Daxton

Capítulo 3

"Nuestra existencia no es más que un cortocircuito de luz entre dos eternidades de oscuridad."

—Habla, Memoria.

¡Eres una, genio!

Finalmente, después de tropecientas veces que volvimos a estudiar el caso, encontramos muchas más coincidencias de las que nos hubiéramos querido imaginar, pero eso se debe a que hemos logrado superar el récord. Y no, no me siento para nada tan adueñada del caso como debería de sentirme, simplemente me siento bien conmigo misma de poder ser bastante útil para mi familia cuando sea necesario y si, todas esas chicas desaparecidas estuvieran en mi lugar tal vez no harían nada o posiblemente solo pensarían lo peor o lo mejor, pero al menos yo quiero hacer algo bueno por todas ellas y si así se les puede hacer justicia y poner tras las rejas al secuestrador entonces seré parte del caso. O mejor dicho me involucrare hasta el final.

Mi madre hace quince minutos que salió de la oficina y yo la observo desde el otro lado del cristal sentada en su escritorio con el teléfono pegado en su oído, pero lo más fascinante de todo es poderla leer.

Tiene el ceño ligeramente fruncido lo que significa que esta entre enojada, preocupada y que se trae algo entre manos que posiblemente no sea nada bueno, pero tampoco significa que vaya a ser una buena noticia por la forma en que golpea la pluma entre sus dedos sobre la hoja que yace debajo del brazo con el que tiene sostenida con la palma de su mano que no está ocupada. Leer a las personas es algo básico que todas las personas deben de saber hacer o al menos que mí vida sea un poco patética para no saber cómo leer a las personas; pero son lecciones que mi madre me dio desde muy pequeña ya que toda mi vida me la he vivido dentro de las estaciones de policías, he dormido en casi todos los sillones de las comisarias, de algunos estados cercanos y no me da pena decirlo ya que son los lugares más seguros que conozco o al menos eso mis padres siempre me han dejado ver.

Deje escapar un suspiro tan fuerte que hasta mis pulmones se sintieron un poco más aliviados.

Retire mi vista de mi madre para regresarla a los documentos que sostengo entre mis manos, llevo un buen rato leyéndolos y aun así no terminan de sacarme números que no termino de entender (ósea no números teóricamente pero sí cifras criminales que no termino de comprender) ya que muchas veces en sus acciones se puede leer que clase de persona es el atacante pero todas y cada una de sus víctimas son básicamente iguales, mismos gustos actorales, musicales y es más hasta les puedo asegurar que sus dos cantantes favoritos son Shawn Mendes y Justin Bieber; no tengo idea del porqué lo sé, pero puedo jurarlos y si me equivoco en eso entonces si soy una fan completamente loca.

Regrese mi vista en dirección a mi madre pero para mi sorpresa está parada justamente a unos centímetros de mí con la expresión más vacía y fría que jamás le había visto en su rostro, la última vez que vi esa expresión en el rostro de mi madre fue cuando casi creía que me habían perdido —explicación rápida, me creía un Simba humano y se me ocurrió ir al bosque así como él y Nala cuando van al sitio de los elefantes solo que en mi caso fue a uno de los lagos más grande de Axfel y casi muero cayendo por un barranco a otro lago y en fin lo de ser una niña exploradora quedo fuera de discusión con mis padres—, ese día hasta el color de su piel era más pálida que la de un fantasma como el de ahora mismo.

—Nils —llamo a mi abuelo con voz apagada y algo temblorosa.

—¿Dime? —le respondió él sin levantar su mirada para verla.

—El caso lo debemos tomar con mucha más precaución y viajar hasta Axfel —le informo—, han mandado un informe que hace cuarenta y cinco minutos otra jovencita se ha desaparecido y sabes que el protocolo no permite subir a la red un reporte de desaparición hasta que no haya un parámetro de entre 12 a 48 horas después de desaparecimientos —es cierto. Por esas leyes estipuladas muchas personas han perdido la vida; ya que tomar las declaraciones, subirlas a la red y que la red lo haga público el anuncio es algo complicado y bastante tardado por eso siempre les dan los casos a los agentes especialistas en ese tipo de casos y ellos son los encargados de llevarlos como ahora mismo. Sobre todo, cuando son casos delicados.

—¿Cuántas unidades han sido enviadas? —le pregunto mi padre en un tono bastante demandante. Todo un Ranger de Texas le diría mi madre si no fuera porque estamos en la ciudad y básicamente creció en Montana, Axfel casi al otro lado de Texas.

—El caso sigue bajo su jurisdicción —me atreví a hablar—, deberían tomar el caso o mejor dicho declarar el caso como suyo —me explique de mejor forma— solo ustedes tres conocen mejor la zona que los otros agentes y no es necesario tener que hacer que la señora Norris tenga que sacar los planos de la biblioteca la pueblo si ustedes lo conocen mejor que nadie ¿no?

Los tres, compartieron una mirada extrañada y llena de mucha información. Mi madre tuvo que relajar un poco más sus hombros y su semblante antes de girarse por completo en mi dirección, dar un paso al frente y colocar una de sus manos sobre mi hombro y la otra sobre mi barbilla para hacerme mirarla a los ojos. Entonces esa pregunta salió de entre sus labios como un golpe bajo, pero al mismo tiempo uno bastante familiar:

—¿Estás segura de que quieres que viajemos a Axfel? —pregunto con sutilidad y mucha precaución. Y ustedes se preguntarán la razón del porqué mi madre (una de las mejores detectives del FBI) me está preguntando a mí que si estoy segura de viajar al pueblo en el que nací. Simple y sencilla respuesta siempre he sentido que Axfel guarda un secreto oscuro y perverso y esa sensación de quererlo descubrir me llevo a romperme un brazo, abrirme la cabeza, casi perder un ojo (estuvo demasiado cercas) e incluso llegar a quedar en coma por un envenenamiento con una planta que únicamente se encuentra dentro del bosque.




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