Capitulo 33. Pasión, Malas Noticias y Confesiones.
JADE.
Miro por última vez a mis hermanas, ninguna da alguna señal de querer despertar, suspiro un poco angustiada y salgo de la habitación para dirigirme a la mía, es la una de la madrugada y todos ya se han ido a sus respectivas habitaciones a descansar. Me pongo un pijama que Ellie me ha prestado y me hago un moño despeinado, un rato después me meto a la cama y cierro mis ojos tratando de dormir, pero entonces todas las cosas que han pasado ésta semana se vienen a mi mente. Pero lo que más me da rabia es recordar cómo la bruja de Yrena destruyó nuestro hogar como si nada, su mirada llena de satisfacción me llena de ira, eso me lo va a pagar muy caro, esa maldita perra.
Resoplo frustrada porque parece que ésta noche no podré dormir tampoco. Pasa una hora entera y mis ojos no se despegan de la ventana, mi mente no deja de pensar en tanta cosas.
De pronto el sonido de la puerta abriéndose interrumpe mis profundos pensamientos, mi respiración se agita y me siento de golpe en la cama, mis ojos logran enfocar la figura de Aren y mi cuerpo se relaja al recordar que él prometió venir a mi cuarto cuando todos estuvieran durmiendo. Sus ojos grises brillan de una forma tan intensa y cautivadora bajo la luz de la luna, muerdo mi labio inferior observándolo acercarse a paso lento hacia mi, se sienta en la orilla de la cama quedando frente a frente conmigo, su gran mano se posa sobre mi cintura y pega su frente con la mía.
— ¿Estás bien?.—susurro alzando mi mano y acariciando su mejilla.
— Lo estoy.—contesta con la voz ronca—. Solo me siento un poco cansado, creo que el golpe en la cabeza dejó sus secuelas.
— Perdoname, fue mi culpa, mi intensión era alejar a la bestia de ti pero aún no sé controlar las ondas expansivas y terminé golpeandote a ti también...
— No te preocupes Jade Miller, de todas maneras creo que el golpe no fue con la onda expansiva.—el rubio me sonríe tratando de tranquilizarme—. Ya no hablemos de eso, yo vine a otra cosa.
Frunzo mis cejas confundida.
— ¿Qué cosa?.
— Vine a demostrarte que eres la única mujer dueña de mis pensamientos y la unica que puede hacer que mi duro corazón se acelere cada vez que estás cerca.—susurra acercando sus labios a los míos—. Quiero que se te meta en esa hermosa cabecita tuya que desde que te conocí no hay lugar para otra mujer en mis pensamientos, ni en mi corazón.
Sonrío sintiendo mis mejillas sonrojarse, es lo más romántico que alguien me ha dicho en mi vida, es la primera vez que alguien me dice algo así y yo no tengo idea de qué decir o qué hacer. Intento decir algo pero Aren coloca su dedo índice sobre mis labios.
— No es necesario que digas nada, ésta noche dejame decir y hacer todo a mi.
— De acuerdo.—murmuro sintiendo mi corazón enloquecido en mi pecho.
En un abrir y cerrar de ojos el rubio ataca mi boca robándome el aliento, mi estómago da un vuelco furioso al sentir sus labios suaves acariciar los míos con tanta intensidad que me deja sin saber que hacer por un rato, mis manos se aferran a su cuello acariciando su piel suavemente. Lentamente Aren me hace recostarme sobre la cama y él se coloca sobre mi cuerpo, tomo una profunda respiración cuando nuestras bocas se separan y la suya comienza a besar mi cuello, mis manos inquietas acarician su cuello, sus brazos y no se detienen hasta llegar a su fuerte espalda, Aren muerde suavemente la piel de mi cuello haciéndome gemir inevitablemente.
— Aren.—gimo su nombre sobre su oído y él me besa con más pasión.
Sus manos fuertes comienzan a acariciar mi cintura, mi camisa se alza dejando mi piel al descubierto haciendo que su toque sea más directo. Me estremezco entre sus brazos, inconscientemente abro mis piernas permitiéndole acomodarse entre ellas, yo no pierdo el tiempo y beso su cuello, puedo sentir la respiración de Aren entrecortarse, mis manos alzan su camisa hasta que logro quitarsela dejándolo con el torso desnudo. Aren se separa de mi para mirarme con intensidad, la vena de su frente resalta y luce tan hombre, tan caliente, tan intenso.
Trago fuerte y tomo su rostro entre mis manos para acercarlo a mi, mi boca hambrienta de él cubre sus labios y ésta vez soy yo la que le roba el aliento, sé que dije que lo dejaría hacer todo a él, pero simplemente no puedo quedarme sin hacer nada, simplemente no puedo quedarme sin tocar al hombre tan caliente que se encuentra sobre mi. Pero mis planes de hacerlo perder la cabeza con mi toque se van al carajo cuando él toma mis manos y las pone sobre mi cabeza impidiéndome seguir tocándolo.
— ¡Aren!.—me quejo en un susurro, él se lleva un dedo a los labios y sonríe de lado.
— Ésta noche yo tengo el control, Jade Miller.
— No es justo.
— Nada en ésta vida lo es, así que silencio y dejame disfrutar de ti.
Decido cerrar la boca de una buena vez y dejar que haga conmigo lo que quiera, Aren vuelve al ataque, suelta mis manos y sus caricias y besos vuelven, pierdo la cuenta de cuantos suspiros he soltado, mi camisa desaparece dejándome con un corpiño rosa, los labios de Aren bajan poco a poco, besa mi clavícula despacio. Mi respiración se corta cuando siento sus besos sobre la piel de mis pechos que deja expuesta el corpiño. Entierro mis dedos en su cabello cerrando los ojos por la cantidad enorme de sensaciones que me hace sentir con su besos.
Creo que pierdo la cabeza cuando su lengua lame mi piel, mi corpiño es desbrochado y mis pechos quedan al aire, mis nervios aumentan al sentirme tan expuesta frente a él. El rubio observa mis pechos con tanta atención que mi piel se eriza y ocasiona que mis pezones se endurezcan, mis mejillas se calientan por la vergüenza, Aren alza la mirada para mirarme a la cara, su expresión es seria pero sus ojos me observan con pura ternura.
No es necesario que ninguno diga nada.