Darkwood

Capitulo 52

Capitulo 52. En el abismo.

 JADE

— En el laberinto no solo hay Verdugos Jade, hay almas en pena, serpientes venenosas, Bestias y cientos de Ilusionadores, si te encuentras con uno es posible que te muestre tu más grande temor.—las palabras de Freya me calan el alma, tengo miedo, pero debo hacer esto si quiero salir con vida de aquí junto con mis hermanas.

 Asiento con la cabeza sintiendo mi pecho arder, Freya toma mi mano y entonces comenzamos a descender hacia la entrada al laberinto, mi piel se eriza al sentir el aire gélido que gobierna el lugar, el vaho comienza a salir de mi boca cada vez que respiro. 

El agarre de Freya sobre mi mano se debilita, volteo a verla, la sorpresa me invade cuando noto que su piel se ha vuelto muy pálida y sus labios se han vuelto azules. Ella intenta darme una sonrisa. 

— No te preocupes, en cuanto me aleje volveré a estar bien.—me asegura. 

— Tengo miedo.—susurro temerosa—. ¿Qué pasa si fallo?. 

— No vas a fallar Jade Adelaide. 

Mi madre toma un mechón de mi cabello y lo pone detrás de mi oreja acariciando mi mejilla de paso.

 — Eres valiente, fuerte y muy poderosa, más de lo que piensas. Jade, ni siquiera te imaginas lo que puedes llegar a ser, es por eso que debes volver a la tierra y hacer lo que te dije. 

— ¿Saldré con vida de todo esto?.—susurro. Sus ojos claros se conectan con los míos. 

— Te prometo que lo harás, te falta mucho por vivir cariño, no dejaré que la perra de mi madre perturbe tu felicidad, por que si Jade, vas a ser feliz. Así yo tenga que mover cielo, mar y tierra, mis hijas van a ser felices y van a vivir rodeadas de amor.—sus ojos se cristalizan—. Cuando salgan de aquí; dile a tus hermanas que las amo, que siento no haber podido hacer nada para salvarlas, diles que su padre y yo las amamos con todo nuestro ser. 

Ella toma mi rostro entre sus manos, pequeñas lágrimas comienzan a rodar por su rostro.

— Abre bien los ojos hija, el mundo de los humanos puede llegar a ser muy cruel, no confíes en nadie. Ten mucho cuidado y... cuida mucho a Aren, su lobo es muy poderoso, pude sentirlo desde que lo conocí. Ese lobo es muy oscuro, y toda oscuridad necesita una luz que la calme. Si Aren no consigue su luz, es muy probable que su oscuridad lo consuma. 

Analizo las palabras de Freya. 

Si, también pude sentir a Reece cuando parte de mis dones empezaron a despertar, sentí su oscuridad cuando conoció a Frey, sentí su fuerza cuando se descontroló aquella vez en la habitación de Aren. Pero cuando vi el temor de Yrena hacia él realmente supe que Reece no era un simple lobo inofensivo. Si una bruja de la talla de Yrena le teme al lobo de Aren, eso significa que él es mucho más poderoso de lo que todos, incluyendo al rubio, pensamos. 

— Ojalá pudieras ir conmigo.—me lamento haciendola sonreir. 

— Si nuestro plan sale bien, nos veremos muy pronto mi pequeña valiente.—susurra llena de orgullo—. Recuerda que el día treinta y uno tú debes estar en el centro de poder, allí soportarás mejor el dolor. El ciclo de la luna terminará y empezará uno nuevo, será nuestra única oportunidad hija, debemos estar listas.

 Asiento lentamente. 

— Ahora ve, ve por tus hermanas y salgan de aquí Jade, no mires atrás en ningún momento, de lo contrario te quedarás en el laberinto.

 — De acuerdo. 

— Ten, esto te ayudará a encontrar a tus hermanas—Freya me coloca un medallon que parece bastante antiguo, con la forma de una luna y un sol que se encuentran entrelazados—. Cada vez que brille, eso significará que vas por el camino correcto, la energía de las gemelas lo atraerá y provocará que brille. 

— Entiendo. 

Freya me abraza una última vez antes de que deba adentrarme al laberinto, disfruto por última vez de su calor, ella besa mi frente y acaricia con suavidad mi cabello, al separarnos miro el rostro de la mujer que me trajo al mundo, trato de impregnarlo en mi mente para no olvidarlo nunca, pase lo que pase. 

Luego, con todo el dolor del mundo cruzo el portón negro donde el nombre del lugar reluce en lo más alto, mi cuerpo se estremece por las bajas temperaturas del lugar, a pesar de que el lugar está rodeado de oscuridad, cuando pongo un pie dentro del laberinto las antorchas enganchadas en las paredes de espinas se encienden.

 Unos minutos después me encuentro bastante retirada de donde comencé, camino a paso lento para no hacer ruido y atraer a los Verdugos. Un lamento cerca de mi me sobresalta, cubro mi boca con mi mano al ver pasar a mi lado a una mujer vestida con trapos sucios y rasgados, me hago a un lado para evitar que choque contra mi, pues ella al parecer no puede ver nada, pero un segundo después la mujer levanta su cabeza, un grito ahogado sale de mi garganta al ver que donde deberían estar sus ojos hay solamente dos huecos vacíos, la mujer suelta un lamento atrayendo la atención de un Verdugo, busco desesperada un lugar donde ocultarme, afortunadamente encuentro un hueco en una de las paredes y me escabullo en él, gracias a la poca luz y a mi ropa oscura la criatura no logra verme.

 Pero para mi desgracia yo si puedo verlo, por ello soy capaz de ver como la criatura entierra sus garras en la espalda de la mujer sacándole un grito desgarrador y sin más abre sus enormes alas y se va volando con la mujer enganchada a él. Cierro mis ojos con fuerza, intentando borrar esa imagen de mi cabeza. 

Me toma varios minutos armarme de valor nuevamente, pero cuando logro calmar mi tembloroso cuerpo salgo de mi escondite para seguir mi camino, el medallón comienza a brillar débilmente y eso logra hacer que la emoción me invada y acelere mi paso, el laberinto parece ser infinito, me guio por la intensidad de la luz del medallón, cuando pierde el brillo regreso a donde la luz se hace más fuerte. 

Cruzo pasadizos secretos, doblo hacia la izquierda, hacia la derecha... infinidad de veces. 




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