Darkwood

Capitulo 44

Capitulo 44. Nuestra Familia PT 2. 

JADE.

 Casi a la hora del almuerzo decidí bajar a la sala de estar, había estado la última hora adelantando un poco mis trabajos de la universidad atrasados mientras que Aren había estado en una pequeña reunión con varios licántropos, hoy también habíamos faltado a Kingston y sufriríamos las consecuencias al volver, pero al menos teníamos un justificante. 

Me dejo caer sobre el sillón más grande y suspiro. Mi cuerpo se siente pesado y mi mente pide a gritos dormir al menos una semana entera, lastimosamente eso no podría ser, tenía mucho que hacer.

 Unos minutos después mi rubio apareció, la tristeza era evidente en su rostro, mi corazón se estrujó con fuerza, él también se sentía culpable por las muertes que hubieron en el operativo, me dolia en el alma saber que por mis ocurrencias muchos salieron heridos.

 Tímidamente me pongo de pie, me encamino hacia él y lo abrazo con fuerza dejando caer mi cabeza sobre su fuerte pecho, sus brazos inmediatamente rodean mi cintura y su quijada se recarga sobre mi cabeza suavemente. 

— Lamento que las cosas no hayan salido tal y como las planee, debí ser más cuidadosa, debí pensar y calcular mejor las cosas, fui muy torpe.—susurro cerrando mis ojos. 

— Está bien, cariño.—murmura besando la cima de mi cabeza—. Debía ser así, de otra forma dudo que alguno haya salido vivo de esa casa. No hubieramos podido salvar a mi hermana, ni a su pequeña. 

— ¿Crees que hicimos lo correcto?. 

Aren toma aire para responder pero la puerta de la entrada es abierta e interrumpe nuestro momento, abro mis ojos y de inmediato miro en dirección a la entrada. Y entonces la respuesta a mi pregunta se presenta frente a nosotros. 

Clara entra a la mansión con un pequeño bulto sobre sus brazos, sus ojos que ahora puedo ver que en realidad son color almendra se fijan en nosotros y una sonrisa tímida cruza su rostro, la chica se acerca a paso lento hacia nosotros seguida por Dominic, mamá, Ellie y mi amigo Finn quien luce demasiado tierno cargando un bolso de bebé de color rosa.

 Suelto una risita sintiendo mis ojos humedecerse, Aren frota mi espalda antes de que tengamos que separarnos para saludar a la hija de mi mamá y su papá.

 Él es el primero en abrazarla, la rodea con sus brazos cuidando no lastimar al bultito de Clara. 

— Soy Aren.—le dice con la voz ahogada, ella como puede le regresa el abrazo cariñosamente y acaricia su espalda. 

— Mi hermano.—susurra ella como si no pudiera terminar de creerlo. 

— Si. 

Ellos se separan y se miran fijo, puedo ver la conexión entre hermanos que se crea de inmediato entre ellos.

 Clara mira en mi dirección y sé que es tiempo de saludar, me acerco con un poco de pena, pero ella toma mi mano y me atrae en un fuerte abrazo. 

— Muchas gracias.—susurra sobre mi oido—. Fuiste nuestro ángel Jade, nos salvaste de ese infierno y estaré agradecida contigo toda mi vida, gracias... Gracias a todos.

 Ella se separa de mi, le sonrío amable y finalmente miro a su bultito, es una bebé, una muy dormida que parece una bolita rosa. 

— Ay Dios, es una cosa tan diminuta.—exclamo admirando a la criaturita roja que se encuentra entre sus brazos.

 Clara se echa a reír al igual que todos los demás, inevitablemente me sonrojo porque no he elegido las mejores primeras palabras para dirigirme a la hadita en sus brazos.

 — Lo siento... no estoy acostumbrada a fraternizar con bebés.—murmuro apenada, mi mamá besa mi frente. 

— Jade no es fanática de los niños, pero esperemos a que ella y su sobrina Annelise se lleven muy bien. 

— Claro, entre haditas nos entendemos, ¿verdad, Annelise?.—toco su pequeña naricita, un pequeño destello violeta aparece cuando la toco y ella sonríe entre sueños.

 Todos hacen un sonido raro de ternura, y yo no puedo evitar hacer una mueca llena de gracia porque suenan ridículos en coro. Aren se coloca a mi lado admirando a la bebé, sus ojos grises observan con amor a la pequeña y algo dentro de mi se remueve. 

De pronto Finn se abre paso hacia mi y sin que yo me lo espere me abraza fuertemente, el fortachón de mi amigo me carga sin dificultad como si fuera una muñeca de trapo y comienza a girar como loco causando que grite y me aferre a él. Una carcajada incontrolable sale desde el fondo de mi garganta y mi estomago se revuelve, escucho la risa de todos de fondo. 

Un minuto más tarde mi amigo me deja en el suelo y me mira sonriente. 

— ¿Qué te pasa?.—le pregunto sin aliento. 

— Gracias a ti encontré a mi compañera, Jade. 

Abro mis ojos de par en par y comienzo a buscar a su dichosa compañera con la mirada por todos lados pero no miro a nadie más, regreso mi mirada hacia el loco y alzo mis cejas. 

— ¿Y dónde está?. 

Él rueda los ojos y me da un zape en la frente con su dedo. 

— ¡Auch!.—me llevo una mano a la frente. 

— ¡Mi compañera es Clara, boba!.—exclama divertido—. Pensé que lo sabías, después de todo fuiste tú la que me envió a esperarla en el bosque.

 Niego con la cabeza completamente sorprendida.

 — Te juro que no tenía ni idea... 

Me volteo hacia ella, suelto una risita cuando veo que Aren se ha puesto pálido y mira a Finn como si estuviera viendo a un fantasma. Mi amigo se encoge de hombros y sonríe fanfarrón rodeando mis hombros con su musculoso brazo. 

— ¿Cómo va todo, cuñadito?. 

Aren aprieta la quijada. 

— No sé si contestarte bien o darte un puñetazo antes.—responde el rubio. 

Dominic interviene abrazando a sus hijas.

 — Chicos, por favor.—murmura mirándolos casi con ruego—. Bienvenido a la familia Finn, por favor vayamos todos a la sala de reuniones, el día de hoy tendremos una reunión familiar. 

~~♦~~ 

— Estuve investigando mucho sobre los poderes de todas las criaturas que hay en mi. Necesitaba encontrar una forma de llevar a las gemelas al lugar que mi madre había conseguido, la única forma de hacerlo sin arriesgarlas era creando una ilusión de ellas y descubrí que la única criatura que puede crear ilusiones y engaños son las sirenas, en la antigüedad las sirenas utilizaban el don de la ilusión para engañar a los piratas, les hacían creer que encontraban grandes tesoros pero en realidad solo eran engaños para atraparlos y consumir sus almas para obtener más juventud. 




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