De asistente a esposa

1. Solo una asistente.

Desde pequeña había tenido la habilidad de ser un camaleón y no exageraba. No recordaba un solo momento de mis 30 años en los que no haya tenido que amoldarme al sitio en el que me encontraba y acostumbrarme a lo que me rodeaba ya sea tanto personas como costumbres, culturas e idiomas.

Si alguien revisara mí pasaporte podría darse cuenta o al menos presuponer que provenía de una familia acaudalada por la cantidad de sellos que allí aparecían, sin embargo si hacían una investigación un poco más profunda se darían cuenta de que no era así. Simplemente mí familia tenía aversión por quedarse quieto en un solo país y si quisieran jugar a los detectives descubrirían que nací en Argentina, en una etapa media de los 90 pero no nos quedamos mucho allí, aparentemente Buenos Aires no tenía mucho para ofrecerles a mamá y a papá por lo que armaron las maletas y nos fuimos.

Francia. Italia. España. Gales e Indonesia. Si hacía como lo leen. Por lo que básicamente podría decir que se más de 3 idiomas y mí manejo del inglés, el más universal de todos, era sobresaliente. No así mis relaciones humanas ya que cuando por fin podía asentar mí huesudo trasero, las maletas estaban armadas y nos íbamos a nuestro próximo destino.

Por eso mismo cuando alcance la mayoría de edad, por decisión propia opté por alejarme de ello y por fin sentar cabeza en cuanto a un encontrar un espacio donde quedarme por más de 3 años.

Quizás así podría tener amigos, y quién sabe formar una pareja.

O esa era la idea que tenía en un principio cuando tire el birrete al aire y me dije a mí misma que mí nuevo hogar estaría en Irlanda, un pequeño pedacito del Reino Unido, donde la cerveza salía de los grifos y San Patricio era una festividad más sagrada que Navidad y Pascuas.

Lamentablemente y como suele suceder los planes siempre quedan a mitad de camino, y no salen precisamente como los planeamos.

Sí que vivía donde quería, en un moderno loft que había conseguido gracias a los ahorros que había estado juntando desde mis 17 años, aún así no había podido montar mí propia empresa de marketing por lo que tenía que conformarme con trabajar en las más famosas del país.

Y se que pueden pensar la responsabilidad que debes tener sobre tus hombros debe ser enorme, aún así, eso no me pesaba tanto como tener que trabajar con Damian Samuels. Un hombre de una 45 años que se había ganado en los pasillos el apodo de: "El diablo".

Y bien merecido que lo tenía.

—Sally. Es hora de la reunión — la cabeza de Tara apareció por la puerta de la cocina para después desaparecer rápidamente.

—Que mí nombre no es Sall…

Preferí callar, no tenía sentido que me esforzara en explicarles que ese no era y que era producto de un malentendido en el que nuestro jefe estaba involucrado y dónde me dijo, con una sonrisa socarrona en su asqueroso y petulante rostro, que era igual al personaje de "El extraño mundo de Jack".

Cómo consecuencia, el resto de los empleados me llamaban así y no se molestaban en leer el cartel identificatorio que colgaba de mí cuello.

Lucy no era tan difícil de pronunciar. 

Tomé mí taza de café y eche unos cuantos merengues del bowl que sin importar cuántas personas metieran sus dedos en él,estaba lleno,antes de salir de la cocina que tenía mejores muebles que la mía.

La última generación de muebles no estaba al alcance de mí salario. Aún. Confiaba en que si mis sugerencias eran tomadas en cuenta en medio año podría re amoblar mí casa.

Y ese pensamiento fue el único que tuve presente hasta que llegué a la sala de reuniones donde cada lunes nos encontrábamos y cuya mesa era precedida por Samuels.

—Como podrán observar — comenzó su discurso haciendo click en el mando y así encender el televisor— La misión de esta semana es crear una campaña novedosa con la cual podamos vender la nueva creación de Thamesis—hizo una pausa y tuve la impresión de que fue meramente para generar un silencio dramático en la sala— Némesis—anuncio.

Sus manos moviéndose en el aire provocaron que su saco que había escogido hoy ondease hacía los costados. Uno que le combinaba con sus ojos azules.

 —Si se fijan bien— se giro hacía la imagen y tocó otro botón para agrandarla— A los costados tienen pequeñas serpientes plateadas en un diseño,y en otro, el más costoso de los dos, cabezas de Medusa— continuo,y oír a mis espaldas algunos suspiros llenos de admiración hacia quien fuese que haya hecho aquello— Por lo tanto debemos hallar la manera de que esté calzado resalte cómo sea. La firma ha invertido una gran cantidad de dinero por lo que nuestro presupuesto es ilimitado.No se olviden— nos enfrentó — Que gran parte de sus salarios vienen de allí por lo que una metida de pata impactaría de lleno en ellos y me atrevería a decir que hasta podrían haber recortes de presupuesto— remarcó — Sin presiones— se inclinó y se apoyó sobre el cristal, adoptando esa pose de macho alfa que tanto me desquiciada —Así que escucho sus propuestas—ordenó— ¿Jayden?

El susodicho se pone de pie y tira de su chaleco de tweed nerviosamente. Era evidente que no estaba contento con la posición en la que lo había puesto .

—Podriamos seguir a una pareja en un centro comercial, montar una escena aprovechando que el día de San Valentín está cerca y crear una historia donde ella le sugiere que le gustaría un par de estos zapatos. Avanzamos en el tiempo y cuando la fecha llega el aparece con la caja y un par de globos atados a ellos. Un final feliz para todos.

El resto compartió en murmullos sus opiniones, lo suficientemente bajo como para que  el supremo no oyese dado que él tomaba la última decisión.

— ¿Mezclas el consumismo del día del amor y el consumismo? Me gusta aunque no me fascina. Ryder?

—Que tal si ponemos en el muelle más famoso de la ciudad una carpeta blanca, larga, sumamente extensa, con un grupo de 20 hombres desplegados a los costados, vestidos de traje y una chica , podríamos contactarnos con alguna influencer, a quien le convendría unir lazos con nosotros, y hacer que camine vistiendo solamente los tacones y una espada colgando sobre su hombro, haciendo alusión a la historia de la diosa. La toma final sería la de estos sujetos arrodillándose ante ella y un primer plano a lo que lleva a sus pies.




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