Capitulo 43. Nuestra Familia PT 1
CLARA.
La enfermera anota nuestros datos, Annelise cuenta con un solo apellido hasta el momento pues yo nunca he tenido uno y no quise tomar el de Dominic Vikram sin antes hablar con él, aunque Alice me dijo que él no tendría ningún problema con que mi hija llevara su apellido.
Esperaba con ansias el momento de conocerlo oficialmente y agradecerle por haberme salvado, tenía que agradecerles a todos por haberme sacado de aquel infierno en el que viví por meses, literalmente todo el embarazo.
Alice... mi mamá, se va junto con Ellie a su casa para conseguirme un poco de ropa limpia para cuando me den el alta en unas horas. Mi herida de parto ya ha sanado gracias a mis genes de licántropo, así que en poco tiempo estaría saliendo. El problema sería; ¿a dónde voy a ir?.
— ¿En qué piensas tanto?.— me pregunta Finn sentadose a mi lado en la camilla.
Suspiro jugando con mis dedos en mi regazo.
— Estoy pensando en qué diablos voy a hacer ahora con una bebé, no tengo a donde ir, ni siquiera sé dónde estamos, es decir, ¿estamos aún en América o...?.
— Estamos en un pueblo llamado Darkwood, en Inglaterra.—me explica.
— Oh, claro, eso explica tu acento.—comento sonriendo de lado.
El chico pasa su brazo por mis hombros haciendo que me recueste sobre su pecho, acabo de conocerlo y él a mi, pero ya tenemos confianza el uno con el otro, ¿cómo no tenerla si somos compañeros? Estábamos destinados a estar juntos desde que nacimos, y la conexión que siento con él es tan fuerte que siento que lo conozco desde hace mucho tiempo. Él le ha dado su apellido a mi bebé en un hermoso gesto y eso me ha terminado de robar el corazón, ahora es suyo.
— Escucha Clara, tus padres no te dejarán en la calle, y yo tampoco. Puedes ir con ellos a su casa o puedes venir a la mía, cualquiera de las dos opciones es buena.—comenta acariciando mi brazo—. Ya no estás sola, preciosa.
Suelto un suspiro profundo y paso mi brazo por su abdomen mientras recargo mi mejilla sobre su pecho. La puerta de la habitación se abre dejando pasar a la enfermera joven con la niña en brazos, ella deja a la bebé ya vestida sobre mis brazos, y ahora que ya está limpia puedo notar los escasos cabellos rubios que hay en su pequeña cabecita. Junto mis cejas acariciándole su cabello, ¿de dónde habrá salido rubia?. Roman era moreno, Alice tampoco es rubia...
— Ellie es rubia, ¿crees que Annie heredó su cabello?.
— Yo creo que de hecho lo heredó de tu padre y del imbécil de tu hermano Aren, Ellie es pelinegra en realidad.—aclara con un deje de burla—. Supongo que el apellido Vikram le lucirá bastante a la pequeña Annie.
Le sonrío a la pequeña bebé dormida entre mis brazos.
— Parece que tengo otro hermano, y no eres muy fan de él, ¿quieres contarme?.—volteo a verlo.
El castaño sonríe apenado mientras juega con la diminuta mano de la niña.
— Tuvimos varios roces cuando eramos adolescentes, él salió con una ex novia mía y eso desencadenó nuestro odio mutuo, luego tuve que soportar verlo en la casa de mi familia a diario porque se hizo novio de mi hermanastra, él es un idiota y yo también, y eso solo empeora las cosas.
Suelto una risita llena de gracia.
— Son unos niños.—me burlo.
— Yo soy un hombre.—contradice flexionando sus brazos para que sus grandes músculos resalten, mis mejillas se calienta y debo desviar la mirada para que él no lo note pero es en vano porque definitivamente lo nota y se inclina para susurrar en mi oido—. Puedo ser tu hombre.
Volteo a verlo lentamente, nuestros rostros quedan a pocos centímetros y él comienza a acercarse hasta que nuestras respiraciones se mezclan, Finn acaricia mi mejilla suavemente mientras sus ojos no se despegan de mi boca. Cierro mis ojos pensando que el beso que tanto deseamos se va a dar justo ahora, pero no pasa.
— Creo que tenemos una pequeña espectadora.—susurra él.
Abro mis ojos de golpe, él se echa a reír suavemente y señala con su fuerte mandíbula hacia mi regazo. Miro hacia abajo y suelto una carcajada cuando me doy cuenta de que la pequeña Annie ha despertado y sus ojos están clavados sobre nosotros. Apenas lleva unas pocas horas de nacida y ya ha robado nuestros corazones con su ternura.
— ¿Anelisse tiene...?—Finn intenta formular la pregunta que tanto ha tardado en hacer.
— ¿Padre?.—termino por él, el chico asiente—. No, no tiene. Él era una escoria, Finn.
— ¿Quieres contarme?.
Suspiro profundamente y asiento, no quiero ocultarle nada, él ha sido muy bueno con nosotras en las pocas horas que nos ha conocido y no dudó en darle su apellido a Annelise.
— Era el hijo del director del orfanato en el que viví toda mi vida, él siempre había mostrado especial interés en mi a pesar de que solo era una niña y él un vejestorio, yo nunca le hice caso, lo evadía, lo rechazaba, pero todo se complicó cuando cumplí dieciocho y él quiso obligarme a casarme con él, así que me escapé y viví en la calle hasta que una anciana me dio trabajo de limpieza en su casa, solo así pude conseguir un lugar donde dormir los siguientes dos años.
Finn escucha mi historia atento.
— Pero un mes antes de que Yrena me secuestrara él me encontró, asesinó a mi mejor amigo, y me llevó con él.—trago fuerte antes de seguir, mis ojos se pierden en la pared blanca frente a mi—. Él me drogo y abusó de mi durante un mes entero hasta que...
Me quedo sin aire y mis ojos se llenan de lágrimas. Finn toma mi mano libre con fuerza.
— ¿Qué pasó?.—pregunta tenso.
— Lo maté.
Muerdo mis labios con fuerza a la vez que gruesas lágrimas salen de mis ojos.
— Aproveché que una noche se olvidó de encadenarme, busqué por toda la habitación en la que me tenía hasta que encontré una navaja de bolsillo en un rincón, cuando él volvió y se distrajo conmigo... yo se la clavé en la cabeza y luego escapé. Hasta que me encontró esa vieja y mi nuevo infierno comenzó.—finalizo con la voz entrecortada.