Capitulo 53. Muerto en vida.
ELLIE VIKRAM.
Miro la capilla frente a mi con dolor, mis ojos no dejan de soltar lágrimas, mi pecho se estruja con tanta fuerza que debo abrir mi boca para poder respirar bien, mi cuerpo tiembla aunque me encuentre abrigada de pies a cabeza, el frío recorre mi cuerpo desde adentro. Comenzó a nevar con furia minutos después de que mi mejor amiga Jade Miller muriera, los Verdugos que atacaron a mi manada se retiraron luego de dejar nuestro territorio casi en ruinas, muchos de los miembros de la manada murieron tras resistir tan solo una hora de guerra contra las criaturas tan poderosas que los atacaron por sorpresa.
Ellos murieron en la lucha, mientras mi hermano moría en vida la misma noche.
Mi hermano Aren no volvió a ser el mismo de antes luego de la muerte de Jade. Él simplemente dejó de tener esa chispa de vida en sus ojos, ya no ríe, ya no llora, aunque en realidad nunca lo hizo frente a mi. Cierro mis ojos suplicando a todo lo sagrado que me ayude a encontrar las palabras correctas para decirle, debo armarme de valor antes de ingresar a la capilla blanca frente a mi.
Pero mis pies comienzan a moverse sobre la nieve, en pocos segundos me encuentro en el interior, el pequeño lugar se encuentra repleto de flores frescas, pues cada día que pasa todos los que eran cercanos a mi mejor amiga vienen a dejarle un ramo de flores, todos de diferentes tipos, pues Jade nunca tuvo una flor favorita, a ella le gustaban todas. Y aunque se quejaba de que hubiera tanta vegetación en el pueblo, sé que en realidad le encantaba que así fuera.
Un ataúd de color blanco se encuentra justo en medio, ella se encuentra allí adentro, a pesar de que la caja aún no se ha sellado, nadie se atreve a abrir la puertesilla para mirarla, nadie se atreve a ver el cuerpo sin vida de aquella joven que llegó a Darkwood llena de vida, llena de ganas de vivir. Nadie se atreve a decirle adiós a esa joven tan especial que en poco tiempo logró robar tantos corazones como pudo, con sus ocurrencias, su sentido del humor, sus torpezas, su dulzura y su rebeldía.
Me arrepiento de haberla casi obligado a hacerse mi amiga porque ahora que la perdí... siento que caigo en un abismo donde no hay salida alguna.
Jade Miller fue mi primera amiga, mi primera amiga de verdad.
— Hermano.
Mi voz hace eco en el lugar, mis ojos se han clavado en el joven que se encuentra sentado en un rincón, sus brazos descansan sobre sus rodillas dobladas, su cabeza se ha recargado sobre la pared y sus ojos sin vida no se despegan del cajon blanco.
— Papá me ha enviado.—trago saliva—. Dice que habrá reunión con el alfa Carlo en nuestra casa, hablarán de las nuevas armas para la policía del pueblo y los nuevos operativos, debes estar allí. Sabes que los Verdugos pueden atacar en cualquier momento.
Aren apenas se inmuta.
— No puedes faltar más, serás el alfa en unos meses y... no puedes olvidarlo, sé que estás triste, todos lo estamos, estamos destruidos pero... tu gente te necesita.—trato de hacerle ver—. Por favor Aren...
— Iré enseguida.—susurra como un robot.
Miro incrédula como se pone de pie y comienza a caminar hacia la salida, él pasa a mi lado luciendo como un zombie pero yo lo tomo del brazo y lo obligo a voltearme a ver. Pero ni siquiera tiene fuerzas de mirarme a los ojos.
— ¡¿Podrías reaccionar de una maldita vez?!.—exclamo enfadada—. Ya pasaron dos semanas Aren, no puedes seguirte guardando todo lo que sientes. No haz derramado ni una misera lágrima desde que Jade murió. ¡Pareces muerto en vida! ¡reacciona de una vez!
— ¿QUE QUIERES QUE HAGA?.—estalla furioso—. ¡¿Qué se supone que debo hacer ahora?! Me sobresalto por sus gritos, mi hermano lo nota y respira profundamente intentando calmarse, sus ojos tristes me miran arrepentidos.
— No sé qué hacer Ellie, si no me has visto llorar es porque no estuviste a mi lado cuando la vi morir.—susurra ahogado—. No estuviste allí, no la viste pálida sobre el suelo, bañada en sangre, con los ojos abiertos... ¡esos ojos que tanto amo estaban abiertos pero sin vida!
Sin poder evitarlo comienzo a llorar, la imagen de Jade muriendo viene a mi cabeza y me parte el corazón en mil pedazos, jamás había sentido un dolor tan asfixiante en mi vida.
— Yo... no tengo idea de cómo voy a seguir con mi vida después de ella.—Aren observa el cajón blanco a mis espaldas, sus ojos celestes comienzan a soltar gruesas lágrimas a la vez que habla con un nudo en la garganta—. Mi vida era una rutina sin fin, y cuando Jade llegó... simplemente le dio un giro enorme, desde que la vi por primera vez supe que la amaría para toda la vida Ellie, ¿qué haré ahora que la perdí?.
Me acerco a mi hermano y sostengo su rostro pálido y ojerudo entre mis manos.
— Vivir. A Jade no le hubiese gustado verte en éste estado hermano, Jade se enamoró de ti, de tu valentía, de tu seriedad, de tu fuerza y liderazgo. No de éste Aren que no lucha por seguir de pie, que se da por vencido y no quiere vivir más, tienes que dejar ésta debilidad ya, sé que es dificil, pero intentalo. Hazlo por Jade.
Él asiente como un niño pequeño, suelto un suspiro y beso su frente cariñosamente.
— Lamento haberte gritado.
— Está bien, debes sacar todo lo que estás guardándote Aren, solo estás haciéndote daño.
— Lo sé.—él me abraza con fuerza—. Debo ir a la reunión, luego de eso debo ir con Zack, dijo que tenía algo importante que decirme. Ve a casa y descansa, sé que tú también la estás pasando mal.
Asiento recibiendo su cariño de hermano mayor. Un vago recuerdo de nosotros hace varios años invade mi memoria. En él yo solo soy una niña de diez años, ese día lloraba porque una de mis supuestas amigas había robado mi diario íntimo y se lo había mostrado a toda la escuela, recuerdo que Aren siendo ya un adolescente se hizo cargo de la situación, le hizo ver a la niña que lo que había hecho estuvo mal, mi hermano mayor me tomó en brazos como si fuera una bebé y me consoló hasta que ya no tuve más lágrimas que soltar. Aren se encargó de buscar cualquier forma de devolverme la sonrisa y desde ese momento él se convirtió en mi héroe.