Darkwood

Capitulo 47

Capitulo 47. "Te amo"

JADE

Esa noche no bajo a cenar, decido quedarme en mi habitación encerrada, pienso en lo que ha pasado en Shalom y simplemente no puedo creer que esa niñita también vaya a ser mi hija, pero lo que más me duele es que ese rubiesito esté desapareciendo... tal y como lo dijo mi abuelo, seguramente él esperaba a que esto sucediera, seguramente sabía que Aren y yo no terminaríamos juntos. 

Pero entonces... si Hazel será hija mía, ¿quién será su padre?. ¿En qué momento lo conoceré? ¿Y si ya lo he conocido?. 

A la media noche aprovecho que todos ya se encuentran en sus respectivos dormitorios y voy a ver un rato a mis hermanas, cepillo el cabello de ambas y aplico mi crema humectante favorita sobre sus brazos y cuellos dejándolas con un aroma a frambuesas. Luego de leerles un poco el libro de nuestra abuela, me despido de ambas tardandome un poco más con Julie pues me tomo el tiempo de decirle unas cuantas cosas al oído con la esperanza de que tal vez logre escucharme, luego de eso regreso a mi habitación. 

Pero solo unos minutos después de entrar alguien toca la puerta con suavidad, mi corazón se acelera porque de alguna forma u otra sabe quien es. 

— Jade... 

Oigo su susurro desde el otro lado de la puerta, no paso desapercibido su forma de hablar arrastrando las palabras; está ebrio. 

— Cariño... abreme, por favor... necesito verte mi amor.—murmura. 

Trago saliva fuertemente y me acerco a la puerta, coloco mi mano sobre ella y sonrio sumamente triste. 

— Ve a dormir, Aren.—alzo la voz.

— ¡No quiero!.—contesta dándole un golpe a la puerta—. Necesito verte Jade, necesito tenerte entre mis brazos y besarte, besarte con fuerza hasta que nos quede suficientemente claro a los dos que eres la mujer que yo quiero. 

— Sabes que eso no puede ser.—niego con pesar—. Por favor basta, no me busques más. Esa mujer es tu compañera y debes estar con ella. Asi que mejor olvídame Aren.

 Él suspira y gruñe frustrado cuando me oye. 

— Yo no la quiero, yo quiero estar contigo.—se queja como un niño y de repente escucho un fuerte golpe que me hace saltar en mi lugar—. ¡Auh!. 

Sin poder evitarlo abro la puerta y lo primero que veo es a Aren acostado sobre el suelo sosteniendo su cabeza.

 — ¡Aren!.—exclamo asustada mientras salgo al pasillo y me acuclillo a su lado. 

Él abre sus ojos grises y me mira, sus ojos estan rojos al igual que su nariz, no puedo evitar pensar en el niño rubio, ahora mismo Aren luce demasiado idéntico a él, son como dos gotas de agua. 

— ¿Qué pasó?. 

— Es que... el suelo desapareció un momento.—susurra llevando una de sus manos hacia mi mejilla. 

— Debes ir a dormir, ¿cuánto alcohol tomaste?. 

— Una o dos... 

— ¿Copas?. 

— Botellas. 

Ruedo los ojos y niego con la cabeza. 

— Vamos, voy a acompañarte a tu habitación, pero luego de eso tú y yo no volveremos a acercarnos. 

Él niega con la cabeza. 

— ¡No!. 

Lo ignoro e intento ponerlo de pie pero el jala mi mano provocando que yo caiga sobre él, mi aliento se atasca cuando mi cuerpo entero queda pegado al suyo y su boca queda a solo un centímetro de distancia de la mía. El rubio rodea mi cintura con fuerza, y solo se limita a observarme fijamente.

 Junto mis cejas y lo miro con más atención.

 — Ni siquiera estás tan borracho, ¡me engañaste!.

 — De otra forma sé que nunca me hubieras abierto la puerta.—se defiende. 

— Aren...—me quejo en un susurro mientras hago una mueca de tristeza—... Sabes que nosotros dos juntos no es más una posibilidad. 

— Lo sé.—responde rompiéndome un poco más el corazón—. Pero necesitaba verte, necesitaba asegurarme de que estabas bien. Odio saber que te he lastimado nuevamente Jade, odio que el destino sea un maldito desgraciado con nosotros, odio aún más a la maldita diosa Luna por habernos separado así, pero ni siquiera ella puede hacer que te deje de amar Jade Miller.

 Suelto un suave suspiro y llevo mi mano a su mejilla.

 — Yo también te amo Aren, y sé que siempre lo haré, pero ambos tenemos que guardar las distancias. Tú más que nadie sabe lo importante e inquebrantable que es la conexión con tu compañera, ella está destinada para ti, no yo.

 Trago saliva, sintiendo el nudo formarse en mi garganta. Él hace una mueca y suspira de nuevo. 

— ¡Es que yo no siento ninguna conexión con ella!.—exclama en voz alta.

 — ¡Ssh!.—lo silencio y exclamo en un susurro—: ¡¿Y entonces por qué estuviste a punto de marcarla?!

 Intento separarme de él pero no me lo permite, en cambio él se sienta y me obliga a sentarme sobre su regazo con ambas piernas a un lado de su cintura, suelto un exclamación de sorpresa.

 — Hay algo en su olor que vuelve loco a Reece, acepto que lo que pasó es exactamente lo que pasa cuando un lobo encuentra a su compañera, y no sabes cuanto lamento haber hecho eso enfrente de ti, apenas y pude controlar a Reece. Me tomó por sorpresa.—susurra poniendo un mechó de cabello detrás de mi oreja—. De acuerdo, sentí su olor, pero no hubo ninguna conexión, el lazo simplemente no está. 

— ¿Estás inventando todo esto para que yo ignore el hecho de que la encontraste finalmente?.—pregunto incrédula. 

— No, te juro que no. Estoy siendo completamente sincero contigo mi amor, jamás te mentiría con eso.

 Las lágrimas finalmente salen de mis ojos y me echo a sus brazos sintiendo como el llanto sale libremente de mi, tiemblo entre sus fuertes brazos mientras todo lo que se ha estancado dentro de mi pecho sale de mi. 

— Lo siento, lo siento...—susurra una y otra vez mientras me arrulla—... Lo siento tanto cariño. 

— ¿Entonces no es tu compañera?.—pregunto en un hilo de voz. 

— No estoy seguro, ¡es que no creo que lo sea!, si no hubo una conexión inmediata es porque algo no anda bien, tenemos que abrir los ojos cariño, éste podría ser algún truco de Nastia.




Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.