro con horror cómo sus huesos van quebrándose uno por uno, su cuerpo empieza a desfigurarse, ella grita y grita, llora, jadea y sufre tanto. Llevo mis manos a mi boca sintiendo mis lagrimas deslizarse por mis mejillas, ver su sufrimiento causa el mío.




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