Darkwood

Capitulo 17

Capitulo 17. Mágico. 

JADE.

 La clase de teoría literaria finalmente finaliza y puedo respirar de nuevo, el día ha sido duro, he presentado los trabajos de la semana pasada y me han dejado mil más para la otra, a puras penas pude disfrutar de la hora libre porque me interné en la biblioteca, para mi suerte hoy no tenía clase con Glenda Vikram, tampoco había vuelto a ver a Ellie, quizás se había fugado con su principe y me alegraba por ella, realmente fue muy afortunada. 

Por otro lado, me sentía triste por Aren, seguramente él anhelaba encontrar a su alma gemela y el ver a su hermana encontrar la suya debió ser duro, esperaba que la encontrara aunque me doliera, merece ser feliz. Recordé lo que dijo, acerca de no poder sentir amor por nadie más que su compañera, mis esperanzas se caen al vacio porque ahora más que nunca sé que no siente, ni sentirá nada por mi. 

Camino pensativa hacia la salida, a mitad del camino soy interceptada por Finn, le sonrio amable pero él me mira serio y se cruza de brazos.

 — ¿Qué pasa?.—le pregunto. 

— Maya me contó que te vio en la mansión Vikram ayer.—contesta y yo no puedo evitar rodar los ojos—. Así que cambiaste de opinion, te cambiaste al bando de los Vikram. 

— Finn, yo no me he cambiado de bando, simplemente puedo ser tu amiga y la de ellos tambien, no son malas personas y tú tampoco, su rivalidad me parece tonta, pienso que deben dejar el pasado atrás porque ni ellos son iguales a sus antepasados, ni tú a los tuyos, ¿no crees que deberían darse la oportunidad de conocerse mejor y hacer las pases?. 

— No entiendes Jade.

 — Entiendo que están siendo tontos, se supone que sus manadas están en paz ¿no? ¿por qué no pueden estar en paz ustedes dos entonces?. 

Finn guarda silencio unos minutos pero cuando se dispone a responder es interrumpido por Aren, quien se acerca directamente a mi. 

— ¿Estás lista?.—me pregunta ignorando la presencia del castaño quien lo mira con odio. 

— ¿Te irás con él, Jade?.—pregunta Finn mirándome sorprendido, Aren lo voltea a ver y alza las cejas. 

— ¿Y a ti qué te importa?.—pregunta hostil mientras que yo los miro rogando que no se peleen. 

— Chicos, por favor... 

— Me importa porque es mi amiga y me preocupo por ella—me interrumpe Finn—. En cambio tú, no sé qué intenciones tienes con ella, no me sorprendería que solo le estuvieras endulzando el oido para llevártela a la cama, como a todas.

 — ¡Oye!.—exclamo completamente ofendida.

 Aren lo toma de la chaqueta rápidamente y lo estrella contra los casilleros haciendo un ruido estrepitoso.

 — Aren, espera.—le digo agarrándolo de la manga de su sueter. 

— Nunca en tu miserable vida vuelvas a hablar asi de ella o te arranco tu asquerosa cabeza.—gruñe el rubio mirándolo con odio, me pongo mas nerviosa cuando veo que sus ojos se vuelven rojos y las venas de su cara se resaltan, Aren luce furioso y muy peligroso. 

— Aparta tus sucias manos de mi o te las corto.—los ojos de Finn se vuelven cafés brillantes. 

— Basta los dos, por favor, dejen de comportarse asi, ¡son hombres, no niños peleándose por un juguete, por Dios!.—les exijo siendo bastante dura, ambos me miran de reojo y tragan duro antes de soltarse despacio—. No puedo creerlo, dos hombres supuestamente maduros, peleándose como dos niñitos de cinco años. ¡Increible!. 

— Ya entendimos, Jade.—murmura Finn rascándose la nuca apenado y nervioso.

 Aren me mira en silencio, totalmente apenado. 

— Finn, piensa en lo que dices y haces, somos amigos, quizás no nos conozcamos desde hace mucho, pero siento que eres una buena persona, realmente desearía que no te comportaras como Jake cada vez que Aren está cerca.—él asiente apenado y yo volteo a ver a Aren—. Y tú, no le sigas el juego y controla tu furia.

 — Como digas, Jefa.—murmura sonriendo de lado, le sonrío de vuelta—. ¿Vamos?. 

Asiento y me vuelvo hacia Finn, le doy un beso en la mejilla y le sonrío siendo amable. 

— Nos vemos luego, Finn.—me despido de él. 

— Ten cuidado.—susurra viendo de reojo al rubio. 

Suspiro y asiento, sigo a Aren hacia la salida del edificio. 

Una vez más ignoro la mirada poco disimulada de toda la gente alrededor, agradezco al cielo que Tamara no esté por ningun lado, no estoy de animos para soportar su veneno y no sé como actuaría enfrente de ella luego de haberla lanzado contra una pared. 

— ¿A dónde piensas llevarme?.—le pregunto una vez estamos en el estacionamiento buscando su automóvil—. Debo advertirte que llevo gas pimienta en mi mochila. 

— ¿Desde cuando llevas gas pimienta en tu mochila?.—pregunta soltando una risa masculina bastante sexy. 

— Desde que me dieron una paliza el sabado y tu novia la loca quiso matarme el domingo. Si, creo que tengo suficientes motivos para andar un gas pimienta en mi mochila, es más, en lugar de gas pimienta estoy pensando en meter un machete, ya sabes... para intimidar a la gente y andar en modo Jason. 

— Una chica con cara de muñeca portando un machete, si claro, intimidarías mucho.—dice sarcástico. 

Él se detiene enfrente de una motocicleta y empieza a buscar en su bolsillo hasta sacar unas llaves, se sube a la moto y la enciende, mientras tanto yo me cruzo de brazos y alzo mis cejas, él me voltea a ver y me hace una seña con la cabeza invitándome a subirme detras de él, junto mis cejas y niego con la cabeza bruscamente. 

— Estás loquito si crees que voy a subirme a eso. 

Él se cruza de brazos y me mira serio. 

Mierda.

 ~~♦~~ 

Me aferro con fuerza a la cintura del rubio desgraciado, chillo cerrando mis ojos más fuerte cuando pasamos por un bache y rebotamos contra el asiento de la maldita moto. Aren suelta una carcajada al escucharme. 

— ¡Te odio!.—chillo dándole una palmada en el brazo. 




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