Capitulo 20. Fingiendo.
AREN.
Mi teléfono suena interrumpiendo la charla que estoy teniendo con mi padre, él me mira con reproche pero le digo que es urgente cuando veo el nombre del alfa Carlo en el teléfono, me disculpo con él y salgo de su estudio, me alejo lo suficiente como para que no pueda escuchar y entonces contesto.
— Alfa Carlo.—lo saludo de manera formal.
— Aren Vikram.—contesta él pero no se escucha para nada feliz—. Necesito hablar contigo urgentemente, volví hace unas horas de mi viaje, ven a mi casa ahora mismo.
— Estoy ocupado.—gruño porque no me está gustando su tonito de voz.
— Me importa muy poco—sisea—, creeme, lo que voy a decirte te interesa y mucho.
Suspiro frustrado y termino aceptando, en pocos minutos estoy en mi auto camino a la fortaleza Trainer. Solo hace falta que diga mi nombre para que me abran las puertas de par en par, camino a paso decido por los pasillos del edificio ignorando las malas miradas que me lanzan las personas que pasan a mi lado, para mi suerte no me encuentro con el insufrible de Finn, mucho menos con su molesto hermano menor.
Las puertas del despacho de Carlo Trainer se abren ante mi y sin más me adentro al lugar, el alfa de la manada Blue Night me mira amenazante desde su lugar al otro lado del escritorio.
— ¿En qué puedo ayudarle, alfa Trainer?.—le pregunto con respeto. Él sonríe irónico y junta sus manos sobre el escritorio.
— Terminaste el tratado.
Me quedo en silencio asimilando sus palabras, él sabe que Tamara y yo terminamos, eso significa que ella... no puede ser.
La rabia y la decepción me invade, ella me ha traicionado.
— No te confundas.—él interrumpe mi lucha mental—. Ella no me contó nada, yo mismo la escuché llorando en los brazos de su hermana, ¿cómo se te ocurre terminar un tratado como éste de la noche a la mañana? No puedes hacerlo. Esto se considera traición y si yo chasqueo mis dedos ahora mismo se arma la guerra, ¿estás consciente de eso?.
— Con todo respeto señor Trainer.—gruño—. Usted no es nadie para decirme lo que puedo o no puedo hacer, la relación entre su hijastra y yo es una farsa creada por usted...
— Y por tu padre, claro está.
— No, él siempre ha pensado que estoy enamorado de Tamara, él no sabe nada.—siseo entre dientes—. Usted lo sabe, y aún así la utiliza como si fuera un objeto para negociar un tratado, usted es una mierda de persona... si es que se le puede llamar persona.
El estrella su puño sobre el escritorio haciendo un fuerte estruendo, no me inmuto.
— Vamos a aclarar esto niño, tu manada y la mía tenían un trato, un trato que rompiste ayer. Te doy dos opciones; vuelves con mi hija, se casan y hacen como si nada ha pasado, o la guerra, pero te advierto que las primeras personas en mi lista son tu madre y tu hermana, luego no me detendré hasta acabar con todas las personas que amas, incluyendo a esa chica, ¿Jade se llama?.
Me descontrolo, en un segundo lo tengo acorralado contra la pared detrás de él, la furia invade mi ser y la necesidad de hacerlo pedazos se hace presente, a mis espaldas la puerta se abre de par en par y siento el asqueroso olor de sus guardias. Carlo se echa a reír sin importarle que mis manos rodean con fuerza su cuello.
— Señor.—exclama uno de los tipos detrás de mi, Carlo alza la mano y lo detiene antes de que se atreva a acercarse a mi.
— Tranquilo Bill, el chico solamente está confundido.—dice con la voz ahogada a causa de mis manos estrangulandolo—. No te conviene matarme Aren Vikram, si algo me pasa mis hombres irán directo por la cabeza de tu hermana, y ahora que sé que esa mocosa es una debilidad para ti; será la siguiente.
— No te atrevas a tocarle un solo pelo, si lo haces voy a hacer que te arrepientas toda tu miserable y asquerosa vida.—la voz de Reece sale de mis labios, ni siquiera me he dado cuenta de que ha tomado el control—. A mi no me amenazas viejo decrépito, voy a hacer que te metas tus amenazas por donde mejor te quepan, anciano de mierda.
— No te conviene meterte conmigo, si la manada Blood Moon termina el trato, nos veremos obligados a aceptar un nuevo tratado, pero ésta vez con la tribu, apuesto a que Yrena estará encantada de tener a la manada Trainer de su lado.
Guardo silencio procesando sus palabras, él suelta una carcajada escalofriante.
— Ya saben que hacer—les dice a los hombres detrás de mi—. Vayan por la chica y no vuelvan si no traen su cabeza en sus manos, será un gran regalo para Yrena.
Y entonces toda mi furia se convierte en pánico, el pensamiento de Jade siendo asesinada se me viene a la mente y siento terror, lucho por volver a tomar el control y cuando lo tengo suelto a Carlo de golpe.
— ¡No!.—exclamo, los tipos se detienen antes de que puedan salir del estudio—. Lo haré.
Carlo me mira triunfante mientras se acomoda la corbata y alisa su traje.
— Sabía que ibas a entrar en razón, si sabes lo que te conviene; ve a rogarle de rodillas a mi hija su perdón y sigue con el compromiso, de lo contrario tus mujeres van a sufrir las consecuencias.
Le doy una mirada mortal antes de marcharme furioso, al salir de la fortaleza entierro mis dedos en mi cabello y gruño de frustración.
— Vaya, parece que alguien no está de humor.
La molesta voz de Jake se escucha enfrente de mi, alzo la mirada dispuesto a mandarlo a la mierda pero la voz de Tamara me llama desde la puerta principal de la fortaleza, me volteo hacia ella y me sorprende verla llegar a mi mirándome con los ojos llenos de tristeza.
— Tenemos que hablar, pero no aquí.—dice mirando al rededor, varios miembros de su manada pasean por el lugar fingiendo que no nos escuchan—. Vamos a un lugar con menos gente.
Termino aceptando porque ella realmente luce angustiada y triste. Ambos nos subimos a mi auto ignorando la mirada de odio poco disimulada del imbécil de Jake.