Capitulo 38. Mentes calculadoras PT 2.
JADE.
El día lunes llegó en un abrir y cerrar de ojos, era la penúltima semana de Noviembre, mi cumpleaños estaba cada vez más cerca, mentiría si dijera que no me ponía los pelos de punta la sola idea de que el treinta y uno de Diciembre a las 11:59, me convertiría en una loba. El miedo me invadía el alma cada vez que pensaba en ello, lo único que pedía cuando llegara ese momento era tener a mi madre y a Aren a mi lado.
El día del operativo para salvar a Clara seria el miércoles en la noche, aún tenía varias cosas que investigar pero el tiempo no estaba a mi favor así que debía darme prisa porque un pequeño error acabaría con todo el plan que fríamente he planeado, debía admitir que me sorprendía y me ponía la piel chinita darme cuenta de lo calculadora que puedo llegar a ser, es una suerte que sea una persona cuerda porque no me quiero ni imaginar lo sádica que sería si fuera una loca.
Camino por los pasillos de la biblioteca de la universidad en busca del libro que necesito, cuando lo encuentro no tardo en buscar un asiento cerca de los ventanales para comenzar a buscar la información que necesito para el operativo del miércoles. De pronto siento una presencia a mi lado, no tardo en adivinar quién es pues su voz a mi lado me hace saber exactamente quién es.
— Es extraño verte sin los guardaespaldas que te pusieron tus novios.—comenta sarcásticamente.
Cierro el libro con fuerza y tomo una profunda respiración antes de responderle.
— No los necesito, puedo defenderme sola.—murmuro levantandome y comenzando a caminar hacia la salida.
Su pesada mano se aferra a mi muñeca impidiéndome seguir, me suelto bruscamente y me volteo hacia él con toda la intención de darle un puñetazo pero él detiene mi puño en el aire.
— Escuchame.—pide cambiando su expresión llena de prepotencia por una de arrepentimiento.
Aparto mi mano porque su toque no me provoca nada más que rechazo.
— Lamento lo que hice hace días, admito que me pasé, yo solo estaba bromeando. No te acoso, yo vine de intercambio, no siguiendo a una chica, eres linda pero aún no logras conquistar éste valioso corazón.
Junto mis cejas confundida, luce sincero pero en el fondo no termino de creerle.
— Te vi tan seria y a la defensiva conmigo que me quise divertir molestandote, y lo único que conseguí fue que tus novios casi me mataran. Quise acercarme a pedirte disculpas pero te vi rodeada de lobitos y no sé tú, pero yo si aprecio mi vida.—suelta una risita—. Así que aproveché éste momento y vine para decirte que lamento haberte besado a la fuerza, lamento haberte asustado así.
Miro sus ojos azules, es sincero, puedo verlo. Pero aún siento su oscuridad, aún siento que hay algo mal con él, pero entonces pienso bien en lo que me conviene, alejandolo no podré descubrir lo que pretende, mientras que si lo dejo acercarse y pensar que confió en él, podré descubrir lo que quiere.
— Está bien.—susurro sin cambiar mi expresión seria—. Te creo, pero nunca más vuelvas a tocarme sin mi consentimiento, porque esa vez me tomaste por sorpresa, pero vuelves a hacerlo y te juro que será la última cosa que hagas en tu vida.
El pelinegro asiente sonriendo de lado, aprieto mis labios en una linea y le sonrío fingiendo ser amable, antes de darme media vuelta y seguir con mi camino, pero antes de cruzar la puerta me detengo y volteo a verlo.
— Y por cierto... yo no tengo dos novios, son mis amigos.—le aclaro.
— Ah, claro, claro.
Su sonrisa llena de burla es lo último que veo antes de salir del enorme salón lleno de libros.
Camino por los enormes pasillos del edificio, aún tengo dos clases antes de irme a la mansión Vikram, pero en el camino me encuentro con una compañera que me avisa que mi siguiente clase se ha cancelado ya que todos los profesores tendrán una reunión debido la incorporación de varios profesores nuevos la próxima semana. Me encojo de hombros y decido buscar algún lugar vacio para seguir leyendo el libro, respiro aliviada cuando me encuentro un lugar desolado en el jardín de Kingston, me siento sobre el césped detrás de unos espesos arbustos y sin más me pierdo en la lectura.
Pierdo la noción del tiempo hasta que de repente escucho que alguien se acerca, no me muevo de mi lugar pues pienso que las personas seguirán de largo pero me equivoco ya que deciden discutir muy cerca de mi, seguramente no me han visto. Ruedo los ojos y comienzo a cerrar el libro para irme pero entonces puedo reconocer la voz de Tamara y me quedo congelada cuando el chico con el que discute comienza a gritarle frustrado.
— ¡No es justo! Hicimos la prueba y el resultado es claro Tamara, no puedes simplemente alejarme porque te mueres por ese maldito imbécil.—exclama el chico con rabia, escucho un suspiro procedente de Tamara.
— Jake, sabes que debo estar con él, es mi destino ser su luna, así lo decidieron nuestras familias y... ¡esta es la oportunidad perfecta para reconquistarlo!.—ella suena muy desesperada—. Éste bebé va a ser la solución para nuestros problemas, ¿no lo entiendes? Esa chica no soportará mucho, se irá de nuestras vidas y es solo cuestión de tiempo para que eso pase.
— Claro, pero se te está olvidando algo; ¡Ese bebé es mío, no de Aren Vikram!.
Ahogo un grito y sin poder evitarlo me pongo de pie sorprendiéndolos a los dos, los ojos de Tamara me miran aterrados.
La rabia invade mi ser, así que ese era su plan, manipular a Aren con un hijo que no es suyo.
— ¿Cómo pudiste hacerle esto a Aren?.—pregunto incrédula mientras me acerco a ella, la morena muerde su labio con fuerza y sus ojos parecen a punto de soltar las lágrimas.
Lágrimas de cocodrilo.
— Jade, no es lo que parece...
— ¿No es lo que parece?—la miro con ironia—. Ese bebé que llevas en el vientre no es de Aren, ¿o si, Jake?.