# De Fake A Date

El incidente que nos unió

Otro día más sin clientes, estos últimos días la cafetería ha estado a nada de estar en números rojos. Y si eso pasa, debo usar mis ahorros para mantenerla a flote, no hay nada peor que deberse a uno mismo, bueno, y al banco que te embarga. Todo desde que abrió la competencia en la esquina.

—Rhia, Rhia, ¡Rhiannon! —la voz de mi mejor amiga y mano derecha, Elira Velthorne, retumba en mi cabeza.

—¿Qué me decías? Perdón, me distraje con las cuentas —me giro a observarla y asiente con una sonrisa, entendiendo. Su largo cabello negro azulado, que combina con sus ojos azul profundo, se mueve al tener algunos mechones sueltos de su estilo recogido para el trabajo.

—Te comentaba que podíamos hacer promociones o incluso alguna dinámica para atraer a los clientes. ¿Qué tal el regalar libros? Puede ser también un taller de escritura, un club de lectura, presentaciones de libros, música en vivo.

Y sí, nuevamente me había perdido en mis pensamientos al imaginar las opciones para que mi cafetería, Café Calíope, no se hundiera en la miseria como su dueña, yo. Rhiannon Moirath. La bancarrota nunca se sintió tan cercana en estos cinco años de servicio, aunque hemos tenido altas y bajas según las temporadas, el tener una cadena comercial tan grande como competencia, el Starbucks de la esquina, nos había robado la mayoría de los clientes.

El estilo de mi cafetería era claro, temática vintage, rodeado de repisas de libros de todo tipo, muebles de madera, distintas plantas, cuadros viejos, lámparas y pequeñas luces con tonalidades cálidas, vajilla elegante con pequeños detalles para decorar y hay algunas teteras y cafeteras antiguas las cuales cuelgan en el techo. Es un ambiente tranquilo y ahora, desértico. Sé que el tener un negocio es un gran sacrificio y constante inversión, sin embargo, a pesar de todos nuestros esfuerzos, al menos esperaba estabilidad, no una patada del destino para cerrar por completo sus puertas.

Me había costado tres empleos de medio tiempo desde mi adolescencia hasta que terminé la universidad, y así logré ahorrar cada centavo de este lugar. Mezclé mi pasión por los libros, al estudiar Escritura Creativa y a la vez, amar con locura el café. El mejor amigo de todos los estudiantes y los adultos en crisis.

—Ya hemos intentado con eso, pero ya sabes que no funcionó totalmente. Lo que le agrada a nuestros clientes, son los cambios en la decoración y menú de cada temporada. Y estamos a mitad de la primavera, ¿no será muy tarde para hacer un desfile primaveral? —me encojo de hombros y ella ríe, seguramente al imaginarme en algún disfraz ridículo. Todo por mi desespero para atraer clientes.

—Debes perder el miedo a hacer el ridículo si quieres tener éxito. Tú misma lo sabes, Rhia —se cruza de brazos y eleva una ceja, como si me acusara al saber perfectamente a lo que me dedico.

Aparte de tener mi cafetería, soy escritora independiente, he hecho autopublicación de mi primer libro de mi completa autoría ya que anteriormente, realicé colaboraciones, mientras otros los escribo en línea. Y también, soy un intento de creadora de contenido sobre reseñas de libros, recomendaciones, reflexiones, análisis y consejería. No me puedo quejar de mi reconocimiento, bueno sí, lo haré. Considero que mi contenido tiene calidad, mis ojeras gritan todo el trabajo detrás de mis esfuerzos, aunque parece que no ha sido lo suficientemente bueno para tener mayor visibilidad.

Me quemo las neuronas al balancear mis pasiones y trabajos, a pesar de todos estos años, siento que no avanzo, que estoy estancada, que soy una perdedora, mediocre e inútil por no tener lo que creía que tendría cuando era más joven. Sigo teniendo la crisis de los 20’s cuando tengo 26 y ya casi estaré en el tercer piso. Me siento patética.

Suspiro y rodeo los ojos, para terminar sonriendo con pesadez. Ella me conoce perfectamente, hemos sido inseparables desde el primer día de universidad, en donde nos conocimos y aquí seguimos.

—Siempre tienes razón, ¿Cómo es que logras ser tan optimista, Eli? Necesitaría unas dos semanas de vacaciones, todo pagado, para tener tu mentalidad.

Elira ríe y niega. Es una luz en todo este lugar, a pesar de tener sus propias batallas y preocupaciones en su propia vida profesional, como el ser rechazada constantemente por editoriales al preferir la publicación tradicional, sigue intentándolo con una sonrisa.

—Debes fingirlo hasta creerlo, te comparto mi secreto. Y te dejo, debo hacer el inventario de fin de mes. Te quedas en buenas manos —apunta al techo, haciendo referencia al lugar, aunque no sé si yo cuidaré el lugar o el lugar a mí. Se aleja del mostrador, usando su delantal color beige con el logo de la cafetería y la placa de su nombre.

Hasta ella parece más la dueña que yo, tiene esa vibra de carisma y gentileza. Y en cambio yo, aprendí a lidiar con la atención al cliente al trabajar en la librería, ser barista y en una tienda de conveniencia. Si soy honesta, la interacción social me cuesta, soy más bien introvertida con habilidades sociales. Como gran parte de mi trabajo lo puedo hacer desde mi hogar, suelo aislarme o prefiero lugares tranquilos.

A veces, siento que estoy cómoda en mi zona de confort y no sé cómo podría salir de ahí. Me da miedo el cambio, arriesgarme y perderlo todo, por eso soy tan selectiva y cautelosa. Puede ser aburrido si no te gusta lo predecible o el tener la sensación de control, pero para mí, me da paz. Aún así deba contener la sensación temporal de querer explotar mi potencial, vivir más, con intensidad. Me reprimo por mi bienestar, al tener una vida simple, cómoda y segura.




Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.